Cirugía bariátrica y riesgo de eventos cardiovasculares
Uno de los temas a los que le tengo más cariño es el de la cirugía bariátrica (CB) o metabólica, cuando se refiere a los pacientes con diabetes tipo 2 (DM2). Y hoy volvemos a hablar de la repercusión a largo plazo de esta cirugía en los resultados cardiovasculares (CV), un tema sobre el que se siguen publicando evidencias.
Como sabemos, la CB se indica en pacientes con índice de masa corporal (IMC) superior a 40 Kg/m2, o cuando se supera los 35 Kg/m2 y hay alguna comorbilidad. Sus resultados en pérdida ponderal media llegan a alrededor de un 25%, con pocas repercusiones postoperatorias, como ya han mostrado series históricas como la del Swedish Obese Subjects (SOS) (Sjöström et al). Según este, Sjöström L et al observaron como las complicaciones macrovasculares fueron del 44,2 por 1000 persona-años (IC 95% 37,5–49,5) en el grupo control y del 31,7 por 1000 persona –años (IC 95% 27,0–37,2) en el grupo quirúrgico o un hazard ratio (HR) 0,68 (IC 95% 0,54–0,85; p 0,01).
Y es que si bien la CB sería la técnica a priori más costosa, sus resultados la harían ser la más costeefectiva; pues si bien, ya hemos visto en otros post, la modificación de los estilos de vida (MEV) sería el tratamiento ideal, sus resultados, en pérdidas superiores al 10% del peso corporal son limitados (Gregg E et al) y no siempre mantenidos en el tiempo.
Así, Gregg E et al en un análisis post-hoc del estudio LOOK AHEAD (Action For Health in Diabetes) con MEV ya mostró como una pérdida ponderal de al menos un 10% en el primer año era capaz de reducir hasta en un 21% el riesgo de eventos cardiovasculares (EvCV) compuesto de muerte cardiovascular (MCV), el infarto agudo de miocardio (IAM), el accidente vásculo-cerebral (AVC) o el ingreso por cardiopatía isquémica (CI) con un HR 0,79 (IC 95% 0,63–0,98; p 0,034) en comparación con los que no habían perdido peso, lo que no es baladí, y refuerza el papel de la pérdida de peso en la prevención de estas complicaciones.
No hace mucho hablamos de la revisión sistemática con metaanálisis de van Veldhuisen en la que analizando los datos de 39 estudios; desde estudios controlados prospectivos a cohortes retrospectivas, vimos como la CB se asociaría con una reducción de la mortalidad, en general, por cualquier causa (MCC) con una tasa de riesgo, HR sería de 0,55 (IC 95% 0,49–0,62; p 0,001 frente a controles) y de la MCV un HR 0,59 (IC 95% 0,47–0,73, p 0,001). También la CB reduciría la incidencia de la insuficiencia cardíaca (IC) HR 0,50 (IC 95% 0,38–0,66; p 0,001), del IAM HR 0,58 (IC 95% 0,43–0,76; p 0,001), y del AVC o un HR 0,64 (IC 95% 0,53–0,77, p 0,001).
No se pudo demostrar, sin embargo este hecho en la fibrilación auricular (FA) HR 0,82 (IC 95% 0,64–1,06, p 0,12) al no llegar a la significación estadística.
Su objetivo fue evaluar impacto de la CB en el riesgo posterior de IAM, AVC, y un compuesto de EvCV . Para ello los pacientes fueron estratificados en dos grupos según se les hubiera o no practicado la CB, así como subclasificandolos según el tipo de CB practicada.
De 328.807 pacientes incluidos, 60.445 se les había practicado una CB y a 268 362 no, que actuaron como controles.
El riesgo de presentar un objetivo de EvCV compuesto se redujo en el brazo quirúrgico en un HR de 0,48 (IC 95% 0,45–0,51), de presentar IAM en 0,48 (IC 95% 0,45–0,51), y de AVC HR 0,55 (IC 95% 0,51–0,59). Que como vemos no distan mucho de los resultados del metaanálisis de van Veldhuisen.
De las técnicas quirúrgicas la gastrectomía en manga tuvo más riesgo de desarrollar IAM , AVC y otros tipos de EvCV que la técnica del bypass gástrico.
Concluyen que la CB se asocia con una reducción del riesgo de EvCV frente a un grupo control sin esta técnica quirúrgica, así existiría menor riesgo de IAM (0,91 frente a 2,79%) y de AVC (1,53% frente a 3,07%) frente a los controles no quirúrgicos. El Bypass gástrico sería la técnica con un menor riesgo de EvCV frente a la gastrectomía en manga.
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