La Adicción alimentaria como causa de diabetes tipo 2
En ocasiones hemos hablado de la “adicción alimentaria” (AA), o a la ingesta en exceso de alimentos, de forma compulsiva o no, que genera una necesidad imperiosa de su consumo con síntomas o comportamientos de dependencia. Un comportamiento en buena medida relacionado con nuestro estilo de vida, al sedentarismo, al consumo de alimentos industriales, ultraprocesados que en muchas ocasiones tiene una composición con un exceso de hidratos de carbono (HC) y grasas saturadas o trans. Y es que detrás de la AA se esconde la actual epidemia del aumento de los trastornos alimentarios (TrA), y con ello de la obesidad y de la diabetes (DM). Sin embargo, las AA son más prevalentes que los TrA , de modo que ambas entidades aún coincidentes no sean superponibles.
Como ya comentamos en un post anterior existirían criterios en el conocido como trastorno por abuso de sustancias del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-5 (DSM-5) y del International Classification of Diseases 10th Revision (ICD-10), que serían comunes al AA, que incluirían:
-El deseo (“craving”) imperioso o urgente de consumir una sustancia.
-La dificultad de controlar el inicio, duración y cantidad en el consumo de la misma.
-Priorizar el consumo de la misma sobre otras actividades al mismo tiempo.
- Síntomas de abstinencia cuando se intenta dejarlo
- Continuar con su consumo a pesar del daño mental o físico.
Hoy volvemos a traer aquí este tema pues la AA es más prevalente en los individuos con DM aunque no está establecida la asociación entre la AA en la población general y su relación con la DM. Si, por otra parte, con la enfermedad mental que a su vez tiene mayor AA, algo que por otro lado, también faltan estudios al respecto.
Este estudio investiga si la AA está asociada con la DM tipo 2 (DM2) en adultos de población general y en aquellos con diagnóstico de enfermedad mental.
Se extrajo una muestra aleatoria de 5.000 individuos entre 18-62 años del Sistema de Registro Danés y 5000 más del Danish Psychiatric Central Research Register (DPCRR) y de ésta 625 fueron seleccionados según 8 diagnósticos del ICD-10 según alteraciones mentales y alimentarias. De estos 1.699 de la población general y 1.394 de personas con alteraciones mentales concluyeron la encuesta. El cuestionario utilizado para las AA incluyó el Yale Food Addiction Scale 2.0 (YFAS 2.0).
De los 1.699 de la población general (34% respondedores), la edad media fue de 43,2 y el 58,7% eran mujeres, 153 (9%) tuvieron criterios de AA y 52 (3,1%) de DM2. La tasa de riesgo de AA y DM2 en forma de odds ratio (OR) fue de 4,9 (IC 95% 2,7 a 9,1, p inferior a 0,001). En el modelo dosis respuesta la asociación entre la puntuación de AA y DM2 fue de OR 1,2 (IC 95% 1,1 p inferior a 0,001) por punto de la YFAS 2.0.
De los 1.394 de los individuos con alteraciones mentales (27,9% respondedores), la edad media fue de 33,5 años y el 66,6% fueron mujeres, 369 (26,5%) tuvieron criterios de AA y 58 (4,1%) de DM2. La tasa de riesgo en forma de OR entre AA y DM2 fue de 2,4 (IC 95% 1,4; p 0,002). En el modelo dosis respuesta entre la asociación de la puntuación de AA y DM2 fue de OR 1,2 (IC 95% 1,1 p inferior a 0,001) por punto de la YFAS 2.0.
Concluyen que este sería el primer estudio que demuestra una asociación positiva entre la AA y la DM2 en la población general y en la población con alteración mental.
Y lo que es más importante las personas con una puntuación positiva clara del YFAS 2.0 tendrían un incremento de más de 5 veces el riesgo de presentar DM2 tras ajustarlo por el IMC.
La mayor prevalencia de la DM2 entre la población con alteraciones mentales a pesar de ser alrededor de 10 años más jóvenes respaldaría la idea previa que se tenía sobre dicha asociación.