11 de octubre de 2017

¿La metformina o los análogos de los GLP-1 en la primera línea de tratamiento de la diabetes tipo 2?

¿La metformina  o los análogos de los GLP-1 en la primera línea de tratamiento de la diabetes tipo 2?

La metformina (MET) es el fármaco de entrada en el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2) en la mayoría de las Guías de Práctica Clínica (GPC). Su eficacia, igual o superior a la mayoría de fármacos nuevos, su seguridad (no produce hipoglucemias, ni tiene más efectos secundarios de los gastrointestinales e interacción con la vitamina B12), sus beneficios cardiovasculares (estudio United Kingdom Prospective Diabetes Study -UKPDS-) y coste (bajo) le hacen ser el primer medicamento a utilizar en estos enfermos, salvo que existan contraindicaciones.
Las evidencias que lo sustentan se basan en estudios a largo plazo en individuos sin eventos cardiovasculares (ECV) previos o con bajo riesgo cardiovascular (RCV), al contrario de nuevos fármacos en los que los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) de seguridad se han realizado por lo general con ECV previos o alto RCV.
El mecanismo fisiopatológico de la MET consiste en reducir la producción hepática de glucosa al inhibir la gluconeogénesis hepática (y no a nivel muscular, como normalmente se cree). A su vez, los beneficios cardiovasculares (CV) de la MET tendrían que ver con su buen comportamiento sobre el peso corporal, la presión arterial (PA), los lípidos, los marcadores inflamatorios, de la coagulación, y sobre la reactividad microvascular.
Si que es cierto que las evidencias a nivel CV provienen del 1998 de un pequeño grupo de pacientes de la cohorte del  UKPDS, recién diagnosticados de DM2 que tenían sobrepeso, en el que frente a la dieta, la MET fue capaz de mejorar el riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM) hazard ratio (HR) 0,61 (IC 95% 0,41*0,89],  mortalidad relacionada con la DM2 HR  0,58 ( IC 95% 0,37-0,91) o la mortalidad por cualquier causa (MCC)  HR  0,64 (IC 95% 0,45-0,91). 
Por otro lado, los nuevos fármacos, al ser más recientes arrastran en su background efectos secundarios infrecuentes, en algunos casos graves, que se van clarificando con el tiempo, pero que dado su corto espacio de tiempo en el mercado, en muchos de ellos aún persiste la incertidumbre.
Es el caso de los análogos péptido similar al glucagón (GLP-1) o los inhibidores de los cotransportadores de la bomba de sodio - glucosa Tipo 2 (ISGLT2), que aún seguros a grandes rasgos, faltan estudios de seguridad a largo plazo. Problemas de carcinogénesis, de amputaciones, de cetoacidosis...
Sí que es cierto que a la MET se le han achacado complicaciones graves como la acidosis láctica, unas complicaciones que solo se dan remotamente cuando está contraindicada, en el caso de la insuficiencia renal grave... O los trastornos gastrointestinales (GI), que se reducen enormemente cuando se utilizan presentaciones sin lactosa o de liberacion retardada.
Con todo esto el Dr Inzucchi se pregunta si las nuevas medicaciones que se han comercializado podrían reemplazar la MET del primer escalón terapéutico. Su contestación rotunda es que “no”.

Sin embargo, los Drs Abdul-Ghani y DeFronzo de Fronzzo, comentan en sentido contrario, que existen nuevos fármacos que tendrían un comportamiento a nivel CV superior a la MET actuado sobre mecanismos fisiopatológicos distintos al de la glucogénesis hepática, más acordes con la etiología de la DM2. Pues, existen al menos 8 alteraciones fisiopatológicas involucradas en la génesis de la DM2 (el octeto ominoso).  Entienden que hay que utilizar fármacos que actúen sobre el máximo de mecanismos fisiopatológicos no solo sobre uno, como la MET. En este sentido apuestan por los análogos de los receptores GLP-1, pues actuarían al menos sobre 6 de los 8 mecanismos, evitando con ello la claudicación precoz de la célula beta-pancreática, al tiempo que mejorarían el RCV del paciente con DM2 independientemente de su acción glucémica.   A su vez producirían un descenso de la HbA1c mantenido con un escaso riesgo de hipoglucemia, supresión del apetito al retrasar el vaciamiento gástrico, pérdida de peso, disminución de la grasa visceral y hepática (útil en la esteatosis), y un buen comportamiento (prevención) a nivel renal, como se ha visto recientemente con el Liraglutide Effect and Action in Diabetes: Evaluation of Cardiovascular Outcome ResultsdA Long Term Evaluation (LEADER).
En cuanto a la prevención CV en pacientes de alto RCV, como hemos comentado en otras ocasiones, solo existen tres familias que han demostrado esta acción, los análogos del GLP-1, la pioglitazona y los inhibidores de SGLT2. En los análogos del GLP-1, el liraglutide y el semaglutide con el Evaluate Cardiovascular and Other Long-term Outcomes With Semaglutide in Subjects With Type 2 Diabetes (SUSTAIN-6), disminuyeron significativamente la incidencia de los ECV, entre los que habían el IAM, accidente vásculocerebral (AVC) y la muerte cardiovascular (MCV), en un 13 y 24% respectivamente. Por otro lado, señalan que los análogos de los GLP-1 tienen menos o parecidos efectos GI que la MET (15-20% no la toleran), con menor tasas de abandonos que con ésta. A su vez el riesgo de pancreatitis han quedado descartado en tres importantes ECA de entre 2 y 4 años de duración con más de 20.000 pacientes, señalan.
Por todo ello, estos autores, apuestan por introducir a los análogos de los GLP-1 en la primera línea del tratamiento de la DM2, en detrimento de la MET.


Abdul-Ghani M1,2, DeFronzo RA3. Is It Time to Change the Type 2 Diabetes Treatment Paradigm? Yes! GLP-1 RAs Should Replace Metformin in the Type 2 Diabetes Algorithm.
Diabetes Care. 2017 Aug;40(8):1121-1127. doi: 10.2337/dc16-2368.


Inzucchi SE1.Is It Time to Change the Type 2 Diabetes Treatment Paradigm? No! Metformin Should Remain the Foundation Therapy for Type 2 Diabetes. Diabetes Care. 2017 Aug;40(8):1128-1132. doi: 10.2337/dc16-2372.


No hay comentarios: