3 de febrero de 2013

El consumo de azúcar y el peso corporal


El consumo de azúcar y el peso corporal

El azúcar (“sucrose”, sacarosa en español) un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa, es un componente habitual en nuestra dieta, aunque su consumo ha ido aparejado con diversos efectos no deseables, del tipo de enfermedades cardiovasculares (ECV), diabetes tipo 2 (DM2), obesidad, gota úrica, esteatosis hepática, hiperactividad, caries dental...sin que todos estos efectos tengan la suficiente base científica. Dentro de éstos, ya hemos comentado alguna vez la asociación de bebidas azucaradas y el desarrollo de obesidad o DM2. En este aspecto, la revisión sistemática que comentamos examina ensayos clínicos aleatorizados (ECA) comparando  resultados de ingestas con alto contenido de azúcares frente a otras con bajo contenido manteniendo el mismo balance calórico con respecto al peso corporal,  pero excluyendo aquellos diseñados con el propósito expreso de perder peso,  tanto en adultos como en niños.
Se realizó una revisión sistemática en forma de metaánalisis según la metodología de la Cochrane Collaboration, ECA y cohortes prospectivas que relacionaran la ingesta de azúcar con cambios en la grasa corporal. Para ello, se utilizó OVID Medline, Embase, PubMed, el Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature, Scopus,. Estudios publicados hasta diciembre del 2011 y que cumplieran con unos criterios de inclusión. Así, se requirió que indicaran la ingesta total de azúcar, de los componentes de ésta (expresado en cantidades y porcentajes de energía), la ingesta de azúcar que contenían no solo las comidas, sino también las bebidas azucaradas, y todo ello  en forma de variables que fueran evaluadas en relación con al menos una medida de grasa corporal. Se incluyeron individuos sin enfermedades agudas, y pudiendo haber DM2, en ECA de al menos dos semanas de duración, o cohortes de al menos un año de duración. Se separó a su vez los efectos de los estilos de vida, de aquellos derivados de intervenciones médicas. Con ello, se identificaron dos tipos de estudios, uno, con un brazo de intervención con consejos de incrementar o disminuir la ingesta de azúcar de los alimentos y bebidas, aunque no sobre el control del peso corporal, que les denominaron estudios ad libitum.  Y otro grupo de ECA, que se intentó sustituir los azucares por otra clase de  carbohidratos manteniendo la ingesta energética. Se descartaron los estudios en cuyo diseño se encontraba la pérdida de peso. Las medidas sobre los cambios en la grasa corporal, incluyeron cambios en el peso, en el índice de masa corporal (IMC), z score del IMC, circunferencia de cintura, % de grasa corporal, materia grasa, y grasa en el tronco (%).
Finalmente se eligieron 30 ECA de 7.895, y 38 cohortes de 9.445. Dentro de estos, la reducción de la ingesta de azucares en los ECA ad libitum se asoció con un descenso del peso corporal
 de 0,80 kg, (IC 95% 0,39 -1,21; p inferior a 0,001), al tiempo que incrementos en la ingesta de azúcares se asoció con un incremento comparable en el peso corporal de 0,75 kg, (IC 95% 0,30 – 1,19; p=0,001).  Los estudios con sustitución isocalórica de los azúcares no mostró cambios en el peso corporal (0,04 kg, -0,04 a -0,13). Los estudios en niños, los cuales inevitablemente incluyen recomendaciones en reducir la ingesta de alimentos azucarados y refrescos azucarados, no mostraron cambios en el peso corporal. Si bien es cierto, que relacionando la ingesta de refrescos azucarados después de un año de seguimiento en estudios prospectivos, la odds ratio (OR) sobre la condición de presentar sobrepeso u obesidad se incrementó a un 1,55 (1,32-1,82) entre los grupos de alta ingesta frente a aquellos de más baja ingesta. Como, apuntaban a pesar de la alta heterogeneidad de los estudios, y los posible sesgos debido al diseño de los mismos, existe una tendencia consistente en las conclusiones. Unas conclusiones que apuntan que en los individuos que hacen una dieta ad libitum,  la ingesta de más o menos azúcar en la comida o en la bebida, tiene una relación directa con el peso corporal. Apuntan, además, que los cambios en la grasa corporal relacionados con los cambios en la ingesta de azucares estarían relacionados básicamente con cambios en la ingesta energética, pues cambios entre los mismos hidratos de carbono, manteniendo el mismo balance calórico,  no se asociaron con modificaciones del peso.

Te Morenga L, Mallard S, Mann J. Dietary sugars and body weight: systematic review and meta-analyses of randomised controlled trials and cohort studies.
BMJ. 2012 Jan 15;346:e7492. doi: 10.1136/bmj.e7492.

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