16 de febrero de 2013

¿Se reduce el riesgo de diabetes tipo 2 con el ejercicio físico en los niños?


¿Se reduce el riesgo de diabetes tipo 2 con el ejercicio físico en los niños?

Sobre la diabetes en el niño no hablamos mucho. Se sobreentiende que la mayoría diabetes tipo 1, por lo que aspectos de prevención o de modificación de los estilos de vida no tendrían, a priori, excesivo alcance a estas edades. Sin embargo, la epidemia de obesidad entre nuestros infantes y su relación con la diabetes tipo 2 (DM2) entre los más pequeños cobra cada vez mayor importancia. Comentamos un trabajo que estudia entre los niños con sobrepeso u obesidad la relación entre la cantidad  de ejercicio físico practicado y el riesgo de DM2.  Se sabe que el ejercicio aeróbico reduce el riesgo metabólico en adultos y también en niños, pero se desconoce qué cantidad sería la deseable para prevenir la DM2 en un futuro.  El objetivo del mismo fue la de estudiar los efectos de diversas dosis de ejercicio aeróbico sobre la insulinoresistencia, la grasa corporal, la grasa visceral, y la aptitud física  general de niños sedentarios con sobrepeso u obesos. Se trata de un ensayo clínico aleatorizado realizado entre el 2003 y el 2006, en 222 niños sedentarios (menos de una hora semanal de ejercicio físico), obesos o con sobrepeso, aplicando el criterio del Centers for Disease Control and Prevention o un índice de masa corporal (IMC) ≥ 85 del percentil ponderal,
con edad media de 9,4 (7-11) años. El  42% eran varones y 58% de raza negra, y fueron captados de 15 escuelas americanas en Augusta (Georgia). Estos niños fueron aleatorizados a recibir dosis bajas (n=71) o altas  (n=73) de ejercicio físico aeróbico o a mantener su situación física habitual (n=78).
Los de bajas dosis hicieron 20 minutos diarios y los de altas dosis 40 minutos diarios de ejercicio aeróbico.  Se midió tras la intervención el riesgo de diabetes según el área de concentración de insulina  (ADC) tras un test de tolerancia a la glucosa, el estado aeróbico del sujeto según el pico de oxígeno consumido (VO2), el porcentaje de grasa corporal según un absorciómetro de doble energía, y la grasa visceral según la resonancia magnética, y todo analizado según intención de tratar.
Tras 1-3 días de haber finalizado las 13 semanas del ensayo clínico, los 209 niños que se mantuvieron en el estudio, tuvieron en un  85%  un IMC de 26 (DE 4,4). En cuanto a la reducción de los niveles de insulina fue mayor en el grupo de más ejercicio físico (diferencia media ajustada de -3,56, IC 95% -6,26 a -0,85 × 10(3) μU/ml; p = 0,01) en el ejercicio intermedio (diferencia media ajustada de -2,96, IC 95% -5,69 a -0,22 × 10(3) μU/ml; p = 0.03) que el grupo control.
Sin embargo, las diferencias en la insulinoresistencia entre los dos grupos de ejercicio físico no fueron significativas
Hubieron también diferencias en la grasa corporal (diferencia media ajustada de -1,4%,  IC 95% -2,2 a -0,7%; p inferior 0,001; y de  -0,8% IC 95% -1,6  a -0,07%; p = 0.03).
En la grasa visceral (diferencia media ajustada de -3,9 cm3, IC 95%  -6,0 a -1,7 cm3; p inferior 0.001; y de  -2.8 cm3 IC 95%, -4,9 a -0,6 cm3; p = 0,01) entre los grupos de alta o intermedia dosis de ejercicio frente al grupo control.
Concluyen que tras 13 semanas, pautas de ejercicio de 20 o de 40 minutos diarios de entrenamiento aeróbico mejoran la condición física y generan beneficios en la resistencia a la insulina y en la grasa visceral en niños sedentarios con sobrepeso u obesidad, e independientemente del sexo o de la raza.
Sin embargo, se hace notar que el doble de ejercicio no se traduce en el doble de beneficios con respecto al grupo control o basal, por lo que, apuntan que 20 minutos diarios, algo perfectamente aplicable en la jornada educativa, serían suficientes para prevenir esta patología.


Davis CL, Pollock NK, Waller JL, Allison JD, Dennis BA, Bassali R, Meléndez A, Boyle CA, Gower BA Exercise dose and diabetes risk in overweight and obese children: a randomized controlled trial. JAMA. 2012 Sep 19;308(11):1103-12.


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