Comentario de Fátima Villafañe Sanz (@FatimaVillaf)
La obesidad y el sobrepeso son dos enfermedades asociadas a adiposidad y por sí mismas comportan un aumento de la morbimortalidad de quienes la padecen. Hasta hace pocos años el tratamiento de las personas que padecían estas condiciones clínicas se centraba en la realización de dietas hipocalóricas restrictivas y de actividad física. En un segundo plano y casi exclusivamente con disponibilidad desde el ámbito hospitalario, a algunas personas se las ofrecía fármacos como orlistat, naltrexona-bupropion y liraglutide 3mg, intervenciones que permitirían alcanzar pérdidas de peso de -2,9%, -4,8% y -5,4% respectivamente. La última intervención y hasta hace un tiempo la que más peso permitía disminuir era la cirugía bariátrica, que venía de la mano de importantes consecuencias como alteraciones malabsortivas que hacían necesario que la persona sometida a ellas recibiera tratamiento suplementario con ciertas vitaminas.
En los últimos años la industria farmacológica y los profesionales de la salud están poniendo el interés en el manejo del sobrepeso y obesidad y gracias al desarrollo de ensayos clínicos se han comenzado a autorizar fármacos como semaglutida (SEMA) y tirzepatida (TIRZE) que han demostrado pérdidas significativas de peso prácticamente equiparables a las que se observan con tratamientos intervencionistas. (Sigue leyendo...)