“Muchas personas tienen dificultades para seguir su tratamiento. ¿Por qué no me comenta cómo le va a usted?” - Esta es la última pregunta del cuestionario de Haynes-Sackett para valorar la adherencia en los pacientes de nuestra consulta y quizá la más importante de todo el cuestionario. Se trata de una pregunta abierta para que el propio paciente pueda expresar su realidad, y se acompaña de una pequeña introducción para alejarse del juicio que puede sentir el que responde.
La realidad en nuestro medio es que las causas de adherencia son muy diversas, pero la carga económica del fármaco no suele estar entre ellas (más allá del copago que tenemos). Y digo suele, porque cada vez con más frecuencia pautamos fármacos no financiados por la Seguridad Social, en nuestro caso, fármacos para el tratamiento de la obesidad. Esta no-financiación no hace referencia -en mi opinión- a cuestiones científicas, son fármacos con ensayos clínicos muy completos. Esta no-financiación hace referencia probablemente a la capacidad del sistema para costear un fármaco del que se beneficiarían el 20% de las personas en España. El artículo que hoy comentamos hace referencia (bajo el paraguas de la visión americana de todo) a la falta de adherencia relativa al coste de algunos fármacos. (Sigue leyendo…)
El artículo describe la elevada carga económica del tratamiento de la DM para los pacientes en Estados Unidos (EE.UU.) y cómo los costes directos (medicación, suministros y visitas) impulsan la no adherencia por motivos económicos. En líneas generales –y en EE. UU.–, un paciente con insulina (INS) gasta unos 4800 dólares anuales y el 41% de las familias con una persona con DM reportaron dificultades financieras entre 2013 y 2017. Entre las causas: mayor uso de fármacos con mayor coste (iSGLT2 y arGLP-1), polimedicación para comorbilidades y el coste de los suministros de administración y monitorización.
La no adherencia por coste se sitúa en EE.UU. entre el 14 y 26% y se asocia con un peor control glucémico, más hospitalizaciones y mayor mortalidad por cualquier causa (MCC). En este contexto, los autores referencian el estudio de Zhang et al. en población asegurada de entre 18 y 64 años a la que se inició un arGLP-1. El coste de la primera dispensación se asoció con más probabilidad de no adherencia en los 12 meses siguientes (odds 1,24 en el cuartil superior frente al inferior). El artículo destaca que el coste de la primera receta puede tener un “efecto ancla” sobre la implementación posterior. Hay pacientes que ni siquiera recogen la primera receta (no iniciadores).
También se repasan las tres fases de la adherencia (inicio, implementación y discontinuación) y cómo los costes pueden afectar a cada una. Se citan datos recientes que relacionan costes altos con menor probabilidad de iniciar arGLP-1 (odds 0,87 para el cuartil de mayor coste) y se señala la ausencia de estudios sobre discontinuación por coste.
En cuanto al impacto que conlleva esto, los autores remarcan que la mala adherencia casi duplica las hospitalizaciones y visitas a urgencias por diabetes y aumenta ingresos y visitas por cualquier causa. Concluye reclamando políticas que reduzcan barreras financieras a medicamentos esenciales.
Nuestra realidad por suerte es otra. Las personas con DM tienen costeados (con o sin copago) los fármacos, suministros y visitas en lo relativo a su enfermedad. Sin embargo, el esfuerzo de entender la obesidad como una enfermedad se topa con el muro de la financiación en la mayoría de los casos en los que se prescribe un fármaco.
¿Cuántos pacientes tendremos en consulta que acuden para que podamos ayudarles a perder peso y no llegan nunca a dispensar en la farmacia el fármaco pautado? Limitando además el resto del manejo de la obesidad en muchos casos por el choque de realidad al que se enfrentan al ir a pagar. Qué importante es que podamos llegar a un sistema donde incluso las personas que no tienen medios para costearse un tratamiento puedan recibirlo.
Esperemos que todo lo que nos va acercando al modelo americano (en todo) respete nuestro modelo de sanidad e incluso se aleje cada día más de él. Qué afortunados somos…
Cuídense.
Hung A, Sloan CE. The Ongoing Need to Address Cost-Related Nonadherence to Diabetes Medications. Diabetes Care. 2025 Aug 1;48(8):1309-1311. doi:10.2337/dci25-0030
Zhang D, et al. Association of Patient Cost Sharing With Adherence to GLP-1RA and Adverse Health Outcomes. Diabetes Care. 2025 Aug;48(8):1329-1336. doi:10.2337/dc24-2746
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