18 de diciembre de 2025

Editorial. Hemoglobina ¿glicada o glicosilada?: Ya es hora de llamar a las cosas por su nombre.



Comentario del Dr. José Escribano Serrano, Dr. Antonio Hormigo Pozo y Dr. Alfredo Michán Doña

Una cuestión de precisión científica que merece nuestra atención.

Noviembre ha sido un mes intenso de inmersión diabetológica, incluyendo el Día Mundial de la Diabetes, el pasado 14, culminando con nuestro Congreso de la redGDPS y se inicia diciembre con nuestros siempre esperados Estándares de Cuidados de la Diabetes de la ADA.

Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, emergen algunas reflexiones que no podemos dejar pasar. Una de ellas tiene que ver con algo que escuchamos y leemos repetidamente en múltiples ponencias, mesas redondas y conversaciones de pasillo: "hemoglobina glucosilada". Un término tan extendido como... técnicamente incorrecto. (Sigue leyendo...)

Los términos "glucosilada" (glucosylated) o "glicosilada" (glycosylated) se han instalado en nuestro vocabulario cotidiano. Los usamos con naturalidad, quizá por inercia histórica; pero, desde el punto de vista bioquímico, son erróneos. La expresión correcta avalada por la comunidad científica internacional es "hemoglobina glicada" (glycated haemoglobin).

¿Por qué esta distinción es importante? Porque no se trata de una cuestión semántica menor, sino de una importante precisión científica.

Debemos poner a la bioquímica en su lugar primordial. Desde 1985, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) y la Unión Internacional de Bioquímica (IUB) establecieron una diferenciación clara:
- Glicación (glycation): reacción no enzimática en la que la glucosa se une de forma estable al grupo N-terminal de la cadena beta de la hemoglobina. Este es exactamente el mecanismo por el cual se forma en la diabetes la HbA1c.
- Glucosilación (glycosylation): proceso enzimático, regulado y controlado, mediante el cual se unen azúcares a proteínas para funciones estructurales o de señalización. Este término describe la formación de glucoproteínas con glicanos unidos de forma covalente.

En castellano, deberíamos usar "glicación" (o "glucación"), del inglés “glycation” para las reacciones no enzimáticas y reservar "glucosilación" o "glicosilación" exclusivamente para los procesos enzimáticos.

¿Qué es realmente la HbA1c?
La HbA1c es el resultado de la adición estable, irreversible y no enzimática de la glucosa al extremo N-terminal del aminoácido valina de la cadena beta de la hemoglobina A. Su nombre bioquímico completo es N-1-Deoxyfructosyl beta hemoglobina (incluso se propuso la abreviatura DOF-Hb, aunque esta expresión no prosperó).

Para entenderlo mejor: dentro de un glóbulo rojo conviven hasta 300 millones de moléculas de glucosa con un número similar de moléculas de hemoglobina. La glucosa en su forma abierta (un pequeño porcentaje del total) se une espontáneamente a los grupos amino terminales de la hemoglobina. Esta unión no requiere enzimas, ocurre por simple contacto prolongado, y es directamente proporcional a la concentración de glucosa y al tiempo de exposición.

El vocablo "glucohemoglobina" es más amplio e incluye a todas las fracciones de hemoglobina a las que se han unido azúcares: la HbA1a o la HbA1b (sin relevancia clínica actual), la HbA1c (que es la que usamos en clínica) y la HbA1d o forma lábil de la HbA1c (cuya utilidad clínica está emergiendo y de la que, posiblemente, oiremos mucho en un futuro próximo).

La American Diabetes Association (ADA) y los principales consensos internacionales publicados en Diabetes Care recomiendan explícitamente el uso de "hemoglobina glicada" y "HbA1c". En inglés, el término aceptado es "glycated haemoglobin", nunca "glycosylated haemoglobin".

Un reto para el próximo año:
Os proponemos un objetivo ambicioso para los próximos artículos, congresos y charlas: erradicar de nuestro vocabulario expresiones tan habituales como imprecisas, por ejemplo, "hemoglobina glucosilada" y también "paciente diabético" -aunque esa es otra batalla..

Si somos capaces de ser certeros en el diagnóstico y en la prescripción de un tratamiento adecuado, ¿por qué no serlo también en el lenguaje que usamos? La precisión terminológica no es pedantería: es rigor científico. Y ese rigor redunda, sin duda, en una mejor atención a las personas que padecen diabetes o están en riesgo de padecerla.

Empecemos por nosotros mismos. La próxima vez que vayas a decir "glicosilada", haz una pausa, piénsalo y di "glicada" o “glucada”. Solo es un pequeño gesto, pero supondría un gran respeto a la verdad.

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