24 de junio de 2024

ADA 2024- ¿Debemos tener en cuenta la raza/etnia a la hora de manejar la DM2?



Comentario de Javier Díez Espino (@DiezEspino)

El debate se centra en la realidad de los EEUU, pero es aplicable a nuestro medio. Lejos quedan los tiempos en los que era excepcional que atendiéramos en nuestras consultas a personas nacidas en otros continentes. Ello nos obliga a tener en cuenta esta variabilidad étnica (cultural) a la hora de valorar signos y síntomas, recomendar pautas de alimentación y tratamientos farmacológicos. Recordemos la mayor frecuencia de agranulocitosis por metamizol en poblaciones de origen nórdico (tan de actualidad), cuando en nuestro medio es un fármaco de amplio uso. 

 

Es bien conocido que los puntos de corte de índices de masa corporal (IMC) o perímetro abdominal consensuados (Organización Mundial de la Salud -OMS-, Federación Internacional de diabetes -IDF-, …) para definir normopeso, sobrepeso u obesidad son distintos para europeos, asiáticos o africanos, y su riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y diabetes tipo 2 (DM2). O, como en el caso de la HbA1c que debe ser valorada teniendo en cuenta el origen del paciente, por su variabilidad. En los cuestionarios médicos de algunos países una de las preguntas suele referirse a la raza del paciente, no por cierto en la documentación ni en historia clínica de nuestro país. Una persona con padres de distintas razas, ¿Dónde se clasifica?, según el color de la piel más o menos clara u oscura, si tiene los párpados rasgados, o el color de los ojos. La mesa que hoy comentamos es la titulada “Race and Ethnicity-Based Cut Points in Diabetes Screening and Diagnosis—Benefit or Harm for Reducing Disparities? que se dio en el 84º Congreso de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) estos días. (Sigue leyendo…)

 

Por otra parte, en los artículos de las revistas médicas acostumbramos a ver la composición racial de los participantes. Caucásico, negro, hispano, asiático... que cada día son más extensas ¿Pero estas clasificaciones aportan información valorable o, como afirma una de las ponentes, pueden ser formas de racismo encubierto? 

 

Esta mesa desarrolló un interesante pro/contra sobre el tema que al menos al autor de estas líneas le descolocó un tanto y le es motivo de reflexión. Centrado en el caso de los asiáticos, las ponentes coincidían en la tremenda variabilidad de las poblaciones de origen asiático: japoneses, chinos, filipinos, indonesios, tailandeses, mongoles, indostanos, … ¿son un todo homogéneo a meter en un cajón y considerar una realidad monolítica? Lo mismo podríamos decir de la población actualmente europea (recordemos que nuestro continente se fue poblando por sucesivas oleadas migratorias desde el este, en la actualidad de todo el mundo y nuestro país no es una excepción), porque esos arquetipos se refieren más a la distribución actual del ser humano en el globo terráqueo, ¿y en el futuro?

 

Compartimos la abrumadora mayor parte de nuestros genes. Hay más variabilidad genética entre los miembros de una misma raza que entre razas. De hecho los denominados genes ahorradores, que condicionan la aparición de obesidad y diabetes (DM), son comunes y de los más antiguos filogenéticamente (800.000 años) y estaban encaminados a la supervivencia en situaciones de hambruna. 

 

En el fondo todos somos más o menos mestizos, y nuestros genes se encuentran sometidos a la epigenética. Y es conocido que poblaciones que han migrado a otros continentes acaban teniendo riesgo de enfermedades superiores a los de su país de origen y equivalentes a los del país receptor (caso de cáncer de mama en mujeres asiáticas en los EEUU). Pero también lo es que, y solo tenemos que ver nuestras consultas, que las poblaciones con un nivel socioeconómico bajo tienen un mayor riesgo de obesidad, DM2, ECV, cáncer, mayor frecuencia de consumo de tabaco, sedentarismo, peores condiciones de vivienda, menor acceso a atención sanitaria,… y una esperanza de vida menor que las de nivel socioeconómico mayor. No es casualidad, que la población inmigrante (racializada) ocupe, aunque ciertamente no en exclusiva, los nichos más bajos de nuestras sociedades. 

 

Así pues, cuando hacemos esas burdas clasificaciones por razas y establecemos puntos de corte, probablemente no estamos valorando grupos genéticos homogéneos, sino desigualdades socioeconómicas, y como consecuencia, también su salud. Y, ¡Oh sí!, otra vez aparece la orientación comunitaria como un arma (no la única) frente a las desigualdades en salud.

 

La atención centrada en la persona requiere más y mejores herramientas para valorar los riesgos, llegar a diagnósticos acertados y establecer planes terapéuticos, individualizados más allá de clasificaciones que tienen un oscuro origen, y también tenían y quizá aún tengan oscuras intenciones.

 

Lo dicho. Para reflexionar…



ADA Congress 2024. Race and Ethnicity-Based Cut Points in Diabetes Screening and Diagnosis—Benefit or Harm for Reducing Disparities? viernes, junio 21, 2024

 


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