¿Son coste-efectivos los aGLP1 para el tratamiento de la obesidad?
Comentario de Carlos H. Teixidó @carlos_teixi
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 39% de la población mundial presenta sobrepeso y el 13% obesidad. Es obvio que existe una disparidad en los datos internacionales debido a la baja prevalencia en países en vías de desarrollo, y por tanto, en nuestro medio las cifras de obesidad no son cercanas a ese 13%. Sin ir más lejos, nuestro vecino Reino Unido (UK) presentaba en 2019 un 28% de obesidad entre su población. Esta epidemia silenciosa ha ido ensanchando sus cifras en las últimas décadas. Entre los años 1999 y 2018 la prevalencia de personas con obesidad en Estados Unidos (EEUU) se ha visto incrementada desde el 30,5% hasta el 42,4%.
Debido a su relación con otras patologías y comorbilidades, su tratamiento y su prevención comienzan a ser mandatorios. La obesidad se relaciona de forma directa con diferentes tipos de cáncer, con enfermedades cerebrovasculares (AVC), hipertensión arterial (HTA), diabetes tipo 2 (DM2), enfermedad renal crónica (ERC), osteoartritis y diversa patología traumatológica.
Hasta hace pocos años, el tratamiento farmacológico de la obesidad contaba con escasos instrumentos. El orlistat, mediante la reducción de la digestión y absorción de grasas en el intestino induce pérdidas de entre 2,9 y 3,4 Kg al año. Por otro lado, el bupropion/naltrexona, mediante una combinación en la inhibición de la recaptación de dopamina y de noradrenalina consigue una sensación de saciedad (usada clásicamente en tabaco, alcohol y opioides) que acarrea una pérdida de 4,4 Kg. Sin embargo, ninguno de estos dos fármacos ha resultado ser coste-efectivos por tener un coste de 45.881 y 23.750 libras respectivamente por año de vida ajustado por calidad (QALY) (estudio en UK).
El descubrimiento del rol de las incretinas en el tratamiento de la DM2 y de la saciedad y su pérdida de peso consiguiente ha llevado a los análogos del receptor del péptido-1 similar al glucagón (aGLP1) a ser estudiados para el tratamiento de la obesidad.
En los estudios de seguridad cardiovascular (CVOT) los aGLP1 han demostrado efectos significativos en cuanto a la pérdida de peso y otros resultados metabólicos relacionados con la obesidad, incluidos los principales eventos cardiovasculares (EvCV) y los resultados renales.
La mayoría de estos estudios, realizados en personas con DM2, no han permitido extrapolar de forma fehaciente los QALY derivados de cada intervención y por tanto son precisos estudios para ello.
Fármacos como liraglutide (LIRA) 3 mg o semaglutide (SEMA) 2,4 mg ya han conseguido la indicación para tratamiento de la obesidad en personas sin DM2.
El estudio SCALE (Satiety and Clinical Adiposity – Liraglutide Evidence in individuals with and without diabetes) Obesity and prediabetes (Effect of liraglutide on body weight in non-diabetic obese subjects or overweight subjects with comorbidities) permitió la evaluación de LIRA 3 mg en personas con obesidad y sin DM2. Tras 56 semanas de seguimiento, y sobre más de 3.700 pacientes, se obtuvo una disminución de 5,6 Kg y una reducción del índice de masa corporal (IMC) de 2,0 Kg/m2.
A día de hoy, un fármaco es coste-efectivo para NICE (National Institute for Clinical Excellence) si presenta una ratio mejor que 20.000 libras por QALY ganado. Recientemente NICE ha aprobado el uso de LIRA 3 mg para el manejo de obesidad en personas con IMC mayor que 35 Kg/m2, con prediabetes (PRED) y con alto riesgo cardiovascular (RCV) siempre que sean prescritos por unidades de obesidad (a las que se le ha hecho una rebaja directa en el precio de LIRA), acercando la coste-efectividad a 11.293 libras por QALY.
Sin embargo, para el tratamiento de la obesidad, se encontró que SEMA 2,4 mg sigue sin resultar coste-efectivo en comparación con otras terapias, a pesar del impacto clínico mayor. El estudio en curso SELECT (Semaglutide effects on heart disease and stroke in patients with over weigh to obesity) arrojará luz sobre rentabilidad para SEMA en personas con obesidad. Su finalización está prevista para septiembre de 2023 y como siempre, les traeremos los resultados a este blog.
En conclusión, con los datos a día de hoy, SEMA 2,4 mg no resulta coste-efectiva a ojos de NICE. No así, LIRA 3 mg que en personas con IMC mayor que 35 Kg/m2, PRED y alto RCV parece resultar coste-efectiva. El estudio SELECT nos aportará nuevos datos al respecto. Deberemos ser pacientes.
Cuídense
Nota del redactor:
Durante la mayor parte del artículo, los autores hacen referencia a la “obesidad” como “obesidad crónica”. Nadie duda que la obesidad sea una enfermedad crónica, pero es algo que ha llamado la atención. Es cierto que la FDA aprobó el uso de SEMA para el tratamiento de la obesidad bajo el epíteto de “crónica” (esto lo he descubierto a posteriori al buscar dicho concepto), pero habitualmente, no se suele añadir el adjetivo crónico a dichas enfermedades (hipertensión crónica, psoriasis crónica, osteoporosis crónica, DM2 crónica…). Sin embargo, en este caso sí y de forma reiterada.
Siendo consciente de la repercusión y alcance de este blog, me gustaría conocer su opinión como lector al respecto. Por ello, le animo a dejar un comentario que nos pueda aclarar dicho concepto.
Gracias de antemano.
FDA Approves New Drug Treatment for Chronic Weight Management, First Since 2014. April 2021.
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