Comentario de Carlos H. Teixidó @carlos_teixi
El análisis de la esperanza de vida es un trabajo complejo y harto modificable. La realidad es que la mayoría de las veces, cuando hablamos de esperanza de vida, nos referimos al promedio de edad de las personas fallecidas en un año concreto. En los últimos años hemos visto cómo se frenaba esta esperanza de vida, en parte provocada por el empeoramiento de la salud de muchas personas jóvenes a causa de sus malos hábitos. Y es que son varios los estudios que demuestran que una mejora en los estilos de vida (EV) de las personas, proporcionan una mayor esperanza de vida. Es decir, viven más. Estudios ya conocidos como Framingham Heart Study nos demuestran que factores como el normopeso, niveles elevados de actividad física y no haber fumado nunca, se asocian a una disminución de los eventos cardiovasculares (EvCV) y mejoran la esperanza de vida de nuestros pacientes.
El artículo que hoy trabajamos es un estudio de cohortes prospectivo en pacientes estadounidenses, donde se analizaron los años libres de enfermedad cardiovascular (ECV), cáncer y diabetes tipo 2 (DM2), a través de 5 factores protectores. Se trata del seguimiento de 111.562 pacientes provenientes de los estudios Nurse's Health Study y del Health Professional Follow-up Study durante una media de 28,6 años de seguimiento.
Los factores implicados fueron: no haber fumado nunca, un índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9 Kg/m2, actividad física mayor de 30 minutos diarios, un consumo de alcohol moderado (5-15g o 5-30g diarios en mujeres y hombres respectivamente) y un calidad en la dieta superior al 40% medida por el cuestionario Alternate Healthy Eating Index (AHEI). El objetivo del estudio fue analizar las variaciones en los años de vida libre de EvCV, de cáncer o de DM2.
Este estudio demuestra que la mejora en los EV de las personas se asocia a una mejor expectativa de vida libre de enfermedades crónicas. En cuanto a las mujeres, la existencia de 4 o 5 de los factores protectores anteriormente citados proporciona a los 50 años, otros 34,4 (IC 95% 33,1-35,5) años de vida libre de EvCV, cáncer y DM2, frente a los 23,7 años (IC 95% 22,6-24,7) en pacientes que no adoptaron EV protectores. En hombres, la misma adopción de 4 o 5 de los EV protectores proporcionaron, a los 50 años de vida, otros 31,1 (IC 95% 29,5-32,5) años de vida libres de enfermedad; frente a los 23,5 (IC 95% 22,6-24,7) años de media que tardarían en padecer un EvCV, cáncer o ser diagnosticados de DM2. Estas diferencias entre hombres y mujeres son similares a las observadas en las esperanzas de vida ajustadas al sexo, aunque tendieron a igualarse de forma mayor en los pacientes que no adoptaron los factores protectores.
El estudio además demuestra que todos los EV protectores estudiados influyen en los años de vida libres de enfermedad, puesto que los años observados son progresivos y escalonados al analizar los pacientes de "ninguno" a "cinco" EV reductores del riesgo. Para las mujeres fueron respectivamente de 0 a 5: 23,7 - 26,4 - 29,1 - 31,8 y 34,4 años libres de enfermedad. Para hombres fueron 23,5 - 24,8 - 26,7 - 28,4 y 31,1 años.
Además, al analizar individualmente los factores implicados se observó que los hombres muy fumadores (más de 15 cigarrillos diarios) y las personas con obesidad sin importar su sexo, presentaban una disminución de en torno al 75% de su vida libre de EvCV, cáncer o DM2 cuando cumplieran los 50 años de edad.
Estos resultados son similares a los encontrados en estudios como el CHANCES (Consortium on Healthand Ageing Network of Cohorts in Europe and the United State) donde los EV saludables se asociaron a un aumento en las expectativas de vida de entre 7,4 y 15,7 años, a la edad de 50 años, siendo la mayoría de ellos libres de enfermedades crónicas.
En resumen, este estudio demuestra que no haber fumado nunca, el normopeso, más de 30 minutos diarios de actividad física, el consumo moderado de alcohol y una alimentación equilibrada mejora la expectativa de años libres de EvCV, de cáncer y de DM2. Y lo refleja de una manera muy sólida, con un gran número de pacientes y un seguimiento medio de más de 25 años. Los autores destacan además, que la promoción de los EV saludables, tales como una mejora en la alimentación y el entorno físico, seguido de regulaciones políticas relevantes son imperativos para mejorar la esperanza de vida y la expectativa de vida libre de enfermedades crónicas, así como para reducir las cargas económicas de los Sistemas Sanitarios más castigados por estas enfermedades.
Y es que se trata de un estudio con una premisa aparentemente simple pero que trae consigo la importancia de la prevención y de la promoción de la salud. Elegante. Claro. Contundente.
Li Y, Schoufour J, Wang DD, Dhana K, Pan A, Liu X, Song M, et al. Healthy lifestyle and life expectancy free of cancer, cardiovascular disease, and type 2 diabetes: prospective cohort study. BMJ 2020;368:l6669. DOI: 10.1136/bmj.l6669
O’Doherty MG, Cairns K, O’Neill V, et al. Effect of major lifestyle risk factors, independent and jointly, on life expectancy with and without cardiovascular disease: results from the Consortium on Health and Ageing Network of Cohorts in Europe and the United States (CHANCES). Eur J Epidemiol. 2016 May;31(5):455-68. DOI: 10.1007/s10654-015-0112-8.
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