Comentario de Mateu Seguí Díaz (#MateuSeguí)
Sabemos que la prevalencia de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) es de aproximadamente al 25% de la población general y superior en los pacientes con diabetes tipo 2 (DM2), dado que presentan factores de riesgo como la resistencia a la insulina (INS) y la obesidad abdominal. La esteatohepatitis no alcohólica (NASH), o esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH), es una enfermedad hepática progresiva caracterizada por la presencia de esteatosis hepática de al menos 5% con daño hepatocelular e inflamación llegando a la fibrosis de leve a avanzada, que nos conducirían con el tiempo a desarrollar patologías hepáticas más graves. La prevalencia mundial estimada de NASH es aproximadamente del 4 al 6%.
Como vimos recientemente en el blog un grupo de consenso internacional cambió estos términos a MASH a enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD) (por sus siglas en inglés, -Metabolic Dysfuntion Associated Steatotic Liver Disease-), aunque utilizaremos ambas nomenclaturas al referirnos exclusivamente al hígado. (Sigue leyendo...)