Los frutos secos, mucho más que bajar el colesterol
Al parecer los frutos secos a la vez que reducen los lípidos en la sangre son capaces de reducir el riesgo cardiovascular (RCV), y todo ello debido a ciertas características que tendrían que ver con su composición. Los frutos secos son ricos en proteinas vegetales (10-25%) y en grasas (50-75%), la mayoría compuestas por ácidos grasos insaturados. Además son fuente de fibra vegetal, minerales (cobre, magnesio, potasio), vitaminas (ácido fólico, niacina, vitamina E y B6), antioxidantes fenólicos y fitoesteroles. Se estima que los frutos secos disminuyen el RCV hasta un 37% cuando se consumen en forma de 4 o más raciones por semana. En este aspecto la US Food and Drug Administration establece que consumir 43 gr de almendras, avellanas, nueces, pistachos, o cacahuetes puede reducir el RCV
El trabajo que comentamos examina los efectos del consumo de frutos secos sobre los niveles lípidos y sobre si estos niveles pueden estratificarse según el tipo de población, y determinadas variables (sexo, edad, tipo de fruto seco, IMC...).
Los estudios fueron extraídos de MEDLINE entre 1 de enero de 1992 y 31 diciembre de 2004 y evaluaban los efectos del consumo de frutos secos y los niveles de lípidos en 25 ensayos clínicos de 7 países, correspondiente a 583 pacientes que no tomaban hipolipemiantes; clasificándolos según diversas formas, dentro las que se encontraban los que consumían una dieta occidental (> 30% de grasas y grasas saturadas > 10%), una mediterránea (monoinsaturadas > 20% y grasas saturadas < 7%) o una dieta baja en grasas saturadas ( grasas totales < 30% y grasas saturadas < 7%). Comparadas con las dietas control, las dietas con frutos secos reducen significativamente el colesterol total, LDL-colesterol, el ratio LDL/HDL colesterol y el ratio colesterol total/HDL colesterol (p< 0,001); sin embargo no tienen efecto sobre el HDL-colesterol ni sobre los triglicéridos, excepto si presentan hipertrigliceridemia. Estos efectos fueron idénticos en varones y mujeres, según la edad e independientes según el tipo de fruto secos consumido. Los efectos fueron superiores según el valor basal de LDL-colesterol y dependientes de la dosis de frutos secos administrada. Se estimó que un 20% de las calorías consumidas en forma de frutos secos (equivalentes a 71 gr de una dieta de 2000 kcal) reducen en un 9,9 mg/dl los niveles de colesterol total (4,5% de variación) Según el tipo de dieta los efectos son distintos en la reducción del colesterol total y LDL-c, mayor en una dieta occidental que en una mediterránea o en una baja en grasas. Con todo la incorporación de frutos secos en la dieta de los pacientes hiperlipémicos genera mas beneficios cardiovasculares que descenso de las concentraciones de los lípidos sanguíneos pudiera reportar. El 7,4% de descenso de las LDL-c observado en los resultados de este metaánalisis es bajo en comparación a los efectos que puede producir la ingestión de una estatina, pero, sorprendentemente se relaciona con un 37% de RRR que es el doble al que se le atribuiría por el solo hecho de reducir la LDL- colesterol u 7,4%. Y es que el consumo de frutos secos mejora además de las lipoproteínas, la función endotelial, y disminuyen el estrés oxidativo. Además previenen el desarrollo de la DM2 y no aumentan el peso en proporción a las calorías ingeridas.
Nut Consumption and Blood Lipid Levels A Pooled Analysis of 25 Intervention Trials
Joan Sabate, Keiji Oda, MA, Emilio Ros.Arch Intern Med. 2010;170(9):821-827
2 comentarios:
Javier Díez:
Los beneficios de los frutos secos a nivel de lípidos son claros. Veremos si en estudio PREDIMED su consumo además se puede relacionar con una disminución de eventos cardiovasculares, mortalidad y cáncer.
A la hora de recomendar su consumo debemos recordar su contenido calórico y que deben contemplarse en el conjunto de las calorias que consume un individuo. No son un suplemento, son parte de la dieta.
Lo que me ha sorprendido más del metaánalisis es ls diferencia entre la reducción del riesgo relacionado con el descenso lipídico y la reducción del riesgo real debido a todos los efectos beneficiosos de estos nutrientes, que es bastante mayor.
Por otro lado, y en relación a la intervención de Javier, el Dr Emili Ros, uno de los firmantes y expeto en el tema a una pregunta que se le hizo en Menorca hace algunos años, en relación al contenido calórica -creo recordar- que contestó que sorprendentemente no aumentaban de peso en la misma proporcion que la ingesta calórica. Vamos que creo recordar que no se engordaban. Mateu Seguí
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