¿Qué actuación médica mejoraría los resultados en el paciente con enfermedad renal diabética?
Sobre el control de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en el paciente con diabetes tipo 2 (DM2) y enfermedad renal diabética (ERD), no hay mucho escrito. En general, la evidencia que nos aporta un metaanálisis de Lim LL et al sobre 181 ensayos clínicos aleatorizados (ECA) sobre 135.112 pacientes con DM2 señala como la educación del paciente, el apoyo del autocontrol y la atención coordinada del equipo terapéutico y una mejor comunicación médico paciente son capaces de mejorar los factores de riesgo cardiometabólicos en general. Sin embargo, faltaría conocer si esto mismo se cumpliría en pacientes que tuvieran una ERD.
La hipótesis de partida es que la atención del equipo ayudada por la web JADE con retroalimentación de la capacitación del paciente es útil para alcanzar los objetivos terapéuticos en este tipo de pacientes.
Se trata de un estudio abierto multicéntrico realizado entre junio del 2014 y febrero del 2019 en 13 hospitales y centros de atención diabetológica de 8 países asiáticos sobre pacientes con ERD y durante 12 meses. Este estudio cumplió las directrices de la Guía de Práctica Clínica (GPC) CONSORT (Consolidated Standards of Reporting Trials).
Los pacientes fueron aleatorizados 1:1:1 a recibir o una atención habitual, una atención de refuerzo de su capacitacion en el manejo de su enfermedad mediante recuerdos de enfermería cada 3 meses o una atención de su capacitación basada en el equipo terapéutico con entrevistas directas (face-to-face) cada 3 meses por el equipo médico-enfermera. Todos los pacientes se siguieron al inicio y mensualmente por el portal-web JADE .
Los objetivos primarios a evaluar fueron la proporción de pacientes que alcanzaron una HbA1c inferior a 7%, una presión arterial (PA) inferior a 130/80 mmHg, una LDL-c (low-density lipoprotein cholesterol) inferior a 1,8 mmol/L, unos triglicéridos (TRIG) inferiores a 1,7 mmol/L, y /o la utilizacion de bloqueadores del eje renina-angiotensina-aldosterona.
Los 2.393 pacientes incluidos (edad media 67,7± 9,8 años, 52,9% varones) se aleatorizaron en el grupo de atención habitual (795), de refuerzo de su capacitación (802) y en aquel basado en el tratamiento por el equipo (796).
Al inicio el 34,7% (830) de los pacientes cumplían 3 objetivos de tratamiento.
Analizando los resultados por intención de tratar la atención mediante equipo terapéutico tuvo la proporción de pacientes mayor que alcanzó los objetivos terapéuticos; en este sentido las diferencias intergrupos fueron de 3,9% IC 95% (0,0-7,8%) en la atención habitual, de 1,3% (IC 95% −2,8 a 5,4%) en el refuerzo de la capacitación y de 9,1% (IC 95% 4,7-13,5%) en la atención por el equipo terapéutico.
La atención por el equipo terapéutico fue la que probablemente alcanzó mayor cantidad de objetivos frente al grupo de tratamiento habitual, tasa de riesgo en forma de risk ratio (RR) 1,17 (IC 95% 1,00-1,37), y frente al grupo de refuerzo de la capacitación RR 1,25 (IC 95% 1,06-1,48), tras ajustarlo por el área de atención.
En cuanto a resultados finales en comparación con el grupo que no alcanzó los objetivos, el que si lo hizo mostró menor incidencia de enfermedad cardiovascular (ECV), renal y por cáncer (8,4% frente a 14,5%, p 0,004).
Concluyen que la atención mediante equipo terapéutico asistido por la tecnología durante 12 meses mejora los objetivos terapéuticos (tres de los 5 evaluados) al tiempo que refuerza la capacitación de los pacientes con ERD. Con todo, es poco el tiempo evaluado como para afirmar que existen diferencias sustanciales entre las distintas formas de atención.
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