Existen dificultades para establecer la tendencia de la acidosis láctica con el uso de la metformina
En este blog hemos hablado en diversas ocasiones del riesgo de acidosis láctica (AL) de la metformina (MET) de cómo los distintos estudios y metaanálisis no han demostrado mayor riesgo que otros fármacos antidiabéticos no insulínico (ADNI) en condiciones normales pero sí en situaciones especiales como es el de la enfermedad renal crónica (ERC). Sin embargo, ya dimos cuenta como las recomendaciones de las distintas agencias internacionales como la U.S. Food and Drug Administration (FDA) fruto de los análisis de los distintos estudios cambiaron sus criterios haciéndolos más laxos, así la FDA permitió a partir del 2016 la utilización de este ADNI por encima de los 45 ml/min/1,73 m2 y en general entre los 30 y 60 ml/min/1,73 m2, según las condiciones. Entendieron que el riesgo de la AL por parte de la MET en la ERC era un efecto adverso muy infrecuente y achacable a causas externas concomitantes como el colapso cardiovascular (CV) más que a la MET en sí.
En este sentido, hemos traído aquí el comentario sobre un estudio en la vida real que explica los cambios en las declaraciones de AL achacadas a la MET a partir de los cambios en las recomendaciones de la FDA y según su sistema de declaración de efectos adversos, el FDA’s Adverse Event Reporting System (FAERS).
Se utilizaron los datos disponibles de la FAERS entre el 2015 al 2018 estratificados en los años que fueron comunicados. El número total de los efectos adversos comunicados (con o sin la AL) para la MET fueron calculados y comparados con un grupo en el que se incluían todos los ADNI y las insulinas (INS). Las tasa proporcionales por año (PRR) fueron calculados según número de casos de AL debidos a la MET/ número total de comunicaciones relacionadas con la MET/ número total de AL comunicaciones de fármacos antidiabéticos/número total de efectos adversos de fármacos antidiabéticos. Este sistema es el utilizado habitualmente en las bases de datos de vigilancia de efectos adversos, si bien no es capaz de eliminar los sesgos de factores confusores.
Según lo que mostraron las comunicaciones de AL en el intervalo temporal estudiado hubo un incremento de los casos de AL de 521 en el 2.015 a 1939 en el 2018. En el mismo período hubo un aumento de cualquier efecto adverso de la MET de 4.913 a 8.733.
En cuanto a los comparadores las comunicaciones de AL se incrementaron de 21 a 28, al tiempo que le número de efectos adversos caía de 59.200 a 38.679.
En relación al comparador los PRRs de MET y AL fueron de 74 a 145 sin que se detectara un aumento de la tendencia estadísticamente significativo.
No se pudo disponer del filtrado glomerular estimado (FGe) ni de la creatinina sérica en este análisis, aunque el porcentaje de AL y insuficiencia renal aguda se elevó de 27 a 42,8% (p superior a 0,01)
Concluyen que aunque se hayan doblado comunicaciones de AL por MET la falta de una tendencia positiva en los PRR frente a los comparadores no se distingue claramente de las fluctuaciones de los eventos adversos comunicados. Por otro lado, la estabilidad de los PRR y de las FAERs al carecer de denominador impiden concluir que las tasas de AL en EEUU se hayan incrementado. Se necesitan estudios más potentes con los que responder a esta cuestión.
Flory JH, Hennessy S, Bailey CJ, Inzucchi SE. Reports of Lactic Acidosis Attributed to Metformin, 2015-2018. Diabetes Care. 2019 Oct 9. pii: dc190923. doi: 10.2337/dc19-0923. [Epub ahead of print]
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