5 de junio de 2012

Más sobre la pioglitazona y el cáncer de vejiga



Más sobre la pioglitazona y el cáncer de  vejiga

La  última de su familia y la única en la zona Europea, la pioglitazona (PIO), sigue estando en el candelero. Siendo un buen fármaco en la reducción de la HbA1c, con un mecanismo fisiopatológico muy efectivo y con la diferencia con su hermana la rosiglitazona (RO) -ya retirada en Europa, no así en EEUU- de disminuir los eventos cardiovasculares de los individuos diabéticos tipo 2 (DM 2) que la utilizaban, tiene un preocupante efecto secundario. Era conocida  como en la RO, la posibilidad de aumentar el peso y de precipitar insuficiencias cardíacas, sin embargo, a diferencia con su compañera, desde  el clásico Prospective Pioglitazone Clinical Trial in Macrovascular Events (PROactive) existía  la sospecha de que podía aumentar el riesgo de cáncer de vejiga (CaV) en el grupo de la PIO (14 v 6 casos, p = 0,069). A partir de aquí, los datos preliminares de un estudio de la vigilancia de la  US Food and Drug Administration (FDA) no encontraron asociación, pero sí un exceso de riesgo del 40% en aquellos DM2 que utilizaron la PIO más de 24 meses, como ya hemos comentado en otros post. Pero,  hubo un significativo incremento del riesgo en una cohorte francesa  que propició la suspensión de la venta de esta molécula en este país,  aunque la  European Medicines Agency (EMA) decidiera mantenerla en el mercado dado su balance riesgo-beneficio, hasta ese momento positivo. La FDA , por su parte, la mantuvo añadiendo advertencias sobre el posible riesgo de CaV, en la monografía del producto. Otros estudios no han llegado a encontrar asociación significativa entre la PIO y el CaV. Por ello se plantearon en United Kingdom  -UK- estudiar la asociación entre la PIO y el CaV en un estudio de base poblacional utilizando la base de datos del  “UK general practice research database”, la mayor – apuntan- base de datos del primer nivel asistencial, del mundo,  que contiene el historial clínico de más de 10 millones de personas de más de 600 consultas médicas representativas de la población de UK. Se identificaron, para ello, los DM2 a los que se les prescribió andiabéticos orales  (ADO) durante al menos un año entre enero del 1988 y el 31 de diciembre del 2009. Se trató por tanto, de un estudio caso-control sobre una cohorte retrospectiva en los que se identificó los casos de CaV ocurridos durante este tiempo que fueron comparados con 20 controles (sin antecedentes de CaV) correspondientes al año de nacimiento, año de introducción en la cohorte, sexo,…
En esta cohorte (241 111) se incluyeron a 115 727 DM2 con ADO (sin tratamiento con insulina), con una media de edad de  64.1 (DS 12.0) años y un seguimiento medio de 4.6 (DS 3.6) años.
La duración media con PIO fue de  2.2 (DS 1.5) años,  parecida a la RO 2.3 (DS 1.5). Los  470 CaV diagnosticados en las  526 559 personas/año de seguimiento arrojó una tasa global incidencia de 89.4 casos/100 000 personas y año, mientras la misma correspondiente a la población de UK en 2008 fue de 73/100 000, en mayores de 65 años.
A los 376 CaV diagnosticados durante al menos un año de seguimiento se les aparejaron 6699 controles, por lo que se observó que la utilización de PIO se asoció con un incremento de la tasa de CaV del 1.83 (IC 95%, 1.10-3.05), que se incrementó según el tiempo de uso de la misma. En intervalos superiores a 24 meses la tasa de riesgo (TR) de CaV se incrementó a 1.99 (IC 95%, 1.14-3.45), al tiempo que dosis acumuladas de PIO se asociaron con TR 2.54 (IC 95% 1.05 -6.14).
En resumidas cuentas,  que el uso exclusivo de PIO se asoció con un incremento de un  83% en las tasas de CaV, que correspondió a una diferencia absoluta ajustada de 74 casos por 100.000 personas/año (IC 95%  9-140), un efecto que no se observó con la RO.  Se concluye que la utilización de PIO se asocia con un incremento del riesgo de CaV en personas con DM2.

Azoulay L, Yin H, Filion KB, Assayag J, Majdan A, Pollak MN, Suissa S. The use of pioglitazone and the risk of bladder cancer in people with type 2 diabetes: nested case-control study. BMJ. 2012 May 30;344:e3645. doi: 10.1136/bmj.e3645.



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