La prediabetes aumenta el riesgo de fractura en las mujeres
A la diabetes (DM) se la ha considerado un factor de riesgo de osteoporosis pero las evidencias nos muestran que el paciente con DM tipo 2 (DM2) tiene mayor densidad ósea, aunque paradójicamente un mayor riesgo de fractura; una paradoja que se fundamenta en que es un paciente con mayor índice de masa corporal (IMC) que puede ser la causa de un aumento de la densidad mineral ósea (DMO) y con ello reduce el riesgo de fractura, aunque la hiperglucemia (alteraciones del colágeno, matriz ósea,…), la adiponectina (que está reducida), las incretinas (reducidas en estos pacientes), las complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía…), y con ello el mayor riesgo de caídas, y ciertos antidiabéticos (glitazonas -GTZ-, inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (iSGLT2)) que actuarían sobre la microarquitectura del hueso,.. aumenten este riesgo.
En un estudio que comentamos de Leidig-Bruckner G et al (2014) que investigó la prevalencia de osteoporosis (según una DMO inferior a −2,5 desviación estándar (SD), T-score en columna lumbar (CL) y cuello femoral (CF)) y las fracturas por fragilidad como determinantes de la DMO en una cohorte de pacientes con DM tipo 1 (DM1) y DM2, no se encontraron diferencias en la DMO entre los pacientes con DM1 o DM2, aunque éste fue mayor en los DM2 que en los individuos del grupo control (p inferior 0,0001).
La prevalencia de osteoporosis según DMO (T-score inferior a −2,5 SD) fue equivalente entre ambos grupos de DM, pero inferior en los DM2 que en los controles. Según éste hubo mayor osteoporosis que se correlacionó positivamente con el IMC y negativamente con la edad, pero no con parámetros específicos relacionados con la DM (sean la HbA1c, complicaciones micro o macrovasculares o fármacos,.. ) en todos los subgrupos.
En cuanto a la prevalencia de fracturas por fragilidad fue baja (5,2%), no siendo diferente según los distintos grupos de DM. Los pacientes con fractura tuvieron menor IMC en comparación con aquellos sin fracturas; y sorprendentemente según la DMO la mayoría de ellos tuvieron un T-score superior de −2.5 SD (o sea, sin osteoporosis). Según dicho estudio las fracturas son similares en DM1 como en DM2, y no estaban relacionadas con presentar una T-score inferior a −2,5 SD.
Hoy hablaremos sin embargo de la prediabetes (PRED) que también estaría asociada con mayor riesgo de fractura pues se asocia con un menor recambio óseo y también, como la DM2, a una peor microarquitectura del hueso trabecular.
Como diferencia a los pacientes con DM los con PRED tendrían una mayor resistencia a la insulina (INS) lo que se asociaría con una DMO más reducida y una pérdida ósea más rápida que podrían aumentar el riesgo de fractura. Y este es el objetivo de este estudio, evaluar si la PRED aumenta el riesgo de fractura, en este caso en mujeres de mediana edad sin DM2. Y como objetivo secundario si este riesgo de fractura es independiente de la DMO.
En total se analizaron a 1.690 mujeres de 49,7 (±3,1) años, 25,9% de raza negra 11,7% chinas, 12,7% japonesas y un 49,8% blancas con un IMC al inicio de 27,6 (±6,6). De éstas 225 (13,3%) tenían PRED y 1.465 no tenían PRED antes de su inclusión en el estudio. En cuanto a las fracturas 25 (11,1%) se produjeron en el grupo de PRED mientras que 111 (7,6%) en el grupo sin PRED.
Tras ajustar por edad, IMC, tabaquismo, raza, y utilización de medicamentos relacionados con la osteoporosis, la PRED antes del inicio de estudio se asoció con más fracturas hazard ratio (HR) por fractura en PRED frente a no PRED de 2,20 (IC 95% 1,11-4,37; p 0,02), o un riesgo absoluto aleatorio de fractura de 6,3 por 1000 persona-años en personas sin PRED antes del inicio del estudio que se incrementa entre 3-7 fracturas por 1000 persona-años en personas con PRED; una asociación que se mantuvo aún el IMC al inicio del seguimiento.
Un incremento de fractura que se dio en la PRED pero no en la DM2.
En los 3 estudios anteriores publicados (varones, ancianos..) esta asociación no fue tan evidente. Concluyen que las mujeres en edad media de la vida (pre o perimenopáusicas) con PRED e independientemente de su IMC tiene mayor riesgo de fractura que las que no tienen esta alteración metabólica o presentan DM2. Algo que sorprende.