A nivel mundial están surgiendo tendencias alarmantes en la incidencia de DM2 en jóvenes menores de 20 años (DM2JV) a un ritmo mayor al de los adultos, afectando desproporcionadamente a los grupos étnicos minoritarios. Esta aparición temprana de la DM2 es particularmente preocupante debido a su rápida progresión, con una disminución de la función de las células B a una tasa estimada del 25-30% anual, sustancialmente más rápida que la disminución del 7% en adultos. Esta disfunción temprana acelera las complicaciones, convirtiendo la DM2JV en un fenotipo distintivo y más agresivo. Por lo tanto, la identificación temprana de las personas en riesgo antes de la aparición clínica es fundamental para la prevención y la intervención dirigidas.
La etiología de la DM2JV refleja una interacción multifactorial entre la biología individual, las exposiciones perinatales, el entorno posnatal, los hábitos de vida, los determinantes sociales y la predisposición genética. Se presta cada vez más atención a la transmisión intergeneracional del riesgo, en particular al papel de la exposición intrauterina a la hiperglucemia materna. En lo referido a este último punto, se sugiere que la DMG materna e incluso formas más leves de hiperglucemia durante el embarazo aumentan el riesgo de intolerancia a la glucosa (ITG) y DM2 en la descendencia, lo que podría ocurrir a través de predisposiciones genéticas compartidas o programación metabólica intrauterina con modificaciones epigenéticas, como la metilación del ADN o la expresión alterada de microARN como posibles mediadores. Estos cambios pueden ejercer efectos duraderos en el desarrollo de las células B y la sensibilidad a la insulina. (Sigue leyendo...)