Estrategias para identificar la diabetes no diagnosticada
En este mundo en el que se recogen, o se tiene la oportunidad de recoger, gran cantidad de información generada a partir de los datos administrativos, demográficos, clínicos y analíticos de los ciudadanos asegurados a sistemas sanitarios, sean estatales (Sistemas Nacionales de Salud) o privados (sistemas de aseguramiento asistencial) es posible que se pierdan oportunidades de identificar y actuar sobre gran cantidad de individuos con enfermedades no diagnosticadas o desconocidas. Y este es un tema importante en la diabetes (DM).
En concreto, en EEUU, según el artículo que comentamos hasta 8,5 millones de personas desconocerían si tienen o no la DM; un diagnóstico necesario para reducir la aparición de las complicaciones de esta enfermedad o reducir o enlentecer su progresión.
En este sentido, los departamentos de urgencias (DU) en dicho país donde el aseguramiento sanitario no es universal proveen de atención médica primaria a las minorías étnicas y económicas; individuos con probablemente alta prevalencia de DM. Estos DU ya proveen cribados de enfermedades transmisibles como el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) o sobre adicciones a drogas.
Algún estudio de pequeño alcance se ha publicado sobre la DM tipo 2 (DM2) a partir de los datos de estos servicios pero ninguno que integre la información clínica con recomendaciones ad hoc.
Este comentario va pues de los resultados del pilotaje de un programa de cribado de la DM2 dirigido a personas desatendidas en EEUU en DU de Chicago entre febrero y abril del 2021.
Para ello se aplicó un sistema de alertas con lo que cribar, advertir de los pacientes con riesgo de DM2 al tiempo que se permitía a los médicos solicitar la HbA1c. Para ello se aplicaron las recomendaciones en el cribado de la DM2 de la American Diabetes Association (ADA). Así se identificaron a todos los pacientes sin historia de DM2 o sin medición de HbA1c los últimos tres años, mayores de 45 años o aquellos entre 18-44 años con un índice de masa corporal (IMC) de 25 o superior.
Para el desarrollo del estudio se aplicó la metodología de la Guía de Práctica Clínica STROBE (Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology).
De los 8.441 pacientes visitados en el DU en el estudio piloto la alerta de DM2 discriminó a 2.576 de los que se obtuvieron 2.074 HbA1c; de éstos 1.085 (52,3%) tuvieron unos resultados anormales; 758 (69,9%) tuvieron prediabetes (PRED) o una HbA1c entre 5,7-6,4% , aunque si se utilizaba la definición de la OMS (6-6,4%) el número se redujo a la mitad o 342 (31,5%); y 327 (30,1%) se definieron como DM o una HbA1c igual o superior a 6,5% . De los que se encontraron en el rango de DM2, 62 presentaron una DM grave o una HbA1c superior a 10%.
Este pequeño trabajo tiene el valor de mostrarnos como utilizando las bases de datos médicas podemos identificar una importante cantidad de DM no diagnosticada sobre todo en la población más desfavorecida económicamente o en grupos marginales. La pregunta que se hacen es si una estrategia de este tipo sería coste-efectiva en otros escenarios y que a partir de la identificación de esta población se deberían establecer estrategias de manejo y control de estos individuos.