26 de abril de 2014

Las amputaciones se reducen con un abordaje específico

Las amputaciones se reducen con un abordaje específico

De las amputaciones de las extremidades inferiores (AMPEI) como complicación final del pie diabético ya hemos hablado en otras ocasiones. Las consecuencias de las AMPEI son variadas, yendo desde la merma de la calidad de vida del individuo con diabetes (DM), del entorno (familiar, laboral, social), al sistema sanitario, por sus intervenciones y costes económicos.
Las  AMPEI son consideradas como marcadores negativo del cuidado del pie diabético, encontrándose grandes variaciones en este aspecto según los países y zonas de los mismos, como ya hemos comentado en otra ocasión.
La atención especial al pie diabético ha sido contemplado por diversos sistemas sanitarios, como el holandés, Escocés,…o el Danés desde 1990, del que hablamos seguidamente, y para el que se han destinado equipos específicos multidisciplinarios al respecto. Algo que se aconsejó en el International Consensus of the Diabetic Foot (ICDF), hace algunos años.
Estas actuaciones en salud pública han demostrado disminuir el número de AMPEI, al tiempo que se incrementaban el número de revascularizaciones en estas personas, sin embargo, falta una homogeneización de los criterios a este respecto para conocer realmente el problema, como hemos señalado en algún post anterior.
En este post, nos hacemos eco de dos estudios, uno realizado en Dinamarca y otro en Italia, de manera distinta intentan evaluar la tendencia poblacional de este problema.
El estudio danés analiza las AMPEI  entre 2000 y 2011 de 11.332 personas con DM (tanto tipo 1 como tipo 2) reclutadas del  Steno Diabetes Center a partir de una base médica electrónica de pacientes.
Entre el 2000 y el 2011 hubieron 384 AMPEI (205 mayores, y 179 menores). En este período la incidencia de AMPEI disminuyó un 87,5% entre los varones y un 47,4% entre las mujeres con DM1 y un 83,3% y un 79,1% entre los hombres y mujeres con DM2 (P inferior a 0,001). Mayormente este descenso se produjo en las  AMPEI mayores. En el 2011 la tasas de incidencia a los 50 años de edad de las AMPEI fue de 0,25 (IC 95% 0,07–0,82) por 1000 pacientes y año en los varones y de 0,21 (IC 95% 0,06–0,71) entre las mujeres, que aumentó a la edad de 70 años a 0,56 ( IC 95% 0,18–1,89) por 1000 pacientes en varones y de 0,41 (IC 95% 0,16–1,09) entre mujeres. La incidencia entre AMPEI menores no mostró cambios.
Concluyen que en Dinamarca la incidencia de AMPEI se redujo significativamente entre el 2000 y el 2011 tras el seguimiento de esta patología por centros especializados.
El segundo estudio, que reseñamos, es el referido a la tendencia temporal tanto en individuos con DM como sin DM en Italia a partir de la base de datos hospitalaria de ese país, entre los años 2001-2010. Así, anualmente las hospitalizaciones por  AMPEI se evaluaron tanto en uno u otro colectivo, analizando tanto las AMPEI menores como mayores.
Según esto, entre  2001-10  11.639 individuos con DM  de media anualmente sufrieron una AMPEI, el 58,6% presentaban DM que supusieron el 60,7% de las hospitalizaciones.
Las tasas crudas de AMPEI  en el 2010 fueron de 20,4 por 100.000 habitantes,  247,2 en las personas con DM y  8,6 por 100.000 personas sin DM. De manera que presentar DM se asoció a un alto riesgo de sufrir una AMPEI, tal como se esperaba, siendo el riesgo relativo (RR) estimado (Poisson) de 10,9 (IC 95% 9,4–12,8).
 Globalmente en todo el período, hubo una reducción de las tasas de AMPEI mayor tanto en personas con DM (230,7%) como sin DM (212.5%), y al tiempo que las tasas de AMPEI menores se incrementaban progresivamente en personas sin diabetes (+22.4%), se estabilizaba en aquellas con DM (-4.6).
Según este estudio, se observó una reducción en las hospitalizaciones por  AMPEI mayores lo que indica que existiría un tratamiento precoz que prevendría esta situación.
Queda claro que el tratamiento específico de esta patología mejora su evolución ulterior, pero esta mejoría se refiere tanto a los individuos con DM como en aquellos que no presentaban DM. La mejoría, se sugiere, tendría que ver más con una prevención terciaria (revascularizaciones) que con una prevención primaria (control del pie diabético), aunque este no era el propósito de estos estudios.

 Lombardo FL1, Maggini M1, De Bellis A2, Seghieri G2, Anichini R2. Lower extremity amputations in persons with and without diabetes in Italy: 2001-2010. PLoS One. 2014 Jan 28;9(1):e86405. doi: 10.1371/journal.pone.0086405. eCollection 2014.

Jørgensen ME1, Almdal TP, Faerch K. Reduced incidence of lower-extremity amputations in a Danish diabetes population from 2000 to 2011. Diabet Med. 2014 Apr;31(4):443-7. doi: 10.1111/dme.12320. Epub 2013 Oct 21.







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