La puntilla a un molécula. El final del malogrado Rimonabant en la prevención cardiovascular
Actualmente quedan pocas opciones farmacológicas contra la obesidad, y más desde la retirada de la sibutramina en Europa. La vía de los endocanabinoides era una opción que mostró esperanzadores resultados pues actuaba sobre receptores que eran capaces de reducir la grasa visceral -la circunferencia abdominal- y mejorar además del peso varios factores de riesgo cardiovascular (FRCV) tales como HDL-colesterol, triglicéridos, glucemia, y hormonas como la insulina prandial, leptina-1, o adiponectina. Sin embargo, la principal, y creo que única sustancia estudiada, el rimonabant presentó efectos secundarios preocupantes del tipo psiquiátrico que hicieron primero, que surgieran llamadas de alerta. y posteriormente que fuera retirada del mercado en nuestro país, desalentando la investigación de esta vía terapéutica.
Con todo, el estudio Comprehensive Rimonabant Evaluation Study of Cardiovascular Endpoints and Outcomes (CRESCENDO) que ha sido recientemente publicado, aunque finalizado en el 2008, ha estudiado la reducción del riesgo de muerte cardiovascular (MCV), infarto de miocardio (IAM) o enfermedad cerebrovascular (ECV) en los pacientes que fueron tratados con esta sustancia.
Se trató de un ensayo clínico aleatorizado dobleciego en 974 hospitales, sobre 18695 pacientes con obesidad abdominal, mayores de 55 años con antecedentes cardio o cerebrovasculares o algún suceso arterial periférico en los últimos 3 años, o al menos dos FRCV. Fueron separados en dos grupos, los con enfermedad vascular (EV), o los que sin EV que tenían FRCV. De estos, 9381 pacientes recibieron rimonabat (20 mg) y 9381 placebo, en idéntico en indistinguible formato.
Se hizo un seguimiento en base a un cuestionario sobre síntomas psiquiátricos o neurológicos al inicio, al mes y luego cada 3 meses. En el caso de sintomatología sugestiva de ideación suicida el estudio era interrumpido
En noviembre de 2008 el estudio fue interrumpido en varios países (Irlanda, Francia y Alemania), habiendo estado el fármaco en exposición en el estudio una media de 13,8 meses, cuando la terminación estaba prevista a los 33 meses.
En este tiempo el Hazar ratido –HR- en el objetivo primario fue de 0,97 (IC 95% 0,84–1,12, p=0,68), encontrándose 375 eventos en el grupo placebo frente a 364 en el grupo de rimonobant, menos de la mitad de lo previsto en el protocolo de estudio. En el grupo del rimonabant todas las causas de mortalidad descendieron un 8,9% -HR 0,91, 0,71–1,17, p=0,46. Los síntomas neuropsiquiatricos (ansiedad, depresión, insomnio, mareos, alteraciones de humor) fueron más frecuentes en el grupo de intervención (p<0,0001), destacándose que en 231 pacientes (2,5%) de grupo de rimonabant frente a 120 (1,3%) de placebo hubieron síntomas psiquiátricos graves, entre los cuales hubieron 4 suicidios en el grupo del rimonabant (tasas de suicidio de 0,04%) y uno en el del placebo, y de 9 frente a 5 de tentativas del mismo.
En conclusión, el rimonabant no demostró prevenir eventos cardio o cerebrovasculares graves pero sí que ratificó que es capaz de producir problemas psiquiátricos importantes que pueden llevar al suicidio. Todo ello no hace más que ratificar las decisiones que en 2008 tomaron las agencias internacionales.
Topol EJ , Bousser MG, Fox KA, Creager MA, Despres JP, Easton JD, et al, for The CRESCENDO Investigators. Rimonabant for prevention of cardiovascular events (CRESCENDO): a randomised, multicentre, placebo-controlled trial. The Lancet 2010; 376 August 14, 2010
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