Uso de semaglutida en pacientes con esteatosis hepática no alcohólica
Comentario de Carlos H. Teixidó @carlos_teixi
Aunque en ocasiones olvidadas, la esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD) y su forma evolucionada la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) son dos de las comorbilidades que acompañan a nuestros pacientes con diabetes tipo 2 (DM2) de manera nada insignificante. Como ya hemos comentado en otras ocasiones en este blog, en estos pacientes la prevalencia de NAFLD puede llegar a rondar el 30% de los mismos. Estas patologías inflamatorias abocan a la necrosis celular hepática, la fibrosis perilobular y en algunas ocasiones la cirrosis hepática.
El estudio que hoy comentamos es un ensayo clínico aleatorizado (ECA) en fase 2 y doble ciego sobre 320 pacientes con NASH y fibrosis (en estadio F1, F2 y F3) confirmada por biopsia. El ECA valora la eficacia y seguridad de semaglutida (SEMA) subcutáneo en pacientes con NASH y fibrosis. La elección de este agonista del péptido glucagon-like (aGLP-1) y su relación con la NASH no es un disparo en la oscuridad.; y es que liraglutida ya había demostrado en el estudio LEAN (Liraglutide Safety and Efficacy in Patients with NASH) una mejora en la hipertransaminasemia, en la reducción del hígado grado y en la resolución histológica de la NASH. Por ello, los investigadores, plantearon la posibilidad de que SEMA subcutáneo pudiera obtener unos beneficios similares al tener un mecanismo de acción semejante a liraglutida.
Los participantes del estudio fueron japoneses de entre 18 y 75 años, con y sin DM2, y con NASH y fibrosis confirmada por biopsia hepática. Excluyeron a cualquier paciente que pudiera tener antecedentes capaces de alterar (mejorar o empeorar) su grado de fibrosis (alcoholismo, uso de pioglitazona (PIO), uso de vitamina E…). Durante 72 semanas los pacientes fueron aleatorizados entre SEMA 0,1mg, 0,2mg, 0,4mg diarios y placebo. El paciente tipo fue una mujer de 55 años con DM2, un índice de masa corporal (IMC) de 35,8 y un grado de fibrosis hepática F3.
El objetivo principal del estudio fue demostrar una mejoría de la NASH en pacientes que usan SEMA, sin perjuicio para la fibrosis ya existente. Esta mejora fue observada en el grupo de SEMA, donde el mayor porcentaje se obtuvo en el grupo de 0,4mg diarios frente a placebo (59% vs. 17%) con un Odds Ratio (OR) 6,87 (IC 95% 2,60- 17,63). Los porcentajes de mejora fueron de 40% para el grupo SEMA 0,1mg y de 36% en el grupo SEMA 0,2mg al día.
Se analizó como objetivo secundario del estudio la hipotética mejoría de la fibrosis sin empeoramiento de NASH. Es este caso no se mostraron diferencias significativas entre los grupos de SEMA y de placebo. OR 1,42 (IC 95% 0,62- 3,28).
El porcentaje de pacientes que obtuvo una resolución de NASH y una mejora en la fibrosis fue del 37% en el grupo de SEMA 0,4mg diarios frente al 15% en los pacientes con placebo. Además, los datos arrojaron una mejoría (variable) de las transaminasas (GOT y GPT) para los grupos de SEMA en sus diferentes dosis.
Los efectos secundarios fueron abultados en relación al uso de SEMA. Un ejemplo es el caso de la incidencia de náuseas en pacientes con SEMA 0,4mg diarios, donde el 42% de los participantes las sufrieron. Estos efectos son entendibles, puesto que se trabajó con dosis superiores a las empleadas en el día a día de nuestra consulta. Recordemos que la dosis máxima de SEMA comercializada en España a día de hoy es de 1mg semanal frente a los 0,4mg diarios (2,8mg semanas) del estudio.
En conclusión, el uso de SEMA subcutánea en pacientes con y sin DM2 parece mejorar la prevalencia de NASH sin perjudicar el grado de fibrosis hepática del paciente. Sin embargo, el ECA no arrojó diferencias estadísticamente significativas entre SEMA y placebo para la mejoría de fibrosis.
Es sorprendente que no se lograra una significación estadística en el porcentaje de pacientes que obtuvieron una mejoría en el estadio de fibrosis, a pesar del beneficio en la resolución de la NASH y la pérdida de peso producida por SEMA. Y es sorprendente porque existen varios estudios previos que sugieren que la resolución de NASH y la mejora en los componentes inflamatorios del hígado graso se asocian con una regresión de la fibrosis; resultado que no se obtuvo en este ECA. Los autores, aunque de forma breve, hacen un comentario de este resultado y lo achacan a una duración insuficiente y al grado de fibrosis avanzada de la mayoría de los pacientes seleccionados.
Sea como fuere, buenas noticias en relación a la SEMA para nuestros pacientes con NASH.
Cuídense.
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