22 de diciembre de 2012

¿Existe relación entre la retinopatía y la enfermedad renal crónica?


¿Existe relación entre la retinopatía y la enfermedad renal crónica?

En algunas ocasiones se ha estudiado la asociación entre la retinopatía (RT) y la enfermedad renal crónica (ERC) en individuos con diabetes (DM). En datos anteriores del Chronic Renal Insufficiency Cohort (CRIC) se había demostrado que al menos la mitad de los pacientes con ERC, fueran DM o no, tenían alteraciones retinianas relacionadas con los factores de riesgo de la ERC.
En este sentido, la utilización de la retinografía no midriática (FO) permite una visualización directa de la retina y de los vasos sanguíneos. Se sabe que la alteración de ésta y sobre todo de la vascularización retiniana puede corresponder a cambios de los mismos en otros órganos  en enfermedades del riñon, de corazón, cerebrales…por lo que el FO permitiría evaluar indirectamente la situación en estos órganos.
En este estudio se intenta determinar si los cambios en la retina pueden de alguna manera estar relacionados con alteraciones en el riñón.
Se trata de un estudio transversal, observacional y multicéntrico sobre 2605 individuos de la cohorte de la CRIC formada para el estudio de la ERC. El estudio  Retinopathy in Chronic Renal Insufficiency Cohort (RCRIC), por su parte,  es una subcohorte del CRIC, también multicéntrica y longitudinal sobre adultos con ERC  que estudiaría la asociación entre la RT y la ERC.
De estos individuos con ERC a 1936 se les realizó un FO de ambos ojos, entre junio del 2006 y mayo del 2008, cuya lectura se hizo aplicando unos protocolos estandarizados y de forma enmascarada. Determinado la severidad según el grado de retinopatía y el diámetro de las arteriolas y las vénulas retinianas, por sanitarios entrenados no oftalmólogos en el Fundus Photograph Reading Center,  y aplicando los criterios del Early Treatment of Diabetic Retinopathy Study (ETDRS), que a este efecto se suelen utilizar en estudios epidemiológicos.  La puntuación según el ETDRS fue desde la normalidad (inferior a 14),  RT leve no proliferativa (14-20),  RT no proliferativa (35-63), a RT proliferativa (≥ 60). También se evaluó el edema macular, y el diámetro del calibre vascular, fuera venular o arteriolar.
Los datos sobre la función renal y la información sobre los factores de riesgo tradicionales o no tradicionales fueron obtenidos del mismo estudio CRIC. Como factores tradicionales de ERC se evaluaron la edad, la raza o grupo étnico, la tensión arterial sistólica, la DM y la proteinuria de 24 horas. Y, como factores de riesgo no tradicionales, la presencia de anemia, la utilización de bloqueadores del eje angiotensina-aldosterona, la enfermedad cardiovascular, el índice de masa corporal, hábito tabáquico…
Según éste, los diferentes grados de severidad de la RT se asociaron con descensos en las tasas de filtración glomerular (TFG) (p inferior 0,001), tras ajustarlos por factores de riesgo tradicionales y no tradicionales de ERC. La presencia de anormalidades vasculares asociadas a la hipertensión arterial (HTA) se relacionó a su vez con descensos en las TFG. Señalan que los individuos sin RT tenían unas TFG más altas al tiempo que aquellos con RT proliferativa las TFG eran más bajas.
En este sentido, a medida que la puntuación mediante la ETDRS empeoraba también lo hacía la TFG independientemente de los factores de riesgo de ERC (p=0,005). Por el contrario, no se constató una relación entre el calibre vascular y las TFG (p=0,041).
Como aspecto particular destacar que no hubo interacción entre la proteinuria de 24 horas, tanto fuera baja (inferior a 500 mg) o alta (≥ 5000 mg), y la asociación entre la RT y las TFG.
Existió una alta proporción de DM que tuvieron RT (49% de 925 estudiados con DM), comparado con solo el 11% de los 1011 individuos sin DM (diferencia estadísticamente significativa, p inferior 0,001), sin embargo la presencia de DM no significó mayor asociación entre RT y la disminución de la función renal (TFG, p= 0,75)
Concluyen, que existiría una fuerte asociación entre la severidad de la RT y la función renal tras ajustarlo por los factores de riesgo tradicionales y no tradicionales de ERC. Sugiriendo todo ello que la RT vascular reflejaría de alguna manera los mismos cambios vasculares a nivel renal, de modo que al parecer los mismos mecanismos etiológicos estarían involucrados en la RT y la ERC, independientemente de la enfermedad de base, fuera DM o HTA. La cuestión que queda en el aire y que aún hoy no tiene respuesta es si la presencia de RT sería un factor pronóstico de la progresión a ERC o de la enfermedad cardiovascular.

Grunwald JE, Alexander J, Ying GS, Maguire M, Daniel E, Whittock-Martin R, Parker C, et al Retinopathy and chronic kidney disease in the Chronic Renal Insufficiency Cohort (CRIC) study.
Arch Ophthalmol. 2012 Sep 1;130(9):1136-44.

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