1 de julio de 2025

ADA 2025‑Symposium - Lancet Journal Symposium—Early‑Onset Type 2 Diabetes. Mon, Jun 23

 Comentario del Dr. Joan Barrot de la Puente (@JoanBarrot)


Hasta finales del siglo XX, la diabetes tipo 2 (DM2) se consideraba una enfermedad propia de adultos de mediana o avanzada edad. Sin embargo, su prevalencia en menores de 40 años ha aumentado de forma alarmante, superando el 15 % en algunos países. Este fenómeno representa un reto sanitario urgente, ya que el inicio temprano de la enfermedad se asocia a una progresión más rápida hacia complicaciones y a una reducción significativa de la esperanza de vida, especialmente cuando se diagnostica antes de los 30 años. La obesidad creciente, junto con factores genéticos, ambientales y sociales, es un motor clave de esta tendencia.

Coincidiendo con la presentación de la mesa temática, The Lancet ha publicado de manera simultánea tres artículos clave que abordan esta cuestión desde distintas perspectivas. Esta triple publicación no solo ofrece datos relevantes y de alto impacto, sino que también subraya la magnitud de los desafíos clínicos, sociales y políticos asociados, abriendo así un espacio necesario para la reflexión y la acción coordinada. (Seguir leyendo)

La Dra. Shivani Misra del Imperial College London habló sobre la próxima gran transición epidemiológica de la DM2.


La DM2 de inicio temprano (DM2‑IT)—definida como el diagnóstico antes de los 40 años—representa una amenaza creciente para la salud pública global. Este fenotipo precoz se asocia a una progresión más agresiva de la enfermedad (Lancet Diabetes Endocrinol. 2023), con aparición temprana de complicaciones microvasculares y macrovasculares, así como una importante reducción de la esperanza de vida. La relación entre edad de diagnóstico y mortalidad total es lineal: una persona diagnosticada a los 30 años puede perder entre 13 y 14 años de vida respecto a un individuo sin diabetes, mientras que los diagnósticos a los 40 o 50 años conllevan una pérdida estimada de entre 5 y 10 años. Además, se asocia a peores desenlaces perinatales y mayor carga psicosocial.


Si bien el punto de corte de los 40 años es útil desde una perspectiva operativa, no refleja la complejidad del fenómeno. El aumento de peso en la edad adulta media también incrementa sustancialmente el riesgo de DM2, incluso en edades más avanzadas, lo que sugiere la necesidad de enfoques más individualizados. No todos los jóvenes expuestos a entornos obesogénicos desarrollan DM2, lo que apunta a determinantes adicionales como la predisposición genética, factores feto‑maternos, el entorno socioeconómico, la etnia (con diferencias en la función de las células β), y la acumulación de grasa ectópica incluso en individuos sin obesidad clínica.


El artículo de Misra et al. (Lancet, 2025) subraya la necesidad urgente de investigación específica, ensayos clínicos adaptados, modelos asistenciales efectivos y estrategias de prevención personalizadas. Las lagunas en evidencia clínica, reproductiva y de atención integral para esta población ponen de manifiesto que abordar la DM2‑IT requiere una transformación profunda del enfoque clínico, asistencial y de salud pública, sustentado en intervenciones transdisciplinarias, equitativas y culturalmente adaptadas.


El Dr. Lee‑Ling Lim aborda el espectro de las complicaciones.


En una cohorte de jóvenes con diabetes diagnosticada en la adolescencia (Mottl AK, et al.), se observaron tasas significativamente más altas de complicaciones en DM2 frente a diabetes tipo 1 (DM1), pese a tener una duración similar de la enfermedad. Comparado con DM1, el riesgo fue 2,5 veces mayor para complicaciones microvasculares, 4 veces para macrovasculares y 2,7 veces para gastrointestinales, con aparición de eventos graves incluso antes de los 15 años de evolución.


En otro estudio de cohorte (Sattar N, et al.), los pacientes con diagnóstico de DM2 antes de los 40 años mostraron mayor mortalidad y eventos cardiovasculares frente a la población no diabética. La pérdida de esperanza de vida supera los 10 años en quienes debutan en la adolescencia, mientras que el diagnóstico tras los 80 años no acorta la supervivencia.


Los estudios TODAY (Treatment Options for Type 2 Diabetes in Adolescents and Youth) y SEARCH muestran que hasta el 80 % de los jóvenes con DM2 desarrollan complicaciones microvasculares antes de los 30 años, con progresión más rápida y mayor prevalencia de retinopatía, nefropatía, neuropatía y eventos cardiovasculares frente a DM1 o DM2 de inicio tardío (Mottl AK, et al.).


La multimorbilidad es frecuente y precoz. A los 40 años, una persona con DM2‑IT y tres comorbilidades puede perder hasta 14 años de vida. Las mujeres jóvenes enfrentan riesgos adicionales en salud reproductiva y cardiovascular, sin una respuesta estructurada del sistema sanitario, especialmente en la transición de atención pediátrica a adulta.


Esta forma de DM2 está estrechamente ligada a determinantes sociales. En países de ingresos altos, su prevalencia es mayor en personas con bajo nivel socioeconómico. Factores como la inseguridad alimentaria, el consumo de alimentos ultraprocesados, la inactividad física y las barreras de acceso a servicios preventivos incrementan el riesgo.


Se han identificado varios mecanismos fisiopatológicos que explican esta transición hacia edades más tempranas: exposición prolongada a factores de riesgo metabólicos, incremento rápido y severo de peso en la infancia, acumulación sinérgica de múltiples factores de riesgo y susceptibilidad biológica (como disfunción de las células β o mayor propensión al depósito de grasa ectópica). Estos modelos explican la alta prevalencia de DM2‑IT en regiones con baja obesidad general, como el sur de Asia.


Asimismo, se destaca el papel de la programación fetal y la epigenética. La exposición intrauterina a hiperglucemia materna o a obesidad se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar DM2 en edades tempranas. Algunos estudios estiman que hasta el 47 % de los casos entre los 10 y 22 años podrían atribuirse a estas exposiciones.


La mesa científica del congreso concluye con una advertencia clara: sin intervenciones estructurales, transversales y culturalmente adaptadas, la DM2‑IT podría convertirse en la forma predominante de diabetes en las próximas décadas, con consecuencias devastadoras para la salud pública global.


Mi reflexión: “La DM2‑IT como forma dominante no es un escenario lejano, es la inercia del presente”. Cuídense.


Referencias:


Emerging Risk Factors Collaboration. Life expectancy associated with different ages at diagnosis of type 2 diabetes in high-income countries: 23 million person‑years of observation. Lancet Diabetes Endocrinol. 2023 Oct;11(10):731‑742. doi:10.1016/S2213‑8587(23)00223‑1 PubMed 

Mottl AK, Tryggestad JB, Isom S, Gubitosi‑Klug RA, Henkin L, White NH, et al.; SEARCH for Diabetes in Youth Study Group; TODAY Study Group. Major adverse events in youth‑onset type 1 and type 2 diabetes: The SEARCH and TODAY studies. Diabetes Res Clin Pract. 2024 Apr;210:111606. doi:10.1016/j.diabres.2024.111606. PUBMED

Sattar N, Rawshani A, Franzén S, Rawshani A, Svensson AM, Rosengren A, et al. Age at Diagnosis of Type 2 Diabetes Mellitus and Associations With Cardiovascular and Mortality Risks. Circulation. 2019 May 7;139(19):2228‑2237. doi:10.1161/CIRCULATIONAHA.118.036759. PubMed

Misra S, Khunti K, Goyal A, Gable D, Armocida B, Tandon N, et al. Managing early‑onset type 2 diabetes in the individual and at the population level. Lancet. 2025 Jun 20:S0140‑6736(25)01067‑0. doi:10.1016/S0140‑6736(25)01067‑0. PubMed

Lim LL, Jones S, Cikomola JC, Hivert MF, Misra S. Understanding the drivers and consequences of early‑onset type 2 diabetes. Lancet. 2025 Jun 20:S0140‑6736(25)01012‑8. doi:10.1016/S0140‑6736(25)01012‑8. PubMed

Luk A, Wild SH, Jones S, Anjana RM, Hivert MF, McCaffrey J, et al. Early‑onset type 2 diabetes: the next major diabetes transition. Lancet. 2025 Jun 20:S0140‑6736(25)00830‑X. doi:10.1016/S0140‑6736(25)00830‑X. PubMed


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