26 de septiembre de 2025

EASD 2025.- Prediabetes, una ventana crítica para la intervención.



Diagnosis, markers and burden of prediabetes. Thursday, September 18, London Hall

Comentario del Dr. Javier Díez Espino (@DiezEspino)

En esta mesa se expusieron varias presentaciones sobre el tema revisitando desde otra perspectiva los estudios National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES), o de prevención de DM2, como el Finnish Diabetes Prevention Study (DPS), Diabetes Prevention Program Outcomes (DPPOS), el estudio Da Qing junto con otros trabajos en pacientes con prediabetes (PRED).

En primer lugar, Yvonne Chu del Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington (recomiendo encarecidamente ver otros estudios en su web https://www.healthdata.org/ y https://vizhub.healthdata.org/gbd-compare/ son una fuente inagotable de información) presentó un análisis sistemático sobre la prevalencia global de PRED anual desde 1990 a 2023 en 204 países y territorios, en mayores de 25 años, ambos sexos. La PRED no estaba entre los 99 factores de riesgo que estudia habitualmente el Instituto. Toparon con la heterogeneidad de los datos: muchos países tampoco disponen de información de calidad, diversas técnicas y criterios diagnósticos. Se utilizó la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS): glucemia venosa en ayunas 110-125 mg/dl. La prevalencia global fue del 13,8%, 674 millones de personas. Cuando se emplearon los criterios de la American Diabetes Association (ADA), 100-125 mg/dl, la prevalencia global pasó al 27%, 1300 millones. Puerto Rico y Kuwait sobrepasan una prevalencia del 30%, España se encuentra en el grupo del 10-20%. El mayor número de personas con PRED se encuentra en China (177 M), India (114 M) y Estados Unidos (35,9 M), que junto con Brasil y Japón suponen casi el 50% de los casos a nivel mundial. La prevalencia por sexos fue similar, 13,8% en mujeres y 13,9% en varones, con un pico entre los 50-59 años. Se produjo un incremento en ese periodo de tiempo del 13,8% y este aumento fue mayor entre los menores de 45 años (los mayores disminuyeron al ser diagnosticados de DM2), sobre todo en el Norte de África, Oriente Medio y Sur de Asia. (Sigue leyendo...)

Como limitaciones, destacan que no se usaron los diagnosticados con test de tolerancia oral a la glucosa (TTOG) o HbA1c y que las distribuciones basadas en niveles medios de glucosa en ayunas de la población pueden verse afectadas por la presencia de grupos de casos con glucemia en ayunas elevadas por diabetes no diagnosticada, no tratada o no controlada.

Todo ello pone en evidencia la relevancia del problema a nivel mundial, necesidad de detección y la necesidad de estudiar la relevancia del impacto de la hiperglucemia en personas jóvenes, de programas de intervención estructurados y de un consenso global sobre los criterios de diagnóstico.

Un viejo conocido, el profesor Jaakko Tuomilehto presentó una 
comunicación sobre la remisión a largo plazo de la intolerancia a la glucosa (IG) en el DPS tras 18 años (mediana de 8 años) de seguimiento. Además, hizo un repaso de los resultados en prevención de diabetes de los estudios principales publicados del Finnish Diabetes Prevention Study (DPS), y del DPP, ACE y PLIS.

Se incluyeron en la valoración parámetros antropométricos —cambios en el peso, en el perímetro de cintura y diámetro abdominal sagital—, consecución de objetivos en estilos de vida —consumo <30% del total de energía de grasas saturadas, fibra dietética >15 g/1000 kcal y actividad física >4 h/semana— y estimaciones de secreción y sensibilidad a la insulina (INS). La definición de remisión: glucemia en ayunas <100 mg/dl, a las dos horas tras sobrecarga >140 mg/dl, HbA1c <5,7% y no tomar tratamiento antidiabético. La proporción de remisión de IG en participantes del grupo de intervención y del grupo control al año, tres años y en el primer control postintervención (5 años aprox.) fue del 15% vs. 12%, 14% vs. 10% y 12% vs. 10% respectivamente. Un 32% de todos los pacientes estuvieron en normoglucemia al menos en una ocasión. Según el estatus de remisión o no remisión, la Hazard Ratio (HR) para el desarrollo de DM2 fue de 0,41, 0,40 y 0,20 respectivamente al año, tres años y en el primer control postintervención. La pérdida de peso, la reducción de la obesidad central, el mantenimiento de hábitos saludables en alimentación y ejercicio y la mejora en la sensibilidad y la secreción de INS contribuyeron a la remisión a normoglucemia. La remisión se relacionó con una menor incidencia de DM2.

A continuación, una nueva vuelta de tuerca en la remisión de la PRED y su relación con los eventos cardiovasculares en la comunicación encabezada por Elsa Vázquez Arreola del National Institute of Diabetes and Kidney Diseases, Phoenix, EE. UU., presentada por Andreas Birkenfeld del University Hospital Tuebingen, Alemania (entre otras adscripciones). Inició la presentación citando el reciente estudio de Rooney et al. en Diabetologia, 2025, con la población del estudio ARIC (Atherosclerosis Risk in Communities), en el que se observó que la PRED supuso un incremento del riesgo de complicaciones cardiovasculares con una HR 1,21 que se mantuvo al ajustar por la progresión a diabetes con una HR 1,18. El 85% del exceso de riesgo asociado a PRED persistió independientemente del desarrollo de DM2. Tras una revisión de los estudios más importantes sobre prevención de DM2 (DPS, DPPOS, Da Qing, …) se centró en el meollo de su presentación en la idea de que para prevenir las complicaciones debemos pasar del paradigma de evitar el paso de PRED a DM2 a dirigirnos en la otra dirección, en la remisión de la prediabetes o, en otras palabras, pasar a normoglucemia. Dicho esto, ¿el paso de PRED a normoglucemia reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular? 

Se presentaron datos todavía no publicados (Vázquez-Arreola, Gong, et al.) del estudio DPPOS, en los que se observó, tras los ajustes, una HR de 0,42 en el evento primario compuesto muerte cardiovascular e ingreso por insuficiencia cardiaca a favor de los participantes con remisión, con un fuerte efecto legado. También en este estudio se analizaron los datos del estudio Da Qing, en el que a pacientes con remisión a los 6 años se les realizó un seguimiento de 30 años con un evento primario compuesto de muerte cardiovascular e ingreso por insuficiencia cardiaca y muerte por cualquier causa. Se observó también una reducción de riesgo de eventos en los participantes en remisión, HR 0,53 y HR 0,46 respectivamente, con un fuerte efecto legado. Cuando se realizó un metanálisis con los datos de ambos estudios se confirmó la asociación entre la remisión de PRED y la reducción de eventos cardiovasculares y muerte. Asimismo, haber presentado remisión en algún momento se asoció a un menor riesgo de eventos cardiovasculares. Todo ello confirmaría la tesis de que reducir la hiperglucemia en PRED, pasando a normoglucemia, no solo reduciría la incidencia de DM2 sino también de muerte cardiovascular, hospitalización por insuficiencia cardiaca y mortalidad total.

La siguiente ponente, Kathrin Popp, de la Universidad de Ulm, presentó un estudio tratando de responder la siguiente pregunta: ¿HbA1c y TTOG son igualmente útiles en el diagnóstico de PRED? Teniendo en cuenta lo comentado por ponentes anteriores, parece claro que afinar en el diagnóstico de PRED tiene una gran importancia tanto para la detección como para la efectividad del tratamiento. Pero también que la determinación de HbA1c puede tener limitaciones de interpretación en diversas situaciones. Se utilizaron los datos procedentes de pacientes de la División de Endocrinología del Hospital Universitario de Ulm (1155 participantes), del estudio LURIC (Ludwigshafen Risk and Cardiovascular Health) (1515 participantes) y Whitehall II: Phase 7 y 9 (8867). Con los criterios diagnósticos de PRED mediante HbA1c y TTOG de la ADA. Se clasificaron en 4 grupos (excluyendo los que serían diagnosticados de DM2 con cualquiera de los métodos): 1- regulación normal de la glucosa (ambos test normales), 2- PRED concordante (ambos test en rango de PRED), 3- solo PRED con HbA1c y 4- solo PRED con TTOG. El nivel de HbA1c se correlacionó directamente con la edad en todas las cohortes. En las tres cohortes se observó una discordancia en la distribución de los grupos de positivos según la edad de forma que, de forma progresiva entre los mayores de 70 años, disminuían los que tenían ambos test negativos, mientras que aumentaban los que tenían HbA1c elevada o ambos test positivos y, a su vez, disminuía el porcentaje de TTOG positivos respecto a los más jóvenes. Y, ¿esto tendrá alguna relevancia clínica? Analizando las curvas de supervivencia de mortalidad por todas las causas de la cohorte LURIC, se observó que la mortalidad era superior en aquellos diagnosticados solo con TTOG o con ambas pruebas respecto a los que eran diagnosticados solo con HbA1c. Concluyó que: 1- ambos test no son intercambiables y que identifican diferentes individuos con PRED con una superposición parcial, 2- que existe una elevación de la HbA1c con la edad y, por tanto, se realiza un sobrediagnóstico en ancianos y un infradiagnóstico en jóvenes y 3- que la TTOG tiene un mayor valor pronóstico de mortalidad definido solo con HbA1c.

Dominique Jincheng Rong, de la Facultad de Medicina de Hong Kong, presentó un estudio sobre el índice de masa corporal (IMC) y los fenotipos de PRED en el estudio National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) 2011-2016. Inició su presentación con una afirmación que deberíamos tener en cuenta, y mucho más después de lo que hemos comentado anteriormente, que la PRED es una ventana crítica para la intervención en la prevención de DM2 y, añado, en problemas cardiovasculares y mortalidad. Por otra parte, comentó un metanálisis de 2025 sobre la respuesta a las intervenciones sobre estilos de vida encabezado por la ponente. Incluyó 27 estudios y concluyen que las intervenciones sobre estilos de vida son efectivas en el caso de intolerancia a la glucosa con o sin glucemia basal alterada, pero que serían necesarias intervenciones individualizadas para prevenir DM2. El objetivo del estudio: investigar la relación entre el índice de masa corporal (IMC) con 3 fenotipos de PRED: 1- PRED por glucemia basal elevada, 2- intolerancia a la glucosa por TTOG y 3- ambas. El estudio se realizó sobre 3190 participantes en los cortes de 2011-2016 del estudio NHANES con edades comprendidas entre los 18 y 59 años. Sobrepeso y obesidad se relacionaron con glucemia basal elevada y con ambas, pero no se observó relación con bajo peso. La obesidad se relacionó con los tres fenotipos, por lo que concluye que atajar la obesidad es el camino para reducir la incidencia de PRED y diabetes y el sobrepeso aumentó el riesgo de glucemia basal alterada (con o sin intolerancia a la glucosa).

Por último, Julia Otten, de la Universidad de Umea, presentó una comunicación sobre los biomarcadores proteicos en el futuro desarrollo de disglucemia, resistencia a la insulina y función de la célula beta. Entramos en el mundo de las ómicas y de la medicina de precisión. En un estudio que se realizará en cohortes de Suecia, Ghana y Sudáfrica. Presentó los resultados de la cohorte sueca, en los que, finalmente, tras un complejo proceso de identificación, descarte y confirmación, seleccionan aquellas proteínas que se asocian con los tres parámetros arriba mencionados. Posteriormente se valorará si tales proteínas se asocian de la misma forma en las diversas etnias y fueran generalizables.




Rooney MR, Wallace AS, Echouffo Tcheugui JB, Fang M, Hu J, Lutsey PL, et al. Prediabetes is associated with elevated risk of clinical outcomes even without progression to diabetes. Diabetologia. 2025 Feb;68(2):357-366. doi: 10.1007/s00125-024-06315-0. Epub 2024 Nov 12. PMID: 39531040; PMCID: PMC11732724. 

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