Comentario de Fátima Villafañe Sanz (@FatimaVillaf)
La hipertensión arterial (HTA) y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) son dos enfermedades crónicas que por sí mismas comportan alto riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y cuando coexisten, hecho que ocurre de manera habitual dado que estos pacientes suelen presentar lo que conocemos en medicina como síndrome metabólico (SM), el riesgo CV mencionado aumenta. Este riesgo es modificable y por ello se aconseja realizar una intervención al respecto. No obstante, actualmente se desconocen los objetivos de control de tensión arterial sistólica para disminuirlos.
La hipertensión arterial (HTA) y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) son dos enfermedades crónicas que por sí mismas comportan alto riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y cuando coexisten, hecho que ocurre de manera habitual dado que estos pacientes suelen presentar lo que conocemos en medicina como síndrome metabólico (SM), el riesgo CV mencionado aumenta. Este riesgo es modificable y por ello se aconseja realizar una intervención al respecto. No obstante, actualmente se desconocen los objetivos de control de tensión arterial sistólica para disminuirlos.
Un estudio publicado hace unos años, ACCORD (Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes) realizó una comparación similar pero sin observar diferencias significativas entre los diferentes grados de control. No obstante, se consideró que podrían existir sesgos que impidiesen encontrar estos beneficios. También se menciona el estudio SPRINT (Systolic Blood Pressure Intervention Trial). En este caso sí que se observó una disminución de eventos cardiovasculares (EvCV) en el grupo de manejo intensivo pero no se analizó específicamente en personas con DM2. Por estas razones, los investigadores han querido solucionar esta incertidumbre y poner en marcha este estudio. (Sigue leyendo...)
Comentamos hoy un ensayo clínico aleatorizado (ECA) realizado en una población china que pretende analizar si un control intensivo de la presión arterial sistólica (PAS) en personas con DM2 es más eficaz que un tratamiento estándar en lo que respecta al desarrollo de EvCV. Se estableció que el control intensivo se basaba en mantener una PAS por debajo de 120mmHg. El control estándar de 140mmHg.
Para desarrollar el trabajo propuesto se reclutaron 12821 personas con edades superiores a 50 años que padecían DM2 y tensión arterial elevada definida como PAS de entre 130 y 180 mmHg en personas que tomaban fármacos antihipertensivos, o por encima de 140 mmHg en personas que no recibían estos tratamientos, y se las aleatorizó a realizar un tratamiento que lograse un control intensivo de la PAS o un manejo estándar. Tras la aleatorización, los participantes del estudio fueron revisados por un médico mensualmente durante los primeros tres meses. Durante estas consultas se buscaba ajustar el tratamiento antihipertensivo según los objetivos asignados en la aleatorización. Posteriormente, si se alcanzaban o si se desestimaban mayores ajustes, el seguimiento era trimestral.
La mayoría de las personas reclutadas fueron mujeres y su edad media de 63,8 años (7,5). Las características de las personas que constituyeron cado una de los grupos fue similar. La mediana de seguimiento fue de 4,2 años. A pesar de todo, después de un año de tratamiento, la PAS media del grupo de manejo intensivo era 121,6mmHg. La del grupo aleatorizado a un tratamiento estándar, 133,2mmHg, y esta tendencia reductora se reflejó, no solo en la PAS, sino también en los resultados de la presión arterial diastólica (PAD).
El objetivo principal del trabajo consistía en analizar era el compuesto de accidente cerebrovascular (ACV) no mortal, infarto agudo de miocardio (IAM) no mortal, ingreso hospitalario o necesidad de tratamiento intravenoso para el control de la insuficiencia cardiaca (IC) o muerte de causa cardiovascular (MACE).
La incidencia del compuesto CV analizado fue menos observada en el grupo de personas sometidas a un control intensivo en comparación con quienes recibieron una atención estándar (1,65% vs 2,09% respectivamente, HR 0,79, IC95% 0,69-0,90 p<0,001) siendo la incidencia de eventos adversos similar. No obstante el grupo de intervención intensiva sí que demostró desarrollar con mayor frecuencia episodios de hipotensión arterial sintomática y alteraciones iónicas como hiperpotasemia.
Concluye diciendo que, entre las personas con DM2 y PAS elevada, la incidencia de EvCV adversos es significativamente menor si se realiza un abordaje intensivo de la PAS (<120mmHg) en comparación con el manejo estándar (PAS ≥140mmHg) en personas con DM2 e HTA, aunque se sugiere que para asegurar la seguridad del tratamiento el seguimiento debe de ser lo más próximo posible con el objetivo de identificar síntomas anómalos o alteraciones iónicas.
Los médicos deberíamos poner en marcha tratamientos farmacológicos e intervenciones adecuadas destinadas a conseguir un control exhaustivo de la presión arterial sistólica en personas con DM2 para disminuir los eventos CV. Adicionalmente, los médicos de familia tenemos la ventaja de la cercanía con el paciente y debemos aprovecharla para implementar el seguimiento de las complicaciones con una periodicidad apropiada, apoyándonos asimismo de otros profesionales del equipo de atención primaria como enfermería.
Bi Y, Li M, Liu Y, Li T, Lu J, Duan P, et al. Intensive Blood-Pressure Control in Patients with Type 2 Diabetes. N Engl J Med. 2024; DOI: 10.1056/NEJMoa2412006.
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