La intervención sobre los estilos de vida y la prevención de la diabetes post parto en la diabetes gestacional
Hoy volvemos sobre la diabetes gestacional (DG), una situación definida como “cualquier forma de intolerancia a la glucosa (ITG) que se detecta durante la gestación” y que es causa de macrosomia (recién nacidos grandes para su edad gestacional -GEG). Este hecho, los niveles de la hiperglucemia materna, como hemos comentado en otras ocasiones, es causa de problemas perinatales (mayor número de cesáreas) y maternales en el parto. Pero, también, de otra cosa de la que no se habla, y es que aumenta el riesgo de adiposidad en la vida adulta del niño y con el tiempo de la madre. En este sentido la madre con DG tiene hasta 10 veces más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (DM2), lo que nos tiene que hacer recapacitar.
En este sentido, la modificación de los estilos de vida (MEV) ha demostrado, como hemos visto, influye en la progresión a DM2 en individuos de alto riesgo (prediabetes-PRED) y dentro de éstos en las mujeres que han sufrido una DG, si bien es cierto que las evidencias en este sentido son escasas, no muy consistentes y a veces contradictorias.
Así el estudio RADIEL (the Finnish Gestational Diabetes Prevention Study), en el que se basa este comentario, con intervención en la MEV en la prevención de la DG, solo tuvo éxito en ciertos subgrupos y no en aquellas mujeres reclutadas e intervenidas antes de la gestación. Una revisión de la Cochrane (Shepherd E et al, 2017) solo evidenció modestos cambios con la MEV.
De ahí que se planteen en este posthoc que pudiera haber una susceptibilidad genética de las mujeres detrás de estos datos discordantes. Pues en el estudio RADIEL demostraron que existía un polimorfismo específico (MTNR1B) en la respuesta a la MEV de ciertas mujeres, por lo que se propuso aplicar una puntuación de riesgo poligénico (PRP) de presentar la DM2 tras el parto con el que calcular el riesgo genético.
Se trató de un análisis secundario del ensayo clínico aleatorizado (ECA) RADIEL que se realizó entre los años 2008-13 en el hospital de Helsinki, el Helsinki University Hospital, y en el South Karelia Central Hospital de Lappeenranta, ambos en Finlandia.
Se trataba de mujeres mayores de 18 años un índice de masa corporal (IMC) ≥30 kg/m2 y/o una historia de DG. Se incorporaron al estudio antes de la 20 semana de gestación y distribuyeron en dos grupos uno de MEV y otro grupo control.
Las visitas de control empezaron cada 3 meses antes de la gestación, una vez cada trimestre, y cada 6 semanas y 12 meses tras el parto.
El grupo de intervención recibió consejos individualizados de incrementar la actividad física de moderada intensidad a 150 minutos por la semana y limitar la ganancia ponderal durante el embarazo. Los consejos dietéticos se basaron en incrementar la ingesta de fibra, vegetales, frutas, bayas y reducir la ingesta de grasas saturadas. El grupo control recibió una atención antenatal habitual. Se calculó el PRP según 50 variantes de riesgo de presentar la DM2.
Así se pudo recabar de 516 mujeres sus datos genéticos y de su DG.
Según este análisis el PRP estuvo asociado con unos mayores niveles de glucosa basal (GB) y de HbA1c y menores en el índice de secreción de insulina (INS) en el segundo y tercer trimestre y a los 12 meses tras el parto, así como con una mayor incidencia de DG y de anormalidades glucémicas a los 12 meses tras el parto (n =356):
Se encontró una interacción entre el PRP y la MEV (p 0,016 durante la gestación y del p 0,024 tras el parto) cuando el análisis se hacía en participantes que no tenían DG en la primera visita del estudio durante el embarazo (n=386).
Cuando se analizaban las mujeres en terciles según el PRP la intervención fue efectiva en la reducción de los casos de DG ajustados por la edad pero solo en aquellas que tenían un riesgo genético mayor, odds ratio (OR) 0,37 (IC 95% 0,17-0,82).
El riesgo de presentar anormalidades glucémicas a los 12 meses postparto se redujo en el mismo grupo tras ajustarlo además por el IMC, paridad, tabaquismo, y educación OR 0,35 (IC 95% 0,13- 0,97).
Concluyen que si bien en el estudio RADIEL en la población general la MEV no fue efectiva en la prevención de la DM2 en mujeres con DG, se demostró aplicando el PRP y analizando la predisposición genética a presentar DM2, que ésta modifica la respuesta a la MEV dirigida a la prevención de la DG y la DM tras el parto.
Se sugiere con ello que la intervención en MEV puede beneficiar a las mujeres adaptándolo a su riesgo genético de presentar DM2 en el futuro.
Shepherd E, Gomersall JC, Tieu J, Han S, Crowther CA, Middleton P (2017) Combined diet and exercise interventions for preventing gestational diabetes mellitus. Cochrane Database Syst Rev 11(11): Cd010443. https://doi.org/10.1002/14651858.CD010443.pub3
Koivusalo SB, Rono K, Klemetti MM et al (2016) Gestational diabetes mellitus can be prevented by lifestyle intervention: the Finnish Gestational Diabetes Prevention Study (RADIEL) arandomized controlled trial. Diabetes Care 39(1):24–30.
https://doi.org/10.2337/dc15-0511
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