Cada año en enero, desde hace más de 25 años, y publicado en Diabetes Care, la American Diabetes Association (ADA) hace una actualización de las evidencias y las recomendaciones en diabetes mellitus (DM) incluidas en el Standards of Medical Care (SMC) según las evidencias que se han ido produciendo. Por ello la estructura es parecida y los cambios normalmente son mínimos, salvo cuando existe algún estudio o consenso que rompe con lo anteriormente publicado. En estos casos los cambios suelen estar en algún capítulo pero no afectan al conjunto de las recomendaciones.
Los SMC tienen las ventajas de una Guía de Práctica Clínica basada en la evidencia científica. Clasifica la fuerza de sus recomendaciones según el nivel de las evidencias científicas que las avalan estableciendo cuatro grados de mayor a menor fuerza: A, B, C y E, siendo A el basado en ensayos clínicos y el E el basado en consenso de expertos, y todo ello anualmente.
El formato, para ser más manejable, es en forma individualizada según capítulos, como el documento extenso también según capítulos, y un documento breve con los cambios producidos desde el anterior publicado ( SMC in Diabetes 2016: Summary of Revisions). La bibliografía ha ido variando según las versiones, desde estar toda al final de la obra a encontrarse al final de cada capítulo (14 secciones), mucho más manejable.
Este año la redGDPS ha inaugurado una iniciativa con la que hacer más útil, asequible y rápida la consulta de este documento en lengua española. Para ello cinco integrantes de la red se han propuesto en un tiempo récord traducir, resumir y plasmar en un pequeño documento que se publica en el blog (por su inmediatez) y en la revista Diabetes Práctica (formato papel) más tarde, los principales cambios producidos en el mismo y dirigido (en muestro caso) al manejo del paciente con diabetes tipo 2 (DM2) para el médico del primer nivel.
En este sentido, destacamos:
1.- Clasificación (sección 2): se mantiene la clasificación tradicional en diferentes categorías: 1º. Diabetes tipo 1 (DM1) (por la destrucción de las células beta, deficiencia absoluta de insulina). 2º. Diabetes tipo 2 (DM2) (por un déficit progresivo de la secreción de insulina iniciado tras un proceso de resistencia a la insulina). 3º. Diabetes mellitus gestacional (DG) (aquella que es diagnosticada en el 2º o 3º trimestre del embarazo).4º. Otros tipos específicos de DM por otras causas (DM monogénica, enfermedades del páncreas exocrino (fibrosis quística…), DM producida por fármacos…).
Hacemos notar (nota del comentarista), que en estas categorías no se hace mención a la DM tipo LADA (latent autoimmune diabetes of adult) que, como la DM1 puede ser identificada determinando los anticuerpos GAD (antiglutamato descarboxilasa). Sin embargo, al contrario de la DM1, la edad suele estar entre 30-70 años, y no requiere tratamiento insulínico al menos 6 meses tras el diagnóstico.
2.-Criterios diagnósticos: (sección 2), no existen cambios pues se mantienen los mismos test, tanto para el cribado de la DM2 como para el diagnóstico de la misma, sea con la HbA1c (≥ 6,5%), la glucemia basal en ayunas (GB) (≥ 126 mg/dl), como con la glucemia a las 2 horas de una prueba de tolerancia oral a la glucosa con 75 gr de glucosa (SOG) (≥ 200 mg/dl), dejando claro (2016) que no existe una prueba superior a otra . Todas ellas repetidas en dos ocasiones (no en el cribado), salvo cuando existan signos inequívocos de DM2 en cuyo caso una glucemia al azar ≥ 200 mg/dl, es suficiente.
Este año la ADA, para clarificar la relación entre la edad, el índice de masa corporal (IMC) y el riesgo de DM2 y de prediabetes, hace una revisión de las recomendaciones de cribado, insistiendo en practicar los test en todos los adultos a partir de los 45 años (2016) (B), no solo si presentan obesidad o sobrepeso (2015). Y en adultos de cualquier edad con sobrepeso u obesidad o que tuvieran algún factor de riesgo adicional de DM (B).
Si es normal el test repetirlo cada 3 años (C), siendo cualquier test de los nombrados apropiado (B). En niños y adolescentes se recomienda el cribado si presentan sobrepeso u obesidad y dos o más factores de riesgo de DM2 (E).
3.- Las categorías que incrementan el riesgo de DM2 (Prediabetes) (sección 2). Las situaciones que incrementan el riesgo de DM2 (prediabetes), no han sufrido variación, son: o tener una GB entre 100 y 125 mg/dl, llamada glucemia basal alterada (GBA), o una SOG a las 2 horas entre 140-199 mg/dl, llamada intolerancia a la glucosa (ITG), o una HbA1c entre 5,7-6,4%. Entendiendo que todos los test son igual de apropiados y que el riesgo es continuo excediendo los límites en las tres situaciones.
4.- Diabetes gestacional (DG) (sección 2)
En la DG, definida como algún grado de intolerancia a la glucosa primariamente detectado en el embarazo, se continua recomendando practicar algún test para detectar la DM2 (usando los criterios ad hoc) en toda embarazada que acude a nuestra consulta si se identifica algún factor de riesgo de DM2 y en la primera vista prenatal de la mujer (B).
A su vez se recomienda practicar un test para descartar la DG a las 24-28 semanas ( mediante la SOG con 75 gr, o en “dos pasos” mediante una SOG con 50 gr en ayunas seguidas de SOG con 100 gr en las mujeres sin DM previa) (A).
Las mujeres con DG a las 6-12 semanas tras el parto precisarán una nueva SOG para reevaluarlas con los criterios habituales (E).
Este cribado deberá repetirse cada 3 años (B).
5.- Diabetes monogénicas.- (sección 2). Tema cada vez con más importancia al que el ADA desarrolla en aspectos de diagnóstico, evaluación individual y familiar. Destacando que a todo lactante diagnosticado de DM antes de los 6 meses debe realizarse un test genético (B). Se debe debe considerar a la DM tipo MODY (Maturity-Onset Diabetes of the Young) en aquellos pacientes jóvenes con una hiperglucemia estable y antecedentes familiares de DM sin características de DM1 o DM2 (E).
6.- Evaluación inicial y plan de manejo de la DM (sección 3). En la consulta inicial se debe 1º.- clasificar el tipo de DM 2º. Detectar las complicaciones de la DM (evaluación física, TA, IMC, retina, bioquímica, test,..) 3º. Revisar el tratamiento previo y los factores de riesgo en pacientes con DM, así como considerar la evaluación de la comorbilidad acompañante (p. ej., depresión, apnea obstructiva del sueño) que pueden complicar el tratamiento de la DM. 4º. Plantear un plan de tratamiento, en el que se incluya la educación diabetológica, autocontrol, consejos sobre actividad física, nutrición, tabaquismo, inmunizaciones… 5º. Proporcionar una programación para establecer una atención continuada de por vida. En el 2016 la ADA intenta reflejar la importancia de integrar la evaluación médica, el compromiso del paciente, y el seguimiento posterior, dando especial importancia a la modificación de los estilos de vida y del comportamiento personal.
7.- Los objetivos glucémicos (sección 5): El autoanálisis, en aquellos que esté indicado, es de gran ayuda a la hora de tomar decisiones terapéuticas y en el autocontrol de aquellos en tratamiento insulínico (B). La monitorización continua de la glucosa es una herramienta complementaria en aquellos pacientes sin conciencia de hipoglucemia y/o con hipoglucemias frecuentes (C).
Realizar la HbA1c al menos dos veces al año en individuos en buen control glucémico estable (E). O cada tres meses en aquellos que se hagan cambios en su tratamiento o no cumplan objetivos (E). En adultos no gestantes el objetivo razonable se encuentra por debajo del 7% de HbA1c, siendo más estricto ( inferior a 6,5) en individuos seleccionados sin riesgo de hipoglucemia y habitualmente con una DM de reciente aparición, en tratamiento con modificación de los estilos de vida o metformina y sin riesgo cardiovascular (C). Y objetivos menos estrictos (inferior a 8%) en pacientes con historia de hipoglucemias graves, esperanza de vida reducida, y alteraciones microvasculares o macrovasculares avanzadas, comorbilidad…(B).
Los objetivos glucémicos preprandiales se mantienen en 80-130 mg/dl y postprandial inferior a 180 mg/dl
8.- Educación para el autocontrol de la DM (EACD) y apoyo para el autocontrol de la DM (AACD) (sección 3)
Dos secciones del año 2015, la sección 3 y la sección 4 han sido refundidas en una.
La EACD y AACD son procesos constantes que facilitan el conocimiento, y las habilidades necesarias para el autocuidado de la DM. La EACD y el AACD tienen cuatro momentos críticos: (novedad SMC 2016)
1. En el momento del diagnóstico
2. Anualmente para la evaluación de la educación, la nutrición y las necesidades emocionales.
3. Cuando surgen nuevas complicaciones que influyen en la autogestión.
4. Cuando se producen cambios en el tratamiento.
Recomendaciones:
En los SMC 2016 como novedad encontramos
• Todas las personas con DM deben adquirir de manera participativa los conocimientos, habilidades y aptitudes necesarios para el autocuidado de la diabetes e implementar y mantener las aptitudes y los comportamientos necesarios para la autogestión permanente, en el momento del diagnóstico y posteriormente según sea necesario. (B)
• La EACD y el AACD deben estar centradas en el paciente, siendo respetuosos y sensibles a las preferencias individuales, necesidades y valores de cada paciente, que deben guiar las decisiones clínicas. (A)
• Los programas EACD y AACD deben contar con los elementos necesarios en sus planes para prevenir la aparición de la DM. (B)
9.- Tratamiento médico dietético (sección 3)
Se ha simplificado respecto a las recomendaciones del 2015, sin ningún cambio en los grados de evidencia, ni en los conceptos respecto a la terapia dietética nutricional.
10.- Actividad física (sección 3): No hay cambio en las recomendaciones respecto al año 2015
11 .- Abandono del tabaquismo (sección 3): No hay cambio en las recomendaciones respecto al año 2015.
12.- Vacunas (sección 3): En los actuales SMC la síntesis de las recomendaciones son más cortas que en el 2015, pero en el texto las conclusiones son las mismas y se justifica la recomendación de vacunación de hepatitis B.
13.- Evaluación psicosocial y asistencia sanitaria (sección 3): No hay cambio en las recomendaciones respecto al año 2015
14.- Prevención o retraso en la aparición de la DM2 (Sección 4).
Se aglutinan en el concepto “Prediabetes " la ITG, la GBA, así como tener una HbA1c en el rango de 5,7-6,4%; y no se diferencia en el nivel de evidencia entre ellas, como ocurría en los SMC del 2015. (ver apartado 2)
Recomendaciones
• Se debe animar a los pacientes con prediabetes a realizar una dieta intensiva y un programa de asesoramiento sobre conductas de actividad física, adheridos a los principios del Programa de Prevención de Diabetes (DPP) para conseguir un descenso del 7% del peso corporal y realizar la actividad física de intensidad moderada (como las caminatas enérgicas) al menos 150 min/semana. (A)
• Planes de seguimiento y programas de mantenimiento deben ser ofrecidos para obtener éxito a largo plazo en la prevención de la diabetes. (B)
• Los programas de educación para el EACD y de AACD son contextos adecuados para que las personas con prediabetes reciban educación y apoyo para desarrollar y mantener conductas que puedan prevenir o retrasar el comienzo de la DM. (B) .(En los SMC del 2015 evidencia C)
• Herramientas asistidas por la tecnología incluyendo las redes sociales en Internet, la educación a distancia, contenidos en DVD y aplicaciones móviles pueden ser elementos útiles de modificación de estilo de vida para prevenir la DM. (B)
15.- Gestión de la obesidad en el tratamiento de la DM2 (Sección 6)
Esta sección es novedad en los SMC 2016.
El tratamiento de la obesidad puede retrasar la progresión de la prediabetes a la DM2 y puede ser beneficioso en el tratamiento de la DM2. Estas mejoras son más pronunciadas al inicio de la historia natural de la DM, cuando la resistencia a la insulina, asociada a la obesidad, produce una disfunción de la célula β reversible, con una capacidad secretora de insulina relativamente preservada.
La primera recomendación es que en cada visita debe calcularse el IMC y dejarlo documentado en la historia clínica. B
Recomendaciones dieta, ejercicio y terapia conductual:
Debe prescribirse dieta, actividad física y terapia conductual con el objetivo de alcanzar ≥ 5% de pérdida de peso en pacientes con sobrepeso y obesidad con DM2 . (A). (Aunque lo óptimo sería alcanzar ≥ 7%).
Estas intervenciones deben ser de alta intensidad (≥ 16 sesiones en 6 meses) centrándose en dieta, ejercicio y estrategias de comportamiento para lograr un déficit de energía de 500-750 kcal/día. (A)
Las dietas que proporcionan la misma restricción calórica aunque difieran en contenido en proteínas , hidratos de carbono, y grasa son igualmente eficaces en el logro de pérdida de peso. (A)
Para los pacientes que logran a corto plazo objetivos de pérdida de peso, deben prescribirse programas de mantenimiento, a largo plazo (≥ 1 año), deben monitorizarse y seguirse al menos mensualmente; fomentando el control continuo del peso corporal (semanalmente o más frecuentemente), recomendando el consumo continuado de una dieta reducida en calorías, y la realización de altos niveles de actividad física (200-300 min / semana). (A)
Para lograr la pérdida de peso de más de 5%, a corto plazo (3 meses), intervenciones intensivas pueden prescribirse por profesionales especializados, utilizando dietas muy bajas en calorías ( ≤ 800 kcal/día) y/o reemplazos totales de comidas, (pueden conseguir pérdidas de peso del 10-15%), en pacientes cuidadosamente seleccionados.Para mantener la pérdida de peso, tales programas deben incorporar consejo a largo plazo y un plan de mantenimiento. (B)
Recomendaciones farmacoterapia:
Al elegir un hipoglucemiante en un paciente con DM con obesidad y sobrepeso consideran su efecto sobre el peso. (E). (De elección aquellos que disminuyan peso o al menos sean neutrales con el mismo). En la medida de lo posible, en el tratamiento de las comorbilidades hay que reducir al mínimo los medicamentos que estén asociados con aumento de peso. E. (Antipsicóticos como clozapina, olanzapina, risperidona; los antidepresivos tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la monoamino oxidasa; glucocorticoides, anticonceptivos orales; anticonvulsivantes como gabapentina; algunos antihistamínicos y anticolinérgicos).
En pacientes con DM2 con IMC ≥ 27 kg/m2 y con comorbilidades asociadas, o con IMC ≥30 kg/m2, la FDA ha autorizado 5 fármacos con la indicación de pérdida de peso, (Naltrexona/bupropion, lorcaserina, fentermina/topiramato ER, liraglutide en dosis de 3 mg s.c, y orlistat. Sólo este último está comercializado en España.) que pueden ser efectivos como complemento a la dieta, el ejercicio y el asesoramiento conductual, Los potenciales beneficios deben sopesarse con los riesgos potenciales de estos medicamentos. (A)
Si la respuesta de un paciente a la pérdida de peso con medicamentos es inferior a 5% después de 3 meses, o si hay algún problema de seguridad o tolerabilidad deben interrumpirse y buscarse medicamentos o enfoques de tratamiento alternativos. (A) ) (Estos medicamentos están contraindicados en las mujeres que están o pueden quedarse embarazadas. Las mujeres en la edad reproductiva deben ser advertidas y usar un método fiable de anticoncepción).
Recomendaciones cirugía bariátrica (CB):
La CB puede considerarse para adultos con IMC superior a 35 kg/m2 , especialmente si tienen DM2 con comorbilidades asociadas y/o son difíciles de controlar con el estilo de vida y terapia farmacológica. (B)
Los pacientes con DM2 que han sido sometidos a CB, necesitan apoyo de estilo de vida durante toda la vida y al menos seguimiento médico anual.(B)
Aunque estudios pequeños han mostrado un beneficio glucémico de la CB en pacientes con DM2 y el IMC entre 30-35 kg/m2, no existe evidencia actualmente suficiente como para recomendar la CB en pacientes con IMC < 35kg/m2. (E)
16.- Hipoglucemias (sección 5)
Los pacientes tratados con insulina que hayan presentado algún episodio de hipoglucemia inadvertida o algún episodio grave de hipoglucemia deben ajustar al alza el objetivo de control glucémico por varias semanas para evitar nuevos episodios (A). Si un paciente presenta deterioro cognitivo, este riesgo debe evaluarse de forma periódica y aumentar la vigilancia para evitar las hipoglucemias, tanto por parte de profesionales sanitarios, como de familia o cuidadores (B). Dado que muchas hipoglucemias en la DM2 suelen presentarse con clínica atípica se recomienda preguntar en cada visita por síntomas relacionados con la hipoglucemia (C). El tratamiento de la hipoglucemia en una persona consciente debe ser la ingesta de 15-20g de glucosa que puede repetirse a los 15 minutos si la glucemia capilar sigue mostrando niveles bajos (E). Una vez normalizado el nivel, el paciente debe consumir alguna comida o “snack” para prevenir la recurrencia. Se debe prescribir glucagón a las personas con riesgo aumentado de hipoglucemia grave (que requiere asistencia por otra persona) (E). Después de una hipoglucemia grave o inadvertida, se deben re-evaluar los objetivos de control en todos los pacientes. La administración del glucagón no debe restringirse al personal sanitario, recomendando que familiares, cuidadores y profesores también deben ser instruidos en su administración (E).
17.-Tratamiento farmacológico de la DM (sección 7)
La recomendaciones de manejo farmacológico en DM1 y DM2 no varían respecto al año anterior. La mayoría de pacientes con DM1 precisa de terapia intensiva insulínica (basal más 2-3 administraciones de rápida) o infusión continua subcutánea mediante bomba de insulina (A). La mayoría de pacientes deberían usar análogos de insulina para disminuir el riesgo de hipoglucemias. En la DM2 la terapia inicial recomendada, si no está contraindicada y es bien tolerada, sigue siendo la metformina (A). Si la monoterapia a dosis máxima tolerada no consigue alcanzar y mantener el objetivo glucémico, no debe esperarse más de 3 meses en añadir un segundo fármaco oral un agonista del receptor del peptido similar al glucagón (aRGLP1) o insulina basal (A). En pacientes con DM2 que no alcanzan los objetivos de control debe evitarse la inercia terapéutica en el inicio de la insulina (B). Puede considerar el uso de insulina de inicio con o sin otros antidiabéticos, en pacientes recién diagnosticados muy sintomáticos y niveles altos de glucemia o HbA1c (E). Los cambios terapéuticos deben consensuarse con el paciente informando de aspectos como eficacia, seguridad, costes, influencia sobre el peso, riesgo de hipoglucemias, comorbilidades y tener en cuenta las preferencias del paciente (E).
18.- Tratamiento de la Hipertensión en pacientes con DM (sección 8)
Se recomienda un objetivo de presión arterial (PA) menor de 140/90 mmHg al igual que en la versión de 2015 (A). En algunos pacientes puede recomendarse un objetivo menor de 130/80 mmHg. Por ejemplo en pacientes jóvenes, o con albuminuria, con varios factores de riesgo cardiovascular, siempre que no suponga una sobrecarga indebida para el paciente. Se recomienda tomar la PA en cada visita rutinaria. Si es elevada se recomienda confirmarlo en una visita diferente (B). En pacientes con PA mayor de 140/90 mmHg debe iniciarse tratamiento farmacológico y re-ajustar el mismo si es necesario, evitando la inercia terapéutica, además de las medidas de estilo de vida (A). Se recomienda aconsejar cambios en el estilo de vida si la PA es mayor de 120/80 mmHg (B). Las medidas no farmacológicas incluyen la reducción de peso si hay sobrepeso u obesidad y una alimentación que incluya reducción de la ingesta de sal y aumento de la de potasio, moderar el consumo de alcohol y promover la realización de ejercicio físico (B). Para alcanzar el objetivo de control suele precisarse terapia combinada de varios fármacos incluyendo inhibidores de la enzima covertidora de angiotensina (IECAS)/antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA2) y diuréticos a dosis máximas toleradas. Debe evitarse el uso conjunto de IECAs más ARA2. En pacientes mayores se recomienda evitar objetivos muy estrictos. Un objetivo de PA sistólica inferior de 130 mmHg no ha demostrado beneficio cardiovascular y un objetivo de PA diastólica inferior a 70 mmHg ha mostrado aumento de la mortalidad en estos pacientes (C). En pacientes tratados con IECAs/ARA2 o diuréticos se recomienda monitorizar los niveles de creatinina ó el filtrado glomerular y los niveles de potasio (E).
19.- Tratamiento de la Dislipemia en pacientes con DM (sección 8)
Se recomiendan las siguientes medidas no farmacológicas para mejorar el perfil lipídico: evitar el sobrepeso y la obesidad, reducir el consumo de grasas saturadas, ácidos grasos trans y colesterol. Aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3, fibra, y esteroles vegetales, así como incrementar la realización de ejercicio físico (A). En todos los pacientes con enfermedad cardiovascular además de las medidas no farmacológicas, una estatina de alta intensidad debe ser incluida en el plan terapéutico (A). Si no se alcanzan objetivos o no se toleran altas dosis de estatinas, debe asociarse ezetimiba (A). En los pacientes sin enfermedad cardiovascular pero con factores de riesgo, se recomienda una estatina de alta intensidad (1) en pacientes entre 40-75 años de edad y de moderada o alta intensidad en pacientes menores de 40 o mayores de 75 años (B). En los pacientes sin factores de riesgo (2), ni enfermedad cardiovascular se recomienda una estatina de moderada intensidad en pacientes mayores de 75 años de edad. En pacientes con triglicéridos elevados (mayor de 150 mg/dl) y/o HDL bajo (inferior a 50 mg/dl en mujeres y 40 mg/dl en hombres) se recomienda intensificar las medidas no farmacológicas y mejorar el control glucémico (C). Si los niveles de triglicéridos en ayunas son muy elevados (mayor de 500mg/dl) deben buscarse causas secundarias y valorar un tratamiento específico para evitar el riesgo de pancreatitis (C). En general, no se recomienda la combinación de estatinas y fibratos pues no han demostrado un beneficio preventivo cardiovascular (A). No obstante podría considerarse la combinación de estatina y fenofibrato en pacientes varones con triglicéridos mayor o igual a 204 mg/dl y HDL colesterol menor o igual a 34 mg/dl (B). No se recomienda la combinación de estatinas y niacina pues no aporta beneficio sobre la monoterapia con estatina y puede incrementar el riesgo de ictus (A). No se recomienda el uso de estatinas durante el embarazo (B).
No hay datos que avalen la frecuencia de determinaciones del perfil lipídico. Se recomienda en los pacientes que no toma estatinas realizar un perfil lipídico en el momento del diagnostico de la DM y luego cada 5 años o con más frecuencia a juicio del clínico (E). En los pacientes tratados con estatinas tampoco hay una referencia clara. Se recomienda al inicio del tratamiento y luego periódicamente sin establecer un criterio definido, para valorar la respuesta terapéutica y la adherencia al tratamiento (E).
Notas (1) Se consideran estatinas de alta intensidad las que reducen el colesterol LDL más del 50% (Atorvastatina 40-80mg o Rosuvastatina 20-40 mg) y de moderada intensidad las que reducen el LDL colesterol un 30-50% (Atorvasttina 10-20mg, Rosuvastatina 5-10mg, Simvastatna 20-40mg, Pravastatina 40-80mg, Lovastatina 40mg, Fluvastatina 80mg, Pitavastatina 2-4 mg).
(2) Se consideran factores de riesgo cardiovascular: LDL colesterol mayor de 100 mg/dl, hipertensión arterial, tabaquismo, sobrepeso y obesidad o historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura.
Se recomienda el uso de aspirina en prevención secundaria (75-162 mg/día) (A). En pacientes alérgicos a la aspirina debe utilizarse clopidrogel (75 mg/día) (B). Durante el primer año tras un evento coronario agudo es razonable el uso de una terapia combinada de clopidrogrel y aspirina (B). En pacientes sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, puede considerarse el uso de aspirina si tienen un riesgo a 10 años mayor de 10% siempre que no esté aumentado el riesgo de sangrado (C). No se recomienda el uso de aspirina en pacientes con riesgo cardiovascular menor del 5% a 10 años y/o en menores de 50 años sin factores de riesgo (C).
21.-Enfermedad coronaria (sección 8)
No hay diferencias respecto al 2015, salvo la débil recomendación de realización de cribado con poca fuerza de evidencia en pacientes con algunas alteraciones.
El cribado para la detección de enfermedad coronaria asintomática no se recomienda (A). Se recomienda el uso de IECAs y el uso de beta bloqueantes durante al menos 2 años tras un infarto agudo de miocardio (B). En pacientes con insuficiencia cardiaca sintomática no deben emplearse glitazonas (A). En pacientes con insuficiencia cardiaca estabilizada puede usarse metformina si la función renal es normal pero debe suspenderse en pacientes inestables u hospitalizados (B).
22.- Enfermedad renal diabética. Complicaciones microvasculares. (sección 9)
La "Nefropatía" ha sido substituida por enfermedad renal diabética (ERD) para enfatizar que, si bien la nefropatía puede tener una variedad de causas, la ERD está directamente relacionada con la DM. Recomendaciones:
• Se definen los valores para optimizar el control de la PA (inferior a 140/90 mmHg ) para reducir el riesgo o retrasar la progresión de enfermedad renal diabética. (A) En pacientes con albuminuria , considerar un control inferior a 130/80 mm Hg.
• Para pacientes con ERD, se recomienda un aporte de proteínas de 0,8 g/kg/día. En diálisis se deberían considerar niveles mayores. Niveles más bajos no son recomendados. (A)
• Se recomienda un inhibidor de la ECA o un ARA II para el tratamiento de pacientes (salvo embarazadas) con un cociente albúmina-creatinina (CAC) moderadamente elevados (30-299 mg/día) (B), y altamente recomendado para aquellos con CAC ≥ 300 mg/día y/o filtrado glomerular (FG) inferior a 60 ml/min/1,73 m2. (A)
• Un inhibidor de la ECA o un ARA II no se recomienda para prevención primaria de ERD en pacientes con PA normal, CAC inferior a 30 mg/día y FG normal. (B)
La presencia de retinopatía diabética (RD) en pacientes con CAC ≥ 300 mg/día sugiere fuertemente la ERD y su ausencia en los que tienen reducida el FG y CAC inferior a 300 mg/día sugiere enfermedad renal no diabética.
23.- Retinopatía diabética (RD) (sección 9)
Cribado
• Si no hay evidencia de RD en uno o más exámenes oculares, se deben considerar exámenes cada dos años (coste-efectiva). (B). Estudios de cohortes prospectivos en DM2 bien controlados, después de un examen normal no presentaban ningún riesgo de desarrollo de RD significativa en intervalos de 3 años.
Tratamiento
• La panfotocoagulación (PFC) con láser se indica para reducir el riesgo de pérdida de la visión grave en pacientes con RD proliferativa (RDP) de alto riesgo, y algunos casos de RD no proliferativa (RDNP) grave. (A)
• El tratamiento del edema macular diabético (EMD) ha cambiado de forma importante tras la llegada de fármacos antiangiogénicos. Inyecciones intravítreas de anti factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF) están indicados en el EMD, que puede poner en peligro la visión. (A)
24.- Neuropatía diabética (ND) . (sección 9)
• La FDA ha aprobado tres medicamentos (pregabalina, duloxetina, y tapentadol) para el tratamiento del dolor asociado con ND, pero ninguno ofrece alivio completo, incluso cuando se utilizan en combinación. Los antidepresivos tricíclicos, la gabapentina, venlafaxina, carbamazepina, tramadol, y la capsaicina tópica, aunque no aprobados para el tratamiento pueden ser eficaces. Debemos reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
25.-Adultos mayores (sección 10)
• Considerar la valoración geriátrica (médica, funcional, mental y social) para la gestión de la DM y proporcionar un marco para determinar objetivos y enfoques terapéuticos. Hay una gran heterogeneidad clínica y funcional de estos pacientes, y debemos individualizar (años de diagnóstico, presencia de complicaciones, fragilidad, comorbilidades, esperanza de vida, etc.). (E)
• Detección de síndromes geriátricos en pacientes que sufren limitaciones en sus actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Pueden afectar el autocontrol de la DM. Debemos detectar la disfunción cognoscitiva. (E)
• Los adultos mayores (≥ 65 años) con DM deben considerarse una población de alta prioridad para las pruebas de detección y el tratamiento de la depresión. (B)
• Los adultos mayores DM tienen mayor riesgo de hipoglucemias y debemos evitarlas para reducir el riesgo de deterioro cognoscitivo y la disminución funcional. Debemos ajustar objetivos glucémicos e intervenciones farmacológicas. (B)
• Los adultos mayores con DM en cuidados paliativos el control glucémico, lipídico y tensional no debe ser estricto, y puede ser apropiado la retirada farmacológica. (E)
• Los pacientes con DM que viven en centros geriátricos precisan una valoración cuidadosa para establecer objetivos glucémicos y tomar decisiones apropiadas en la elección de agentes hipoglucemiantes en función de su estado clínico y funcional.(E)
• Los objetivos primordiales en la gestión de la DM al final de la vida son : favorecer un confort general, la prevención de los síntomas angustiantes, y la preservación de la calidad de la vida . (E)
26.- Niños y Adolescentes (sección 11)
Tres cuartas partes de los pacientes con DM1 debutan antes de los 18 años y la incidencia de DM2 en estas edades está creciendo a un ritmo exponencial, en torno a un 2,3 % cada año, lo cual hará que en 20 años se cuadruplique la prevalencia de la DM2 en niños y adolescentes.
El objetivo de control recomendado en estas etapas consiste en alcanzar una HbA1c inferior a 7,5% (E), aunque este objetivo debe de ser individualizado en función del riesgo de hipoglucemia, de tal manera que el objetivo de control puede ser más estricto si se consigue sin excesivas hipoglucemias.
Debido a las altas tasas de otras enfermedades autoinmunes en los niños y adolescentes con DM1 se aconseja el despistaje de hipotiroidismo y enfermedad celíaca al diagnóstico de la enfermedad y durante el seguimiento (E).
Al igual que en los adultos se recomienda monitorizar la PA en cada visita (B) y determinar anualmente los niveles de LDL-colesterol en los niños mayores de 10 años (E).
En niños y adolescentes con DM2 el tratamiento de elección son los cambios en el estilo de vida y la metformina, ya que es el único antidiabético oral aprobado en niños. En aquellos casos en que no se consiga un control aceptable (HbA1c ≤8%) será necesario añadir insulina.
27.- Manejo de la DM en el embarazo (sección 12, ver apartado 2)
A las mujeres en edad fértil con DM se les debe de recomendar la planificación de los embarazos, de tal manera que deben esforzarse al máximo para alcanzar un estricto control de la DM (HbA1c inferior a 6,5%) en el momento de la concepción, ya que con ello se reduce el riesgo de malformaciones congénitas (B).
El objetivo de control de la DM durante el embarazo debe ser óptimo (HbA1c entre 6-6,5%), siempre y cuando se consiga sin hipoglucemias, en caso contrario debe relajarse este objetivo (HbA1c inferior a 7%) (B).
El tratamiento de elección de la diabetes durante el embarazo consiste en cambios en el estilo de vida, a lo que se debe de añadir insulina en pacientes con tratamiento previo con insulina o en caso de ser necesario para alcanzar un adecuado control (A). Las mujeres con DM2 previa al embarazo o DG también pueden ser tratadas con metformina (A).
Todas las insulinas poseen una categoría de riesgo B durante el embarazo, excepto glargina, glulisina y degludec que poseen una categoría (C).
A aquellas mujeres que hayan padecido DG se les debe realizar una SOG con 75 gr de glucosa entre las semanas 6 a 12 del posparto con el fin de comprobar si persiste la DM. En aquellas que la SOG sea normal, se les debe hacer despistaje de diabetes con una frecuencia entre 1 a 3 años, debido a su elevado riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (B). También se les debe recomendar una intervención intensiva sobre el estilo de vida, y si fuese preciso se debería recomendar metformina, ya que con estas intervenciones se reduce entre un 35-40% el riesgo de desarrollar diabetes (A).
El objetivo de la PA sistólica durante el embarazo es de 110-129 mmHg y de 65-79 mmHg el de PA diastólica. Durante el embarazo está contraindicado el uso de los IECA y ARA2.
Debería instaurarse un protocolo individualizado para la transición a Atención Primaria del paciente con DM tras la hospitalización (B). Debe de informarse al personal sanitario de Atención Primaria si se ha modificado el tratamiento o si el grado de control del paciente no es el adecuado, con el fin de evitar episodios de hiperglucemia o hipoglucemia. También se debe de informar acerca de la aparición o descompensación de complicaciones o comorbilidades durante el ingreso.
Es importante que en el momento del alta se les suministren a los pacientes con DM los medicamentos y materiales necesarios (tiras, agujas…), en la cantidad suficiente para que puedan mantener la continuidad del tratamiento hasta que puedan ser atendidos por los profesionales de Atención Primaria.
*Nota importante.- este resumen razonado de cara la práctica asistencial del profesional sanitario de primer nivel ha sido realizado en tiempo récord por el equipo de la redGDPS (Mateu Seguí Díaz, Manuel Ruiz Quintero, Domingo Orozco Beltran, Joan Barrot de la Puente, Javier García Soidan) para con ello llegar lo más rápidamente posible al personal sanitario del primer nivel. Por esto mismo pudieran existir errores de traducción o del sentido original del artículo, que hace que no sustituya al mismo. Recomendamos su lectura atenta. El artículo es accesible libremente desde el enlace que adjuntamos.
American Diabetes Association. Standards of Medical Care in Diabetes—2016
Diabetes Care Volume 39, Supplement 1, January 2016