Aunque la Organización mundial de la Salud (OMS) reconoció la obesidad como enfermedad crónica en 1948, el debate sobre su clasificación persiste. Sus defensores destacan que este enfoque mejora el acceso a la atención médica y reduce el estigma, mientras que los críticos advierten que podría minimizar la responsabilidad individual y fomentar intervenciones innecesarias. Actualmente, la obesidad se percibe más como un factor de riesgo que como una enfermedad con manifestaciones propias.
Una comisión internacional de 58 expertos (2022-2024) redefinió la obesidad, desarrollando criterios clínicos y biológicos. Mediante encuestas Delphi y reuniones periódicas, lograron consenso en 82 declaraciones, de las cuales 60% fueron unánimes, estableciendo 18 criterios diagnósticos para adultos y 13 para niños y adolescentes. El documento final, respaldado por organizaciones científicas y de pacientes, fue aprobado por la mayoría de los comisionados. (Sigue leyendo...)