28 de abril de 2021

La dieta vegana permite reducir la resistencia a la insulina

La dieta vegana permite reducir la resistencia a la insulina 

En ocasiones hemos hablado de las diferencias entre las distintas dietas que pueden utilizar los pacientes con diabetes (DM) o sin esta enfermedad. Sus diferencias a la hora de cumplimiento y sus resultados en pérdida corporal, materia grasa, muscular o control glucémico.

En cuanto al tratamiento de la DM solemos fijarnos en el contenido calórico, la cantidad de los hidratos de carbono (HC) ingeridos y el índice glucémico de mismos. Como hemos visto la  proporción de éstos en la dieta, y con ello la cantidad de proteínas y grasas ingeridas, es aún motivo de discusión, así distinguimos en dietas con más o menos HC (hipoglucídicas…), proteínas (hiperproteicas) o grasas (cetogénicas).  Y es que todo está imbricado, de modo que el objetivo de la pérdida de peso puede darse en dietas altas en proteínas o en altas o bajas en grasas, pues todas estas se relacionarían con reducciones en la ingesta de HC.

De los estudios observacionales sabemos que la incidencia de DM tipo 2 (DM2) es menos frecuente que en la población general en aquellos que siguen una dieta vegetariana. Unas tipo de dietas, que sin embargo, son variadas, pues van desde el convencimiento (filosofía vital) no ingieren ningún producto animal (veganas), a aquellas que permiten huevos y leche pero no carne (ovolacteovegetarianas), pescovegetarianas (con pescado) a las semivegetarianas (que comen ocasionalmente algo de carne). 
El común denominador de todas es que se ingiere una alta ingesta de fibra vegetal en forma de  cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos; con ello consiguen reducir las grasas saturadas y las grasas trans y reducir la absorción de los HC.

Como vimos en un metaanálisis de Schwingshackl L evaluando 56 ensayos clínicos aleatorizados (ECA) o 4.937 individuos con  diferentes dietas (pobres en grasas, vegetariana, mediterránea, alta en proteínas, moderada en HC, baja en HC, paleolítica, o con bajo índice glucémico) concluyó que cualquiera de ellas produciría una reducción de la HbA1c de entre – 0,82 a – 0,47% y de la glucemia basal (GB) entre – 1,61 a – 1,00 mmol/l, frente a dieta control. Según éste análisis  la reducción de la GB sería más pronunciado en la dieta mediterránea (88%), y tras ella la dieta paleolítica (71%) y la vegetariana (63%).

Como comentamos las dietas  vegetarianas, y en concreto la vegana, tiene un comportamiento especial pues su alto contenido en fibra modifica e induce una microbiota intestinal distinta que pudiera tener alguna repercusión en la sensibilidad a la insulina (INS), la pérdida de peso y el control metabólico. Se postula que  el efecto prebiótico de los vegetales incrementa la familia de los bacteroidetes y  la concentración del Faecalibacterium prausnitzii (F prausnitzii) que se alimenta de fibra vegetal (produce ácidos grasos de cadena corta) y que inducía estos cambios.

En una comunicación de Kahleova et al en la reunión anual del 2019 de la European Association for the Study of Diabetes  (EASD ) sobre el análisis de 148 individuos con sobrepeso u obesidad (índice de masa corporal -IMC- de alrededor de 33 kg/m3) sin historia de DM2  aleatorizados a una dieta vegana baja en grasas (n= 73, edad media 53 años, 60% mujeres) o a continuar con su dieta habitual (n= 75, edad media 57, 67% mujeres), ambas sin restricción calórica, demostró como el peso corporal se redujo en el grupo de dieta vegana en comparación con la habitual en –5,8 kg (p inferior a  0,001), supuso una importante pérdida de masa grasa (incluido grasa visceral) y un efecto debido al tratamiento en peso de –3,9 kg (p inferior a  0, 001) (2/3 del peso se debió a la pérdida de grasa corporal). 

De este mismo autor, Hana Kahleova hemos leído un trabajo publicado en  JAMA Netw Open a finales del año pasado. Según éste las dietas basadas en plantas son altas en fibra vegetal pero también bajas en grasas por lo que se ingiere menos energía; y a su vez la reducción en grasas activa el efecto térmico de la comida que supone al menos un 10% de la energía gastada. Este aspecto es importante y no ha sido estudiado convenientemente habida cuenta que en los ECA el grupo control siguen dietas según las directrices del  National Cholesterol Education Program, y por tanto no se trata de individuos sin tratamiento.
Según éste, existen estudios que establecen que los individuos que siguen dietas veganas tiene menos concentraciones de lípidos intramiocelulares en comparación con los que siguen dietas omnívoras, lo que sugiere que al reducir los lípidos hepatocelulares e intramiocelulares se podría incrementar la actividad mitocondrial y el metabolismo postprandial, algo que estaría íntimamente relacionado con la resistencia a la INS y la DM2.

El objetivo de este estudio sería medir los efectos de una dieta vegana baja en grasas sobre el peso corporal, la resistencia a la INS, el metabolismo postprandial, y los niveles de lípidos intramiocelulares y hepatocelulares en individuos adultos con sobrepeso.
Se trata de un ECA a 16 semanas de duración, con diseño paralelo y abierto en adultos entre 25-75 años, con edad media de 54,4 (11, 6) años, el 87% mujeres y con un  IMC entre 28-40,  que fue realizado entre enero del 2017 y febrero del 2019. 
El estudio se hizo siguiendo los criterios del Consolidated Standards of Reporting Trials (CONSORT).

En un caso, se les pidió hacer una dieta vegana baja en grasas y en el grupo control no hacer cambios en la dieta. Fueron aleatorizados 1:1 con cuatro replicaciones.
De los 3.115 inicialmente propuestos, solo 244 cumplieron los criterios de inclusión. Se incluyeron a 122 en el grupo de intervención (dieta vegana baja en grasas) y 122 en el grupo control  (sin cambios en la dieta) durante 16 semanas.

En este tiempo se evaluó el peso corporal según una escala al efecto, la composición de la grasa corporal (absorciometría radiológica), la insulinoresistencia según índice de evaluación de la homeostasis y la sensibilidad a la INS según un índice de sensibilidad (PREDIM). Se midió el efecto calórico de la comida mediante un calorímetro indirecto tras tres horas después del desayuno tipo  dieta líquida estandard (720 Kcal). Un subgrupo de participantes (44) se les cuantificó los lípidos intramiocelulares según un espectómetro por resonancia magnética de protones.
Según esto a las 16 semanas y sin restricción calórica el peso corporal se redujo en el grupo de intervención en 5,9 kg (IC 95% 5,0-6,7; p inferior a 0,001).
El efecto térmico del alimento en el grupo de intervención se incrementó en un 14,4% (IC 95% 6,5-20,4; p inferior a 0,001).
El índice de evaluación de la homeostasis se redujo en −1,3 (IC 95% −2,2 a −0,3; p inferior a 0,001) al tiempo que se incrementaba el   PREDIM en 0,9 (IC 95% 0,5-1,2; p inferior a  0,001) en el grupo de intervención. 
Los niveles de lípidos intrahepatocelulares se redujeron en un 34,4% de una media de 3,2% (2,9%) a  2,4% (2,2%) (p =  0,002) y los lípidos intramiocelulares en un 10,4%, de una media de 1,6 (1,1) a  1,5 (1,0) (p =  0,03). 

En el grupo control no se produjo ningún cambio en las 16 semanas.
Se demostró que existía una correlación negativa entre los cambios del PREDIM  con los cambios en el peso corporal (r = −0,43; p inferior a  0,001).
Los cambios en el contenido lipídico hepatocelular e intramiocelular se correlacionaron con los cambios en la resistencia a la INS (en ambos  r = 0,51; p= 0,01).

Según este estudio una intervención en base a alimentos vegetales con reducción en la ingesta de grasas reduce el peso corporal al reducir la ingesta de energía e incrementar el metabolismo postprandial. Estos cambios se asocian con reducciones en la grasa intramiocelular y hepatocelular y aumento de la sensibilidad a la INS.

Hay que puntualizar que se ha demostrado que en individuos delgados con insulinorresistencia una  dieta hipocalórica (1200 Kcal) permite reducir en un 30% los lípidos intramiocelulares y unos 4,1 kg en 9 semanas; sin embargo, en este estudio que comentamos se trata de individuos con sobrepeso sin restricción calórica con una dieta vegana pobre en grasas y que con ello se permiten reducciones de lipidos en un 34% hepatocelulares y un 10% intramiocelulares.

Hana Kahleova, Kitt Falk Petersen, Gerald I Shulman , Jihad Alwarith, Emilie Rembert, Andrea Tura, Martin Hill, Richard Holubkov, Neal D Barnard.  Effect of a Low-Fat Vegan Diet on Body Weight, Insulin Sensitivity, Postprandial Metabolism, and Intramyocellular and Hepatocellular Lipid Levels in Overweight Adults: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open . 2020 Nov 2;3(11):e2025454. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2020.25454.

Schwingshackl L, Chaimani A, Hoffmann G, Schwedhelm C, Boeing H. A network meta-analysis on the comparative efficacy of different dietary approaches on glycaemic control in patients with type 2 diabetes mellitus. Eur J Epidemiol. 2018;33:157-170. doi: 10.1007/s10654-017-0352-x. Epub 2018 Jan 4.

Olfert MD, Wattick RA. Vegetarian diets and the risk of diabetes. Curr Diab Rep. 2018;18:101. doi: 10.1007/s11892-018-1070-9.

Kahleova et al. EASD 2019 Annual Meeting. Presented September 19, 2019. Abstract 700.


No hay comentarios: