La cetoacidosis y los iSGLT2, una valoración desde los ensayos clínicos y estudios observacionales
Hoy, a raíz de un nuevo enfoque y análisis de la evidencia, volvemos a comentar el tema los inhibidores de los co-transportadores 2 de sodio y glucosa (iSGLT2) en el paciente con diabetes tipo 2 (DM2) y el posible riesgo de presentar cetoacidosis diabética (CAD).
Sabemos de este riesgo por los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) y por estudios en vida real como el CVD-REAL (Comparative Effectiveness of Cardiovascular Outcomes in New Users of Sodium-Glucose Cotransporter-2 Inhibitors) –ya comentados- y análisis de registros sanitarios como el de aseguradoras estadounidense (el Truven MarketScan) de Fralick M et al que confirmaban que las tasa aleatorias de riesgo (hazard ratio-HR) se mantenían 2,2 (IC 95% 1,4-3,6), frente a otros antidiabéticos no insulínicos (ADNI). Otros análisis más recientes como de Douros et al elevan este riesgo hasta tres veces en relación a los los Inhibidores de la dipeptidilpeptidasa 4 (iDPP4), aunque remarcando diferencias según las distintas moléculas (la canagliflozina). El riesgo absoluto de utilizar estas moléculas sin embargo sería bajo, de una 1,4 episodio por 1000 pacientes año, calculan.
Para ello, primero, se realizó una revisión sistemática y metaanálisis de la evidencia de estudios observacionales que evaluaran el riesgo de CAD con uno o más iSGLT2 siguiendo las recomendaciones de la Guía de Práctica Clínica (GPC), la “Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses” (PRISMA).
Y segundo, se realizó un metaanálisis utilizando los datos de estudios que documentaran al menos un caso de CAD fuera en el grupo del iSGLT2 o en el grupo control. Los datos de los ECA y de los estudios observacionales se agruparon separadamente.
Se calcularon los riesgos relativos (RR) de los ECA y cohortes (número de eventos/número de personas en riesgo) utilizando modelos estadísticos de efectos fijos y de efectos aleatorios. A su vez se estudió la heterogeneidad de los estudios utilizando el estadístico I 2 (Heterogenicidad sustancial).
Así se hizo la revisión sistemática separadamente, haciendo un metaanálisis de 8 ECA (2013-2019) y de 7 estudios de cohortes (2017-2020) con los que evaluar la consistencia de la magnitud del riesgo de CAD de la utilización de los iSGLT2.
Según esto y corroborando lo anteriormente publicado, tanto los ECA como los estudios de cohortes muestran como existe casi el doble de riesgo de presentar CAD con los iSGLT2 cuando se compara con otro ADNI o placebo. Al aplicar un modelo de efectos aleatorios el RR global fue de 2,08 (IC 95% 1,28-3,40) en ECA con placebo y de 0,82 (IC 95% 0,25-2,68) y un comparador activo. El HR ajustado en estudios observacionales fue de 1,74 (IC 95% 1,28-2,38).
Muestran como ambos diseños se complementan entre sí, tanto en validez interna como externa, como en potencia.
La conclusión es que existe un riesgo incrementado (casi el doble) de presentar CAD en los individuos que utilizan los iSGLT2.
Con esto muestran la coherencia en la evidencia aportada tanto por estudios observacionales como en los ECA a la hora de estudiar esta asociación.
Si bien es cierto que hubo estudios sin eventos que analizar como el EMPEROR-Reduced Trial (Empagliflozin Outcome Trial in Patients With Chronic Heart Failure With Reduced Ejection Fraction), por lo que fueron excluidos y que los ECA con comparador activo solo recabaron 8 eventos frente a los 2.600 de los estudios de cohortes.
Concluyen que además el riesgo de CAD no ha aumentado tras los 10 ECA finalizados y tras los 7 años de haber sido comercializado el primer iSGLT2.
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