¿Protege la dieta mediterránea contra el síndrome metabólico?
El síndrome metabólico (SM) va aumentado su prevalencia en los países occidentales a la par que aumenta la obesidad y los trastornos del metabolismo glucídico relacionados con el sedentarismo y los cambios en los hábitos alimentarios. Las distintas definiciones dan resultados en prevalencia distintos, de tal modo que según la National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel III (NCEP ATP III) las variaciones según países van del 9,6 al 55,7%, con la World Health Organization (OMS) entre el 13,4 y el 70,0% y a la sazón con la definición de la International Diabetes Federation (IDF) del 7,4 al 50%. Sea como fuere, es conocido que las dietas que incluyen cereales integrales, vegetales, frutas y alimentos con escasas grasas animales parecen tener una efecto protector cardiovascular al mejorar ciertos factores de riesgo cardiovascular (FRCV) tales como la hipertensión (HTA), dislipemias (DLP), obesidad (OBS)...El paradigma de este tipo de dietas es la dieta mediterránea (meddiet) pues propone consumir más frutas, vegetales, cereales, alimentos lácteos, pescado, frutos secos y legumbres, con un aumento de la ingesta de ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva), bajo consumo de carne roja y un bajo consumo de alcohol (vino) con las comidas. Este tipo de dietas se ha asociado con menor mortalidad cardiovascular y por cáncer, además de menor obesidad y diabetes tipo 2 (DM2), sin embargo, paradógicamente el estudio de su relación con el SM no ha sido totalmente establecido.
Por ello se propusieron hacer una revisión sistemática en forma de metanálisis que respondiera a esta cuestión, realizada sobre estudios captados a partir de “PubMed, Embase, Scopus, Cochrane Central Register of Controlled Trials databases” hasta el 30 de abril del 2010, mediante palabras clave del tipo “MD, moderate fat diet, monounsaturated fat diet, MS, syndrome X...”.
De los 474 estudios evaluados, solo se admitieron a 50 en el metanálisis que correspondieron a 534,906 personas , de los cuales 2 fueron prospectivos, 13 transversales y 35 ensayos clínicos.
En cuanto a los resultados hubieron diferencias en el grado de adherencia a la meddiet y reducción del SM según se eligieran ensayos clínicos prospectivos (log-hazard ratio -0.69, IC 95% -1.24 a -1.16) o estudios transversales, estos últimos sin significación estadística (log-odds ratio -0.16, IC 95% -0.49 a -0.17). Existiendo un efecto protector de la meddiet en ciertas características del SM, tales como perímetro abdominal (-0.42 cm, IC 95% -0.82 a -0.02), HDL-colesterol (1.17 mg/dl, IC 95% 0.38 -1.96), triglicéridos (-6.14 mg/dl, IC 95% -10.35 a -1.93), tensión arterial sistólica (-2.35 mm Hg, IC 95% -3.51 a -1.18) y diastólica (-1.58 mm Hg, IC 95% -2.02 a -1.13), y glucemia (-3.89 mg/dl, IC 95% -5.84 a -1.95). Lo que demuestra, con toda las limitaciones debidas a la falta de homogenidad de los estudios debido a cada zona geográfica concreta y a los posibles efectos confusionales - ejercicio físico, hábitos tóxicos...- que la adherencia a la meddiet tiene un efecto beneficioso en múltiples aspectos que conforman el riesgo cardiovascular, la insulinoresistencia, la homeostasis glucémica y el SM, de tal modo que mejora la obesidad, los lípidos, la tensión arterial, la glucemia..que sigue la tendencia el estudio PREDIMET ya comentado anteriormente.
Kastorini CM,Milionis HJ, MD, PHD, Esposito K, Giugliano D, Goudevenos JA, Panagiotakos DB .The Effect of Mediterranean Diet on Metabolic Syndrome and its Components
A Meta-Analysis of 50 Studies and 534,906 Individuals, J Am Coll Cardiol 2011;57:1299–313
Páginas
▼
31 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
Pequeñas variaciones en la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular entre CCAA en España
Pequeñas variaciones en la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular entre CCAA en España
Los estudios epidemiologicos sobre los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en nuestro país dan resultados diversos, tanto en las tendencias del colesterol, del control de la hipertensión, de la prevalencia de la obesidad, de la diabetes (DM2) y del tabaquismo. Tampoco la Encuesta Nacional de Salud (ENS) es un buen método con el que determinar los FRCV. Por esto se propusieron el objetivo de analizar la prevalencia global de los distintos FRCV en 11 estudios de diversas comunidades autónomas (CCAA) determinando la variabilidad geográfica de los mismos.
Se compone de estudios con muestras aleatorias y con base poblacional y por tanto representativo del 70% del territorio español con tasas de respuesta buenas (de alrededor del 73%). Los estudios utilizados fueron el ARTPER (Cataluña-Barcelona), el CDC de Canarias (Canarias), el CORSAIB (Islas Baleares), el DINO (Murcia), el DRECA-2 (Andalucía), el HERMEX (Extremadura), el PREDIMERC(Madrid), el RECCyL (Castilla y León), el REGICOR (Cataluña), el RIVANA1 (Navarra) y el TALAVERA (Castilla-La Mancha). Todos ellos incluyeron a individuos entre 35-74 años, salvo el ARTPER entre 49-74.
Se planteó un estandarización en la recogida de datos, con estudios de concordancia entre los laboratorios con 100 muestras de cada estudio, cuestionarios estandarizado y criterios admitidos por las principales agencias internacionales. La prevalencia de cada FRCV se estratificó en quinquenios calculándose la prevalencia bruta con su intervalo de confianza al 95% y la estandarizada, test de heterogenidad, de concordancia, recta de regresión...
Se admitieron a 28.887 participantes de 10 comunidades autónomas (CCAA) cuya población sería aproximadamente el 70% de la población española en ese estrato de edad, concluyéndose que la
prevalencia de los distintos FRCV fue similar entre los estudios. No se observan diferencias importantes entre las CCAA en la prevalencia de la DM2, HTA, dislipemia, obesidad, y tabaquismo presentando coeficientes de variación entre el 7-26%. La mayor prevalencia de DM2, HTA, dislipemias en ambos sexos se dio en Canarias, Andalucía, y Extremadura, presentando mayor mortalidad por CI que el resto de CCAA. La prevalencia de HTA y DM no diagnosticada fue inferior a otros estudios previos, pasando del 56 al 43% en la década de los noventa al 38 y 26% actuales, probablemente debido a la implantación de programas de captación más precoz (prevención secundaria). La prevalencia de obesidad y de glucemia superior a 126 mg/dl en mujeres estuvo correlacionada significativamente con la mortalidad por cardiopatía isquémica (CI), y en varones, la correlación fue significativa para la glucemia mayor de 126 mg/dl, si bien la obesidad no llegó a alcanzar la significación estadística.
Concluyen que los FRCV de las mayoría de las CCAA presentan una variabilidad inferior al 20% en la población entre 35-74 años, encontrando una prevalencia de HTA del 43% y de las dislipemias (colesterol total > 250 mg/dl) del 41%, presentando un cuarto por ciento de la población española el hábito de fumar. El 29% fueron obesos y el 13% diabéticos.
Grau M, Elosua R, Cabrera de León A,Guembe MJ, Baena-Diez JM, Vega Alonso T, et al. Factores de riesgo cardiovascular en España en la primera decada del siglo XXI: analisis agrupado con datos individuales de11 estudios de base poblacional, estudio DARIOS. Rev Esp Cardiol. 2011;xx(x):xxx–xxx
Los estudios epidemiologicos sobre los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) en nuestro país dan resultados diversos, tanto en las tendencias del colesterol, del control de la hipertensión, de la prevalencia de la obesidad, de la diabetes (DM2) y del tabaquismo. Tampoco la Encuesta Nacional de Salud (ENS) es un buen método con el que determinar los FRCV. Por esto se propusieron el objetivo de analizar la prevalencia global de los distintos FRCV en 11 estudios de diversas comunidades autónomas (CCAA) determinando la variabilidad geográfica de los mismos.
Se compone de estudios con muestras aleatorias y con base poblacional y por tanto representativo del 70% del territorio español con tasas de respuesta buenas (de alrededor del 73%). Los estudios utilizados fueron el ARTPER (Cataluña-Barcelona), el CDC de Canarias (Canarias), el CORSAIB (Islas Baleares), el DINO (Murcia), el DRECA-2 (Andalucía), el HERMEX (Extremadura), el PREDIMERC(Madrid), el RECCyL (Castilla y León), el REGICOR (Cataluña), el RIVANA1 (Navarra) y el TALAVERA (Castilla-La Mancha). Todos ellos incluyeron a individuos entre 35-74 años, salvo el ARTPER entre 49-74.
Se planteó un estandarización en la recogida de datos, con estudios de concordancia entre los laboratorios con 100 muestras de cada estudio, cuestionarios estandarizado y criterios admitidos por las principales agencias internacionales. La prevalencia de cada FRCV se estratificó en quinquenios calculándose la prevalencia bruta con su intervalo de confianza al 95% y la estandarizada, test de heterogenidad, de concordancia, recta de regresión...
Se admitieron a 28.887 participantes de 10 comunidades autónomas (CCAA) cuya población sería aproximadamente el 70% de la población española en ese estrato de edad, concluyéndose que la
prevalencia de los distintos FRCV fue similar entre los estudios. No se observan diferencias importantes entre las CCAA en la prevalencia de la DM2, HTA, dislipemia, obesidad, y tabaquismo presentando coeficientes de variación entre el 7-26%. La mayor prevalencia de DM2, HTA, dislipemias en ambos sexos se dio en Canarias, Andalucía, y Extremadura, presentando mayor mortalidad por CI que el resto de CCAA. La prevalencia de HTA y DM no diagnosticada fue inferior a otros estudios previos, pasando del 56 al 43% en la década de los noventa al 38 y 26% actuales, probablemente debido a la implantación de programas de captación más precoz (prevención secundaria). La prevalencia de obesidad y de glucemia superior a 126 mg/dl en mujeres estuvo correlacionada significativamente con la mortalidad por cardiopatía isquémica (CI), y en varones, la correlación fue significativa para la glucemia mayor de 126 mg/dl, si bien la obesidad no llegó a alcanzar la significación estadística.
Concluyen que los FRCV de las mayoría de las CCAA presentan una variabilidad inferior al 20% en la población entre 35-74 años, encontrando una prevalencia de HTA del 43% y de las dislipemias (colesterol total > 250 mg/dl) del 41%, presentando un cuarto por ciento de la población española el hábito de fumar. El 29% fueron obesos y el 13% diabéticos.
Grau M, Elosua R, Cabrera de León A,Guembe MJ, Baena-Diez JM, Vega Alonso T, et al. Factores de riesgo cardiovascular en España en la primera decada del siglo XXI: analisis agrupado con datos individuales de11 estudios de base poblacional, estudio DARIOS. Rev Esp Cardiol. 2011;xx(x):xxx–xxx
24 de marzo de 2011
Claras diferencias entre las glitazonas
Desde que se retiró la primera glitazona, la troglitazona por su toxicidad hepática, solo dos sustancias de esta familia se han llegado a comercializar, la rosiglitazona y la pioglitazona; sin embargo, como ya hemos comentado hasta la saciedad, el metanálisis de E Nissen en el 2007 dio el pistoletazo de salida en la demostración de que la rosiglitazona aumentaba el riesgo de infarto de miocardio y de la mortalidad cardiovascular. La pioglitazona, por su parte, con el Pro-active (2004) parecía que podía tener beneficios a nivel cardiovascular. Si embargo, en ambas sustancias se demostró que eran capaces de aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca y de fracturas.
La EMEA - European Medicines Agency – recomendó la retirada de comercialización de la rosiglitazona mientras la FDA - US Food and Drug Administration- la mantenía en el mercado con unas restricciones muy claras. El problema que plantea este metanálisis es que a pesar de todo lo sucedido no existen ensayos clínicos aleatorizados (ECAs) que comparen ambas moléculas los únicos que existen son estudios observacionales que como no podría ser de otra manera acusan los efectos confusionales de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) y de la coomorbilidad subyacente en cada paciente; de ahí que se propusieran comparar los efectos de ambas moléculas sobre los resultados cardiovasculares a partir de los estudios observacionales publicados. Para ello se seleccionaron estudios observacionales controlados -no aleatorizados- , en forma de cohortes o estudios caso-control de pacientes en los que se comparara la rosiglitazona frente a la pioglitazona, teniendo como objetivo principal el infarto agudo de miocardio (IAM) y secundarios la insuficiencia cardíaca (IC) y la mortalidad global. Se extrajeron los estudios de Medline, Embase hasta septiembre del 2010 mediante términos como, “pioglitazone, rosiglitazone ,thiazolidinedione,
myocardial-infarction, cardiovascular or cardiac or heart, cohort, case-control, observational y/o retrospective”. Encontrando 16 estudios observacionales que incluía a 810.000 pacientes (429,000 con rosiglitazona frente a 381,000 pioglitazona), entre 54-76 años y con un rango de seguimiento entre 105 días y 7,1 años. En cuanto al IAM, la rosiglitazona (15 estudios) en comparación con la pioglitazona se asoció a un incremento en el odds ratio (OR) del 1,16 (IC 95% 1.07 -1.24; P inferior a 0.001). En cuanto a la IC (8 estudios) el OR también fue más alto en la rosiglitazona que en la pioglitazona 1.22, (IC 95% 1.14 -1.31; P inferior a 0.001). En mortalidad global (8 estudios) la OR también fue más alta en la rosiglitazona que en la pioglitazona 1.14 (IC 95%, 1.09 -1.20;
P inferior a 0.001). El número de individuos a tratar (NNH) para producir un efecto secundario al año en la rosiglitazona fue de 587 (IC 95% , 392 -1339), que afectos prácticos significa incrementar en 170 los IAM, 649 las IC y en 431 muertes por cada 100 000 pacientes que recibieron rosiglitazona en vez de pioglitazona.
Por lo que concluyen que la utilización de la rosiglitazona vs pioglitazona incrementa la odds del IAM aproximadamente en un 16%, en un 23% en la IC y en un 14% en la mortalidad global y todo ello aportado por la observación de alrededor de 810.000 pacientes y sin que exista una heterogeidad estadísticamente significativa entre los estudios que integran este metanálisis. El que hayan diferencias clínicamente significativas entre ambas moléculas tendría que ver con una explicación bioquímicamente plausible, tal es el caso de que la rosiglitazona eleva los triglicéridos y las LDL-colesterol y que esta sustancia tendría mayor potencia a nivel agonista de los receptores PPARγ renales (le conferiría por tanto, mayor potencia en la retención de líquidos.
Loke YK, Kwok CS, Singh S.Comparative cardiovascular effects of thiazolidinediones: systematic review and meta-analysis of observational studies. BMJ 2011;342:d1309
20 de marzo de 2011
¿De que manera influye la diabetes y la glucemia basal en la mortalidad del diabético?
¿De que manera influye la diabetes y la glucemia basal en la mortalidad del diabético?
Es conocido que la diabetes tipo 2 (DM 2) está asociada a un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular (ECV), pero también de enfermedad oncológica lo que influye negativamente en su expectativa de vida . Lo que no queda claro es si esta asociación se debe directamente a su disfunción glucémica o a otros factores que se presentan concomitantemente (insulioresistencia, obesidad...). El trabajo que se comenta intenta dilucidar cual es la asociación entre los niveles de glucemia y el riesgo de muerte según causas específicas en 820,000 personas y su expectativa de vida. Es parte del Emerging Risk Factors Collaboration (ERFC) cuyos resultados fueron publicados anteriormente en relación a la asociación entre lípidos, marcadores inflamatorios..y riesgo de ECV o causa especifica de muerte. Los 820900 participantes de 97 estudios prospectivos incluídos no presentaban enfermedad CV, 40,116 tenían historia de DM2 en el momento del estudio, y la clasificación de la causa de muerte de los 123205 fallecidos se hizo por la International Classification of Diseases, en base a los certificados de muerte y se confrontó con otros factores antropométricos, físicos (TA, colesterol..), medicación... Con ello, se vio que las tasas globales de muerte eran más altas entre los diabéticos que aquellos sin DM2 (29 vs 12 por 1000 personas/año entre varones, y 23 vs 7 por 1000 personas/año en mujeres). Por causas específicas, por ejemplo en mortalidad por cáncer, hubieron 7 vs 4 por 1000 personas/año en varones y 4 vs 3 por 1000 personas/año en mujeres; en muerte cardiovascular, 13 vs 5 por 1000 personas/año en varones y 11 vs 2 por 1000 personas/año en mujeres. Según los hazard ratios (HR) existirían 1.80 (IC 95% , 1.71-1.90) por mortalidad por alguna causa, 1.25 (IC 95%, 1.19 -1.31) muerte por cáncer, y 2.32 (IC 95%, 2.11 -2.56) por muerte cardiovascular. Comparando diabéticos con no diabéticos aquellos tuvieron mayor asociación con cánceres de hígado, páncreas, ovario, colorectal, pulmón, vejiga y mama. Al margen de estas también estuvo asociada con muerte por enfermedad renal, hepática, neumonía u otras enfermedades infecciosas; también con enfermedades mentales, enfermedades digestivas, neurológicas o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En este aspecto los niveles de glucemia basal (GB) estaban relacionados (no linealmente) con el riesgo de muerte, así que niveles superiores a 100 mg/dl (5.6 mmol/l) estuvieron asociados con mayor riesgo de muerte, de tal modo que el hazard ratio (HR) por cada 18 mg/dl (1 mmol/l) por encima de este umbral se asoció con un 1.05 (IC 95%, 1.03-1.06) por muerte por cáncer, un 1.13 (IC 95% 1.11- 1.15) por muerte vascular, 1.10 (IC 95% , 1.07 -1.12) por muerte no vascular y un 1.10 (IC 95%, 1.09 -1.11) por alguna causa de muerte.
En cuanto a los años de vida perdidos en adultos en la edad media con diabetes y sin ECV conocida se encontró los DM2 morían 6 años antes que los no diabéticos. Por lo que se concluye que el hecho de ser diabético se asocia a un riesgo mayor de muerte prematura por cáncer, enfermedades infecciosas, causas externas, autolisis, enfermedades degenerativas, todo ello independiente de otros factors de riesgo, de tal modo que el 40% de los años perdidos de vida pueden ser achacados a enfermedades no cardiovasculares, entre las que el 10% correspondería al cáncer.
Si se ajustan estos datos con otros factores de riesgo (TA, marcadores inflamatorios, insulina, función renal…) no se observan alteraciones en la asociación entre diabetes y mortalidad, lo que los descarta como factores responsables del mayor riesgo del diabético. Todo ello refuerza el papel que pueden tener las medidas que se puedan poner en la prevención de esta patología.
Con todo al margen de tratarse de un gran estudio a nivel poblacional pueden existir sesgos producidos por la medicación (antidiabéticos, aspirina…), la dieta, la actividad física ..
The Emerging Risk Factors Collaboration. Diabetes Mellitus, Fasting Glucose,and Risk of Cause-Specific Death The Emerging Risk Factors Collaboration*. N Engl J Med 2011; 364:829-84
Es conocido que la diabetes tipo 2 (DM 2) está asociada a un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular (ECV), pero también de enfermedad oncológica lo que influye negativamente en su expectativa de vida . Lo que no queda claro es si esta asociación se debe directamente a su disfunción glucémica o a otros factores que se presentan concomitantemente (insulioresistencia, obesidad...). El trabajo que se comenta intenta dilucidar cual es la asociación entre los niveles de glucemia y el riesgo de muerte según causas específicas en 820,000 personas y su expectativa de vida. Es parte del Emerging Risk Factors Collaboration (ERFC) cuyos resultados fueron publicados anteriormente en relación a la asociación entre lípidos, marcadores inflamatorios..y riesgo de ECV o causa especifica de muerte. Los 820900 participantes de 97 estudios prospectivos incluídos no presentaban enfermedad CV, 40,116 tenían historia de DM2 en el momento del estudio, y la clasificación de la causa de muerte de los 123205 fallecidos se hizo por la International Classification of Diseases, en base a los certificados de muerte y se confrontó con otros factores antropométricos, físicos (TA, colesterol..), medicación... Con ello, se vio que las tasas globales de muerte eran más altas entre los diabéticos que aquellos sin DM2 (29 vs 12 por 1000 personas/año entre varones, y 23 vs 7 por 1000 personas/año en mujeres). Por causas específicas, por ejemplo en mortalidad por cáncer, hubieron 7 vs 4 por 1000 personas/año en varones y 4 vs 3 por 1000 personas/año en mujeres; en muerte cardiovascular, 13 vs 5 por 1000 personas/año en varones y 11 vs 2 por 1000 personas/año en mujeres. Según los hazard ratios (HR) existirían 1.80 (IC 95% , 1.71-1.90) por mortalidad por alguna causa, 1.25 (IC 95%, 1.19 -1.31) muerte por cáncer, y 2.32 (IC 95%, 2.11 -2.56) por muerte cardiovascular. Comparando diabéticos con no diabéticos aquellos tuvieron mayor asociación con cánceres de hígado, páncreas, ovario, colorectal, pulmón, vejiga y mama. Al margen de estas también estuvo asociada con muerte por enfermedad renal, hepática, neumonía u otras enfermedades infecciosas; también con enfermedades mentales, enfermedades digestivas, neurológicas o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
En este aspecto los niveles de glucemia basal (GB) estaban relacionados (no linealmente) con el riesgo de muerte, así que niveles superiores a 100 mg/dl (5.6 mmol/l) estuvieron asociados con mayor riesgo de muerte, de tal modo que el hazard ratio (HR) por cada 18 mg/dl (1 mmol/l) por encima de este umbral se asoció con un 1.05 (IC 95%, 1.03-1.06) por muerte por cáncer, un 1.13 (IC 95% 1.11- 1.15) por muerte vascular, 1.10 (IC 95% , 1.07 -1.12) por muerte no vascular y un 1.10 (IC 95%, 1.09 -1.11) por alguna causa de muerte.
En cuanto a los años de vida perdidos en adultos en la edad media con diabetes y sin ECV conocida se encontró los DM2 morían 6 años antes que los no diabéticos. Por lo que se concluye que el hecho de ser diabético se asocia a un riesgo mayor de muerte prematura por cáncer, enfermedades infecciosas, causas externas, autolisis, enfermedades degenerativas, todo ello independiente de otros factors de riesgo, de tal modo que el 40% de los años perdidos de vida pueden ser achacados a enfermedades no cardiovasculares, entre las que el 10% correspondería al cáncer.
Si se ajustan estos datos con otros factores de riesgo (TA, marcadores inflamatorios, insulina, función renal…) no se observan alteraciones en la asociación entre diabetes y mortalidad, lo que los descarta como factores responsables del mayor riesgo del diabético. Todo ello refuerza el papel que pueden tener las medidas que se puedan poner en la prevención de esta patología.
Con todo al margen de tratarse de un gran estudio a nivel poblacional pueden existir sesgos producidos por la medicación (antidiabéticos, aspirina…), la dieta, la actividad física ..
The Emerging Risk Factors Collaboration. Diabetes Mellitus, Fasting Glucose,and Risk of Cause-Specific Death The Emerging Risk Factors Collaboration*. N Engl J Med 2011; 364:829-84
18 de marzo de 2011
¿Puede la HbA1c ser un factor predictor de diabetes en el futuro?
¿Puede la HbA1c ser un factor predictor de diabetes en el futuro?
La HbA1c es un parámetro de control metabólico del diabético –DM- pues está relacionado con el riesgo de padecer complicaciones microvasculares y en menor grado macrovasculares. Su utilización reciente como prueba en el diagnóstico ha creado una cierta polémica –que ya hemos comentado en varias ocasiones- por su distinta sensibilidad y especificidad en relación a la glucosa basal (GB). Los umbrales propuestos han sido discutidos según lugares geográficos y razas buscando aquel que tuviera una mayor correlación con la GB. El propuesto por el International Expert Committee y las distintas sociedades internacionales (ADA, EASD, IDF) fue refrendado por al OMS el año pasado y posicionado en 6,5% -repetido en dos ocasiones-, como es conocido.
El objeto del siguiente estudio es valorar el valor predictivo de cada valor de la HbA1c en el riesgo de padecer DM en el futuro. Para ello utilizaron una cohorte retrospectiva de 12589 pacientes de dos departamentos de Department of Veterans Affairs (VA) Medical Centers captados de una base médica electrónica que tenían al menos un valor de HbA1c inferior a 6,5% entre el 1 de enero de 2000 y 31 de diciembre del 2001, que no hubieran sido diagnosticados de DM y tuvieran al menos una visita de seguimiento. Todos ellos fueron seguidos durante 8 años (hasta 31 diciembre de 2008) en previsión de un futuro diagnóstico de DM. La distribución de la HbA1c se hizo estratificándola en 5 grupos: 4.5%, , 4.5–4.9% , 5.0–5.4% , 5.5–5.9% , y 6.0–6.4%, siendo el valor más bajo el valor de referencia (4.5%) y el utilizado como comparador, Se desarrolló un modelo de regresión múltiple, utilizando la HbA1c, la edad, la presión arterial, el IMC, como predictores del riesgo de padecer DM a los 5 años, tomando a los pacientes que no desarrollaron DM como grupo control. Se desarrollaron dos curvas operativas (ROC) y una ecuación de riesgo con los datos aportados.
Se eligieron a 12.589 participantes que habían tenido una HbA1c durante el período basal. Se excluyeron a 217 al no tener ninguna visita en este período que junto con las pérdidas se estudiaron al final a 12.375 personas. El estrato de HbA1c de 4,5% y el de 4,5-4,9% tuvieron un riesgo de desarrollar DM parecido que se incrementó a partir del umbral de 5%. A partir de este punto el riesgo en forma de odds ratio (OR) fue de 1.57 en el estrato de HbA1c 5.0–5.4%, de 4.54 en el de HbA1c 5.5–5.9%, y de 14.93 cuando la HbA1c se encontró entre 6.0–6.4%, comparadas con la HbA1c de 4.5% (P = 0.0001) que fue tomada como referencia o control.
Por lo que concluyen que el nivel de HbA1c es predictivo de un desarrollo ulterior de DM2 en un período de 8 años, incrementándose este riesgo progresivamente a partir del valor de 5% de HbA1c, llegando a un OR superior al 16 cuando el intervalo de este parámetro se encuentra entre 6.0-6.4% (existiendo una incidencia acumulada del 80%).
Todo ello nos muestra que se debería intervenir precozmente en la modificación de los estilos de vida en estos pacientes pues aquellos que se encuentran en estratos prediabetico tienen riesgo claro de debutar en DM2 con el tiempo, algo por otra parte conocido. Con todo, hay que tener en cuenta las limitaciones del estudio relativas al sesgo producido en la captación de los participantes (incluir a los que solo tenían una HbA1c previa, y que estuvieran en un registro informatizado), la edad (personas mayores) y la raza (blanca). También el que dispusieran de la HbA1c selecciona un cierto tipo de pacientes con factores de riesgo de ser diabético, lo que no es un asunto baladí. Sea como fuere, es un dato que sugiere – aunque no demuestra- que la HbA1c tendría un cierto valor predictor de debutar diabético en el futuro.
CHENG P, MS, NEUGAARD B, PHD, FOULIS P, CONLIN PR. HemoglobinA1c as a Predictor of Incident Diabetes. Diabetes Care 34:610–615, 2011.
La HbA1c es un parámetro de control metabólico del diabético –DM- pues está relacionado con el riesgo de padecer complicaciones microvasculares y en menor grado macrovasculares. Su utilización reciente como prueba en el diagnóstico ha creado una cierta polémica –que ya hemos comentado en varias ocasiones- por su distinta sensibilidad y especificidad en relación a la glucosa basal (GB). Los umbrales propuestos han sido discutidos según lugares geográficos y razas buscando aquel que tuviera una mayor correlación con la GB. El propuesto por el International Expert Committee y las distintas sociedades internacionales (ADA, EASD, IDF) fue refrendado por al OMS el año pasado y posicionado en 6,5% -repetido en dos ocasiones-, como es conocido.
El objeto del siguiente estudio es valorar el valor predictivo de cada valor de la HbA1c en el riesgo de padecer DM en el futuro. Para ello utilizaron una cohorte retrospectiva de 12589 pacientes de dos departamentos de Department of Veterans Affairs (VA) Medical Centers captados de una base médica electrónica que tenían al menos un valor de HbA1c inferior a 6,5% entre el 1 de enero de 2000 y 31 de diciembre del 2001, que no hubieran sido diagnosticados de DM y tuvieran al menos una visita de seguimiento. Todos ellos fueron seguidos durante 8 años (hasta 31 diciembre de 2008) en previsión de un futuro diagnóstico de DM. La distribución de la HbA1c se hizo estratificándola en 5 grupos: 4.5%, , 4.5–4.9% , 5.0–5.4% , 5.5–5.9% , y 6.0–6.4%, siendo el valor más bajo el valor de referencia (4.5%) y el utilizado como comparador, Se desarrolló un modelo de regresión múltiple, utilizando la HbA1c, la edad, la presión arterial, el IMC, como predictores del riesgo de padecer DM a los 5 años, tomando a los pacientes que no desarrollaron DM como grupo control. Se desarrollaron dos curvas operativas (ROC) y una ecuación de riesgo con los datos aportados.
Se eligieron a 12.589 participantes que habían tenido una HbA1c durante el período basal. Se excluyeron a 217 al no tener ninguna visita en este período que junto con las pérdidas se estudiaron al final a 12.375 personas. El estrato de HbA1c de 4,5% y el de 4,5-4,9% tuvieron un riesgo de desarrollar DM parecido que se incrementó a partir del umbral de 5%. A partir de este punto el riesgo en forma de odds ratio (OR) fue de 1.57 en el estrato de HbA1c 5.0–5.4%, de 4.54 en el de HbA1c 5.5–5.9%, y de 14.93 cuando la HbA1c se encontró entre 6.0–6.4%, comparadas con la HbA1c de 4.5% (P = 0.0001) que fue tomada como referencia o control.
Por lo que concluyen que el nivel de HbA1c es predictivo de un desarrollo ulterior de DM2 en un período de 8 años, incrementándose este riesgo progresivamente a partir del valor de 5% de HbA1c, llegando a un OR superior al 16 cuando el intervalo de este parámetro se encuentra entre 6.0-6.4% (existiendo una incidencia acumulada del 80%).
Todo ello nos muestra que se debería intervenir precozmente en la modificación de los estilos de vida en estos pacientes pues aquellos que se encuentran en estratos prediabetico tienen riesgo claro de debutar en DM2 con el tiempo, algo por otra parte conocido. Con todo, hay que tener en cuenta las limitaciones del estudio relativas al sesgo producido en la captación de los participantes (incluir a los que solo tenían una HbA1c previa, y que estuvieran en un registro informatizado), la edad (personas mayores) y la raza (blanca). También el que dispusieran de la HbA1c selecciona un cierto tipo de pacientes con factores de riesgo de ser diabético, lo que no es un asunto baladí. Sea como fuere, es un dato que sugiere – aunque no demuestra- que la HbA1c tendría un cierto valor predictor de debutar diabético en el futuro.
CHENG P, MS, NEUGAARD B, PHD, FOULIS P, CONLIN PR. HemoglobinA1c as a Predictor of Incident Diabetes. Diabetes Care 34:610–615, 2011.
11 de marzo de 2011
¿Cúal es el umbral óptimo de la HbA1c a partir del cual los beneficios superan a los inconvenientes en el diabético tipo 2 evolucionado?
¿Cúal es el umbral óptimo de la HbA1c a partir del cual los beneficios superan a los inconvenientes en el diabético tipo 2 evolucionado?
Los últimos estudios sobre el tratamiento intensivo de la glucemia han puesto el dedo en la llaga de que más no siempre es mejor en el diabético. Que aunque el buen control glucémico es capaz de disminuir la mortalidad cardiovascular (CV) y las complicaciones microvasculares (retinopatía, nefropatía..), existen varios estudios recientes que han demostrado en diabéticos evolucionados que el control estricto no mejora el riesgo cardiovascular e incluso puede empeorarlo. Sabemos que el umbral del 7% en la HbA1c sería el límite a partir del cual aumentan todos los riesgos en el diabético y que no conviene rebasar según las principales guías de práctica clínica (GPC). En este aspecto, el año 2008 marcó un antes y un después pues tres estudios importantes con brazos de control intensivo y HbA1c inferiores a 7% no demostraron mejoría en el RCV en ese tipo de pacientes. Para consolidar estas conclusiones a final del 2008 se propusieron realizar un metanálisis, que ahora comentamos, que incluyera los principales estudios hechos hasta el momento y que relacionara el nivel de la HbA1c con las complicaciones vasculares en DM2. Para ello hicieron una búsqueda en MEDLINE, EMBASE (desde 1980 a finales del 2008), y en la Cochrane Library ( 4, 2008), utilizando palabras clave, y siguiendo los criterios de que fueran ensayos clínicos aleatorizados (ECA), que comparara dos brazos, uno de tratamiento intensivo (HbA1c inferiores a 7,0%) y otro convencional (7.0-7.9%) sobre los eventos cardiovasculares en DM2. El objetivo principal fue determinar los eventos macrovasculares (eventos cardíaco-EC-, vasculo-cerebrales -AVC-, y vasculares periféricos -VP). De los 797 estudios identificados, 789 fueron rechazados por no cumplir los criterios de inclusión, de tal modo que solo 8 fueron incluidos. Si bien es cierto que para determinar los EC y AVC se utilizaron solo 3 estudios y 2 para enfermedad arterial periférica (EAP). En el primer caso no hubieron diferencias entre ambos brazos RR 0.96, IC 95% 0.92-1.02, y en el segundo tampoco RR 0.91 (IC 95% 0.80-1.04). En cuanto a la mortalidad por cualquier tipo de causa (3 estudios) no hubieron, tampoco diferencias RR 1.02, IC 95% 0.81-1.29. A nivel microvascular, por su parte, y dejando al margen los resultados del ACCORD del año pasado -no tenidos en cuenta dado que este metanálisis es anterior-, se basaron en solo dos estudios y no encontraron diferencias significativas RR 1.06, IC 95%, 0.75-1.51. Las hipoglucemias (3 estudios), como era conocido, fueron más frecuentes en el brazo intensivo que en el convencional RR 2.34, IC 95% 1.64-3.35. Si los umbrales de la HbA1c en el brazo intensivo, sin embargo, se encontraban entre 7,0-7,9% se producía una mejoría microvascular (nefropatía RR 0.43, IC 95% 0.28-0.65, retinopatía RR 0.68, IC 95% 0.51-0.90) sin aumento del riesgo de hipoglucemia, aunque sin influencia en los eventos macrovasculares (5 estudios, RR 0.98, IC 95% 0.84-1.14).Este metanálisis tiene el valor de distribuir los resultados en dos subgrupos de tratamiento intensivos el menor de 7% y el de 7,0-7,9% de HbA1c y a pesar de ello, demuestra que no existe mejoría alguna a nivel macrovascular en el diabético evolucionado a la vez que existe un aumento del riesgo de hipoglucemias cuando la HbA1c es inferior a 7%. Cuando los objetivos los fijamos entre 7-7,9% si que se observan beneficios a nivel microvascular, aunque no a nivel macrovascular, sin aumentar el número de hipoglucemias severas. Lo que demostraría que este intervalo, entre 7-7,9% sería el objetivo que deberíamos plantearnos en pacientes con una DM2 consolidada y RCV, lo que haría replantear los objetivos de las GPC en este tipo de pacientes.
Ma J, Yang W ,Fang N, Zhua W, Wei M.The association between intensive glycemic control and vascular complications in type 2 diabetes mellitus: A meta-analysisNutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases (2009) 19, 596-603
Los últimos estudios sobre el tratamiento intensivo de la glucemia han puesto el dedo en la llaga de que más no siempre es mejor en el diabético. Que aunque el buen control glucémico es capaz de disminuir la mortalidad cardiovascular (CV) y las complicaciones microvasculares (retinopatía, nefropatía..), existen varios estudios recientes que han demostrado en diabéticos evolucionados que el control estricto no mejora el riesgo cardiovascular e incluso puede empeorarlo. Sabemos que el umbral del 7% en la HbA1c sería el límite a partir del cual aumentan todos los riesgos en el diabético y que no conviene rebasar según las principales guías de práctica clínica (GPC). En este aspecto, el año 2008 marcó un antes y un después pues tres estudios importantes con brazos de control intensivo y HbA1c inferiores a 7% no demostraron mejoría en el RCV en ese tipo de pacientes. Para consolidar estas conclusiones a final del 2008 se propusieron realizar un metanálisis, que ahora comentamos, que incluyera los principales estudios hechos hasta el momento y que relacionara el nivel de la HbA1c con las complicaciones vasculares en DM2. Para ello hicieron una búsqueda en MEDLINE, EMBASE (desde 1980 a finales del 2008), y en la Cochrane Library ( 4, 2008), utilizando palabras clave, y siguiendo los criterios de que fueran ensayos clínicos aleatorizados (ECA), que comparara dos brazos, uno de tratamiento intensivo (HbA1c inferiores a 7,0%) y otro convencional (7.0-7.9%) sobre los eventos cardiovasculares en DM2. El objetivo principal fue determinar los eventos macrovasculares (eventos cardíaco-EC-, vasculo-cerebrales -AVC-, y vasculares periféricos -VP). De los 797 estudios identificados, 789 fueron rechazados por no cumplir los criterios de inclusión, de tal modo que solo 8 fueron incluidos. Si bien es cierto que para determinar los EC y AVC se utilizaron solo 3 estudios y 2 para enfermedad arterial periférica (EAP). En el primer caso no hubieron diferencias entre ambos brazos RR 0.96, IC 95% 0.92-1.02, y en el segundo tampoco RR 0.91 (IC 95% 0.80-1.04). En cuanto a la mortalidad por cualquier tipo de causa (3 estudios) no hubieron, tampoco diferencias RR 1.02, IC 95% 0.81-1.29. A nivel microvascular, por su parte, y dejando al margen los resultados del ACCORD del año pasado -no tenidos en cuenta dado que este metanálisis es anterior-, se basaron en solo dos estudios y no encontraron diferencias significativas RR 1.06, IC 95%, 0.75-1.51. Las hipoglucemias (3 estudios), como era conocido, fueron más frecuentes en el brazo intensivo que en el convencional RR 2.34, IC 95% 1.64-3.35. Si los umbrales de la HbA1c en el brazo intensivo, sin embargo, se encontraban entre 7,0-7,9% se producía una mejoría microvascular (nefropatía RR 0.43, IC 95% 0.28-0.65, retinopatía RR 0.68, IC 95% 0.51-0.90) sin aumento del riesgo de hipoglucemia, aunque sin influencia en los eventos macrovasculares (5 estudios, RR 0.98, IC 95% 0.84-1.14).Este metanálisis tiene el valor de distribuir los resultados en dos subgrupos de tratamiento intensivos el menor de 7% y el de 7,0-7,9% de HbA1c y a pesar de ello, demuestra que no existe mejoría alguna a nivel macrovascular en el diabético evolucionado a la vez que existe un aumento del riesgo de hipoglucemias cuando la HbA1c es inferior a 7%. Cuando los objetivos los fijamos entre 7-7,9% si que se observan beneficios a nivel microvascular, aunque no a nivel macrovascular, sin aumentar el número de hipoglucemias severas. Lo que demostraría que este intervalo, entre 7-7,9% sería el objetivo que deberíamos plantearnos en pacientes con una DM2 consolidada y RCV, lo que haría replantear los objetivos de las GPC en este tipo de pacientes.
Ma J, Yang W ,Fang N, Zhua W, Wei M.The association between intensive glycemic control and vascular complications in type 2 diabetes mellitus: A meta-analysisNutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases (2009) 19, 596-603
8 de marzo de 2011
Obesidad, diabetes y mortalidad por cáncer
Obesidad, diabetes y mortalidad por cáncer
A veces, como comúnmente se dice, no “hay más cera que la que arde” y en diabetes las realidades son las que son y salvo que se produzcan evidencias nuevas lo trasmitido acaba siendo más de lo mismo. Un poco por esto las ponencias de el último 58th Annual Advanced Postgraduate Course del ADA, realizado este año entre el 25-27 de febrero en la ciudad de Nueva York, no han aportado mucho, a lo ya conocido. Dentro de los distintos temas tratados, hubo desde los puramente locales (la tímidamente empezada y no acabada reforma sanitaria de EEUU), los temas hospitalarios (que en nuestro caso no tenían excesivo interés), hasta aquellos más interesantes que en un gran abanico hemos intentado tratar en este blog (objetivos del tratamiento antiagregante, lipídico, la enfermedad metal y la diabetes, el pie diabético, los aspectos educativos, la dieta, el ejercicio, la cirugía bariátrica,...), de entre todos ellos, tal vez se destacaría el del desarrollo del páncreas artificial por Aaron Kowalski, o el interesante y nunca acabado de “Diabetes, obesidad y cáncer” impartido por Derek LeRoith, del Mt. Sinai School of Medicine, New York. Si bien es cierto que ni uno ni otro trasmitieron ideas novedosas, el segundo tuvo la particularidad de ser un tema actual que despierta un cierto interés y que preocupa. Con todo, es conocido que existe una relación entre los niveles de insulina y de péptido C y el riesgo de cáncer en individuos obesos con diabetes tipo 2 (DM2), las novedades que aportó tuvieron que ver con las investigaciones a nivel bioquímico entre la interacción entre genes y ambiente, entre receptores y proteínas, que actualmente se están realizando con roedores, algo que deja la idea de que este es un tema, que a pesar de lo avanzado, paradójicamente se encuentra en su inicio.
Entre los aspecto epidemiológicos, que se señalaron, cabe destacar los estudios de Calle EE et al en NEJM 2003 sobre sobrepeso, obesidad y mortalidad por cáncer en EEUU que tiene la particularidad de estudiar prospectivamente a 900.000 individuos adultos en 1982 y seguirlos durante 16 años, dando como resultado unas tasas de mortalidad por cáncer en obesos de un 52% en varones y de un 62% en mujeres mayores que en aquellos con un peso normal. O sea un riesgo relativo (RR) de muerte de 1.52 (IC 95% 1.13-2.05) en varones y un 1.62 (IC 95% 1.40-1.87) en mujeres. La otra cara de la moneda, la ponen a nivel epidemiológico aquellos individuos que siendo obesos son sometidos a una cirugía bariátrica. En este caso se trata de un estudio sobre una cohorte retrospectiva de Adams TD et al , N Engl J Med 2007 entre 1984-2002 que estudió la mortalidad de 9949 personas a los que se les sometió una operación de cirugía de bypass gástrico y de 9628 obesos graves. Confrontando ambos grupos se vio que la mortalidad en el grupo quirúrgico descendió un 40% frente al control (37.6 vs. 57.1 muertes por cada 10,000 personas/año, P<0.001), y un 60% debido al cáncer (5.5 vs. 13.3 por 10,000 personas/año, P<0.001). Es decir, sabemos cual es el problema, como tratarlo, lo que aún no queda del todo claro es como se produce.
Eugenia E. Calle, Ph.D., Carmen Rodriguez, M.D., M.P.H., Kimberly Walker-Thurmond, B.A., and Michael J. Thun, M.D. Overweight, Obesity, and Mortality from Cancer in a Prospectively Studied Cohort of U.S. Adults
N Engl J Med 2003; 348:1625-1638April 24, 2003
Ted D. Adams, Ph.D., M.P.H., Richard E. Gress, M.A., Sherman C. Smith, M.D., R. Chad Halverson, M.D., Steven C. Simper, M.D., Wayne D. Rosamond, Ph.D., Michael J. LaMonte, Ph.D., M.P.H., Antoinette M. Stroup, Ph.D., and Steven C. Hunt, Ph.D.
Long-Term Mortality after Gastric Bypass Surgery
N Engl J Med 2007; 357:753-761August 23, 2007
A veces, como comúnmente se dice, no “hay más cera que la que arde” y en diabetes las realidades son las que son y salvo que se produzcan evidencias nuevas lo trasmitido acaba siendo más de lo mismo. Un poco por esto las ponencias de el último 58th Annual Advanced Postgraduate Course del ADA, realizado este año entre el 25-27 de febrero en la ciudad de Nueva York, no han aportado mucho, a lo ya conocido. Dentro de los distintos temas tratados, hubo desde los puramente locales (la tímidamente empezada y no acabada reforma sanitaria de EEUU), los temas hospitalarios (que en nuestro caso no tenían excesivo interés), hasta aquellos más interesantes que en un gran abanico hemos intentado tratar en este blog (objetivos del tratamiento antiagregante, lipídico, la enfermedad metal y la diabetes, el pie diabético, los aspectos educativos, la dieta, el ejercicio, la cirugía bariátrica,...), de entre todos ellos, tal vez se destacaría el del desarrollo del páncreas artificial por Aaron Kowalski, o el interesante y nunca acabado de “Diabetes, obesidad y cáncer” impartido por Derek LeRoith, del Mt. Sinai School of Medicine, New York. Si bien es cierto que ni uno ni otro trasmitieron ideas novedosas, el segundo tuvo la particularidad de ser un tema actual que despierta un cierto interés y que preocupa. Con todo, es conocido que existe una relación entre los niveles de insulina y de péptido C y el riesgo de cáncer en individuos obesos con diabetes tipo 2 (DM2), las novedades que aportó tuvieron que ver con las investigaciones a nivel bioquímico entre la interacción entre genes y ambiente, entre receptores y proteínas, que actualmente se están realizando con roedores, algo que deja la idea de que este es un tema, que a pesar de lo avanzado, paradójicamente se encuentra en su inicio.
Entre los aspecto epidemiológicos, que se señalaron, cabe destacar los estudios de Calle EE et al en NEJM 2003 sobre sobrepeso, obesidad y mortalidad por cáncer en EEUU que tiene la particularidad de estudiar prospectivamente a 900.000 individuos adultos en 1982 y seguirlos durante 16 años, dando como resultado unas tasas de mortalidad por cáncer en obesos de un 52% en varones y de un 62% en mujeres mayores que en aquellos con un peso normal. O sea un riesgo relativo (RR) de muerte de 1.52 (IC 95% 1.13-2.05) en varones y un 1.62 (IC 95% 1.40-1.87) en mujeres. La otra cara de la moneda, la ponen a nivel epidemiológico aquellos individuos que siendo obesos son sometidos a una cirugía bariátrica. En este caso se trata de un estudio sobre una cohorte retrospectiva de Adams TD et al , N Engl J Med 2007 entre 1984-2002 que estudió la mortalidad de 9949 personas a los que se les sometió una operación de cirugía de bypass gástrico y de 9628 obesos graves. Confrontando ambos grupos se vio que la mortalidad en el grupo quirúrgico descendió un 40% frente al control (37.6 vs. 57.1 muertes por cada 10,000 personas/año, P<0.001), y un 60% debido al cáncer (5.5 vs. 13.3 por 10,000 personas/año, P<0.001). Es decir, sabemos cual es el problema, como tratarlo, lo que aún no queda del todo claro es como se produce.
Eugenia E. Calle, Ph.D., Carmen Rodriguez, M.D., M.P.H., Kimberly Walker-Thurmond, B.A., and Michael J. Thun, M.D. Overweight, Obesity, and Mortality from Cancer in a Prospectively Studied Cohort of U.S. Adults
N Engl J Med 2003; 348:1625-1638April 24, 2003
Ted D. Adams, Ph.D., M.P.H., Richard E. Gress, M.A., Sherman C. Smith, M.D., R. Chad Halverson, M.D., Steven C. Simper, M.D., Wayne D. Rosamond, Ph.D., Michael J. LaMonte, Ph.D., M.P.H., Antoinette M. Stroup, Ph.D., and Steven C. Hunt, Ph.D.
Long-Term Mortality after Gastric Bypass Surgery
N Engl J Med 2007; 357:753-761August 23, 2007
6 de marzo de 2011
El ACCORD a los 5 años, se mantienen los resultados aún igualándose los objetivos metabólicos
El ACCORD a los 5 años, se mantienen los resultados aún igualándose los objetivos metabólicos
La relación entre la glucemia y el riesgo cardiovascular no es un asunto totalmente dilucidado aunque existen estudios que indiquen esta asociación. El estudio The Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes (ACCORD), que ya hemos comentado otras veces, se diseñó para comparar dos ramas, una de tratamiento convencional (HbA1c 7-7,9%) y otra de tratamiento intensivo (HbA1c inferior a 6%) en la reducción de los eventos cardiovasculares (ECV) en DM2 mayores, evolucionados (más de 10 años de evolución), con elevado RCV y HbA1c superior a 7,5%. Es conocido que antes de la finalización del estudio – a los 3,5 años, en febrero 2008- se recomendó su suspensión por motivos de seguridad al aumentar la mortalidad en el brazo intensivo.
Se achacó primariamente la causa al aumento de las hipoglucemias en el brazo intensivo, aunque posteriores posthocs del estudio analizando detenidamente esta causa no lo dejara claro.
En este estudio se muestran los cambios sucedidos en los resultados tras los 17 meses posteriores, es decir a los 5 años, con 3,7 años de intervención previos. En este último período el objetivo del brazo intensivo (HbA1c 6,4%) paso a ser el del estandard (HbA1c 7,5%), al finalizar el estudio; además de intervenir en el control lipíco y tensional estricto en ambos brazos, hasta junio del 2009. Los objetivos principales fueron los ECV (IAM, AVC, muerte CV), y secundarios (muerte por cualquier causa). Se han publicado los efectos a nivel microvascular (que ya comentamos) y las intervenciones a nivel lipídico y tensión (también).
Al finalizar el estudio la HbA1c media del brazo intensivo fue de 7,2% y del convencional 7,6%, siendo los porcentajes de medicación similares en ambos grupos, encontrando que las tasas de IAM no fatal fueron más bajas en el grupo de tratamiento intensivo que en el convencional 1.18% vs. 1.42%; hazard ratio (HR) 0.82; (IC 95% 0.70 -0.96, P = 0.01), al tiempo que las tasas de muerte no cardiovascular no fueron significativas 0.74% vs. 0.57%; HR, 1.29%; (IC 95% 1,04 -1.60; P = 0.07) y parecidas a las obtenidas en el período de transición de objetivos. Del mismo modo, si en el período de transición las tasas de muerte fueron un 21% más altas en el grupo intensivo que en el convencional, fueron del 19% al final del estudio, no habiendo diferencias destacables en cuanto a las causas de muerte.
Se observa que la intervención intensiva genera más muertes que la convencional y que se mantiene con el tiempo aún igualando los objetivos metabólicos; sin embargo, al igualarse las tasas de hipoglucemias severa en el período transicional no explica que esta causa sea la principal que distinguiría un grupo de otro en el período pretransicional, como tampoco lo explicaría los niveles de HbA1c, o la proporción de fármacos, que en ambos tienden a igualarse. ¿Será la consecuencia de la interacción de distintos factores, que en solitario no muestran diferencias? O, como se intuye en la discusión ¿la distinta combinación de fármacos entre una rama u otra pudiera ser la variable confusora que mantuviera los resultados?
Long-Term Effects of Intensive Glucose Lowering on Cardiovascular Outcomes
The ACCORD Study Group*. n engl j med 364;9 nejm.org march 3, 2011
La relación entre la glucemia y el riesgo cardiovascular no es un asunto totalmente dilucidado aunque existen estudios que indiquen esta asociación. El estudio The Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes (ACCORD), que ya hemos comentado otras veces, se diseñó para comparar dos ramas, una de tratamiento convencional (HbA1c 7-7,9%) y otra de tratamiento intensivo (HbA1c inferior a 6%) en la reducción de los eventos cardiovasculares (ECV) en DM2 mayores, evolucionados (más de 10 años de evolución), con elevado RCV y HbA1c superior a 7,5%. Es conocido que antes de la finalización del estudio – a los 3,5 años, en febrero 2008- se recomendó su suspensión por motivos de seguridad al aumentar la mortalidad en el brazo intensivo.
Se achacó primariamente la causa al aumento de las hipoglucemias en el brazo intensivo, aunque posteriores posthocs del estudio analizando detenidamente esta causa no lo dejara claro.
En este estudio se muestran los cambios sucedidos en los resultados tras los 17 meses posteriores, es decir a los 5 años, con 3,7 años de intervención previos. En este último período el objetivo del brazo intensivo (HbA1c 6,4%) paso a ser el del estandard (HbA1c 7,5%), al finalizar el estudio; además de intervenir en el control lipíco y tensional estricto en ambos brazos, hasta junio del 2009. Los objetivos principales fueron los ECV (IAM, AVC, muerte CV), y secundarios (muerte por cualquier causa). Se han publicado los efectos a nivel microvascular (que ya comentamos) y las intervenciones a nivel lipídico y tensión (también).
Al finalizar el estudio la HbA1c media del brazo intensivo fue de 7,2% y del convencional 7,6%, siendo los porcentajes de medicación similares en ambos grupos, encontrando que las tasas de IAM no fatal fueron más bajas en el grupo de tratamiento intensivo que en el convencional 1.18% vs. 1.42%; hazard ratio (HR) 0.82; (IC 95% 0.70 -0.96, P = 0.01), al tiempo que las tasas de muerte no cardiovascular no fueron significativas 0.74% vs. 0.57%; HR, 1.29%; (IC 95% 1,04 -1.60; P = 0.07) y parecidas a las obtenidas en el período de transición de objetivos. Del mismo modo, si en el período de transición las tasas de muerte fueron un 21% más altas en el grupo intensivo que en el convencional, fueron del 19% al final del estudio, no habiendo diferencias destacables en cuanto a las causas de muerte.
Se observa que la intervención intensiva genera más muertes que la convencional y que se mantiene con el tiempo aún igualando los objetivos metabólicos; sin embargo, al igualarse las tasas de hipoglucemias severa en el período transicional no explica que esta causa sea la principal que distinguiría un grupo de otro en el período pretransicional, como tampoco lo explicaría los niveles de HbA1c, o la proporción de fármacos, que en ambos tienden a igualarse. ¿Será la consecuencia de la interacción de distintos factores, que en solitario no muestran diferencias? O, como se intuye en la discusión ¿la distinta combinación de fármacos entre una rama u otra pudiera ser la variable confusora que mantuviera los resultados?
Long-Term Effects of Intensive Glucose Lowering on Cardiovascular Outcomes
The ACCORD Study Group*. n engl j med 364;9 nejm.org march 3, 2011
4 de marzo de 2011
Quinta edición de la Guía de la Diabetes tipo 2 del los Grupos de la redGDPS de España
Quinta edición de la Guía de la Diabetes tipo 2 del los Grupos de la redGDPS de España
La esperada revisión de la última edición de la Guía de la Diabetes tipo 2 de la redGEDAPS -ahora redGDPS-, ha visto la luz después de su última edición hace ahora siete años (2004). La Guía de la Diabetes tipo 2 coordinada por los Dr J F Cano-Perez y el Dr J Franch, con 5 ediciones-actualizaciones- de la evidencia en DM2, es un referente en la atención al diabético tipo 2 desde el año1993, y por ello, dadas las nuevas evidencias y los distintos criterios actuales, se esperaba con ansiedad desde hace algunos años su puesta a punto.
Una actualización que incorpora, como no podía ser de otra manera, conceptos novedosos del diagnóstico –incorporación de la HbA1c-, de los nuevos umbrales en la hipertensión del diabético, de los criterios en la prevención primaria con antiagregantes, del control metabólico tras los estudios ACCORD, ADVANCE, VADT y el efecto memoria tras el UKPDS y el STENO, de la incorporación de los nuevos antidiabéticos orales e insulinas, y de conceptos tan novedosos como la atención al inmigrante, entre otros.
Con la participación de alrededor de 50 autores de distintas partes de la geografía española e integrantes de la redGDPS, y la incorporación desde la última revisión en el 2004 de niveles de evidencia y de recomendaciones ad hoc, se ha actualizado la Guía dándole un contenido más actual y una visión más amplia y completa. Esperamos que esta sea del interés de todos y que continue siendo el libro de cabecera de todo aquel sanitario que atiende al diabético tipo 2
Cano-Perez JF, Franch J. Guía de la Diabetes tipo 2. Recomendaciones Clínicas con Niveles de Evidencia. Ed Elsevier Masson 2011
La esperada revisión de la última edición de la Guía de la Diabetes tipo 2 de la redGEDAPS -ahora redGDPS-, ha visto la luz después de su última edición hace ahora siete años (2004). La Guía de la Diabetes tipo 2 coordinada por los Dr J F Cano-Perez y el Dr J Franch, con 5 ediciones-actualizaciones- de la evidencia en DM2, es un referente en la atención al diabético tipo 2 desde el año1993, y por ello, dadas las nuevas evidencias y los distintos criterios actuales, se esperaba con ansiedad desde hace algunos años su puesta a punto.
Una actualización que incorpora, como no podía ser de otra manera, conceptos novedosos del diagnóstico –incorporación de la HbA1c-, de los nuevos umbrales en la hipertensión del diabético, de los criterios en la prevención primaria con antiagregantes, del control metabólico tras los estudios ACCORD, ADVANCE, VADT y el efecto memoria tras el UKPDS y el STENO, de la incorporación de los nuevos antidiabéticos orales e insulinas, y de conceptos tan novedosos como la atención al inmigrante, entre otros.
Con la participación de alrededor de 50 autores de distintas partes de la geografía española e integrantes de la redGDPS, y la incorporación desde la última revisión en el 2004 de niveles de evidencia y de recomendaciones ad hoc, se ha actualizado la Guía dándole un contenido más actual y una visión más amplia y completa. Esperamos que esta sea del interés de todos y que continue siendo el libro de cabecera de todo aquel sanitario que atiende al diabético tipo 2
Cano-Perez JF, Franch J. Guía de la Diabetes tipo 2. Recomendaciones Clínicas con Niveles de Evidencia. Ed Elsevier Masson 2011