ADA virtual 2021. 18 meses de la COVID-19. ¿Comó afectó a la diabetes?
En ésta, el Dr Edward W. Gregg, profesor de Diabetes and Cardiovascular Epidemiology, de la School of Public Health, Imperial College de Londres, con un sugestivo título de “Diabetes and COVID-19 at 18 Months—Trouble Ahead, Trouble Behind” repasó la morbimortalidad del paciente con DM y COVID-19; el papel de la DM en el riesgo de infección y severidad por esta infección y sobre todo el impacto de la misma en este tipo de pacientes.
Según los datos provenientes de diversos estudios analizados la DM ha sido y es el principal causante de la gravedad del paciente afecto de COVID-19; de tal modo que entre el 30-40% ingresados por esta infección presentaban la DM; y lo que es más grave, entre el 21-43% llegaban a requerir cuidados intensivos (UCI).
Valoró cuales son las causas, que son variadas; desde motivos fisiopatológicos, la edad, la obesidad, a la coexistencia de hipertensión arterial (HTA), enfermedad renal crónica (ERC), enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca (IC)… Y, sobre todo, la hiperglucemia como causa de ingreso en pacientes con DM y sin ella. Una hiperglucemia que se asocia con peores resultados, a ingreso en la UCI, fallecimientos… Si bien es cierto que no se tienen datos de si en el caso de mala evolución sería la hiperglucemia o la infección por la COVID-19 la causante de dicho estado.
Mostró como el mal control metabólico previo a la infección y tras ella se relacionó también con peores resultados.
Con todo, resaltó que la información manejada no es del todo fiable a afectos poblacionales dado que el 90% proviene de fuentes hospitalarias, con lo que los denominadores fallan a la hora de sacar conclusiones globales.
La Dr Linda DiMeglio, , Profesora de Pediatría, de la Division of Pediatric Endocrinology and Diabetology, Indiana University School of Medicine, que ya presentó la anterior mesa que comentamos sobre la diabetes tipo 1 (DM1) en el contexto de la COVID-19, evaluó la impresión que fundamentó la anterior mesa, aportando gran cantidad de evidencias al respecto, y concluyendo que el paciente con DM1 no es más susceptible de presentar la infección por la COVID-19 que otros individuos sin esta infección, pero que si tienen más riesgo de gravedad, ingreso y que su mortalidad hospitalaria se asemeja a la de la DM2. De la misma forma, no hay evidencias que apoyen que la infección por la COVID-19 exacerbe o induzca la DM1, y que los cambios observados se deberían al retraso en el acceso de la atención sanitaria en el momento del diagnóstico por problemas de accesibilidad sanitaria (más hospital menos centros de Atención Primaria -AP). Hay que tener en cuenta que la sintomatología de la infección por la COVID-19 en niños (tos seca, nauseas, vómitos y fiebre) podrían ser similares al debut de la DM1 en éstos.
Por otro lado, los datos hasta el momento sugieren que es improbable que el virus de la COVID-19 induzca autoinmunidad o que cause un daño permanente a las células betapancreáticas.
Una mesa que complementaría la anterior sobre la DM1.
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