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28 de diciembre de 2019

Los Standards of Medical Care in Diabetes—2020.

 Los Standards of Medical Care in Diabetes—2020. 

Comentario* de Mateu Seguí Díaz, Joan Barrot de la Puente, Francisco Carramiñana Barrera y Enrique Carretero Anibarro

Como viene siendo habitual en este blog de la redGDPS desde prácticamente su inicio hace más de diez años,  el equipo de  la redGDPS en su afán por informar las noticias más relevantes que tiene que ver con el manejo del paciente con diabetes (DM) intenta en un poco menos de una semana tener traducidos y someramente comentados los “Standards of Medical Care” (SMC) de la American Diabetes Association (ADA); la obra más importante a nivel mundial que en forma de Guía de Práctica Clínica (GPC)  y con actualización constante se publica anualmente, proveyendo de información relevante a todo aquel clínico o no (gestores, pacientes..) que tiene en su cometido el manejo y tratamiento del paciente con DM.
Los SMC son un documento de referencia desde el 1986 con el que se contrastan las recomendaciones de otras GPC pues al margen de tener una metodología de búsqueda de la evidencia y de gradación de las recomendaciones en continua revisión es la posición final de los expertos de la ADA.
Como es conocido al actualización continua de la evidencia hace que esta obra esté viva y que publique actualizaciones via “on line” sobre las evidencias que se van produciendo y con ello las variaciones de las recomendaciones al respecto, en su página página web “ https://professional.diabetes.org/content-page/living-standards "
Con todo, la ventaja de una actualización en tan escaso espacio de tiempo hace que los cambios en el texto anual que comentamos suelan ser escasos. Con todo,  el documento en su formato puede cambiar en secciones y capítulos, recomendaciones, gráficos…lo que lo hace cada año en buena medida novedoso.
Los SMC introdujo una metodología basada en la evidencia (MBE) desde el 2002 en base a un sistema de clasificación según el grado de calidad de la evidencia científica que respalda al final el grado de las recomendaciones que realiza. A partir del  2014 el análisis de la evidencia mejoró sustancialmente la calidad de las recomendaciones habida cuenta que la mayoría de las recomendaciones tuvieron valoraciones entre A y B según la evidencia encontrada.
Existen cuatro grados de recomendación según las letras, de mayor a menor fuerza: A, B, C y E; siendo el A,  las recomendaciones basadas en ensayos clínicos aleatorizados (ECA) bien diseñados y en metaanálisis de alta calidad, y el E, una categoría separada, en la que no existirían evidencias encontradas o éstas mostrarían conflictos entre ellas;  y que al final dicha recomendación se basarían en el consenso de expertos.
La estructura de los SMC se distribuye en  16 capítulos que ocupan 212 páginas lo que da idea de la extensión de la obra, con un sumario previo, con los cambios más importante con respecto a versiones anteriores aparecidos en la última actualización (S4 Summary of Revisions: Standards of Medical Care in Diabetes—2020). La bibliografía desde hace algunos años figura al final de cada capítulo, lo que la hace más accesible.
Hay que señalar que el formato de nuestro comentario en este blog sigue la estructura de los años anteriores pero con la pretensión, aún su extensión original, de hacerlo lo más escueto y manejable posible. Se han seguido los capítulos del actual documento, destacando los apartados más sobresaliente e introduciendo el número de página al inicio del comentario de cada sección, para así ser más fácil la consulta del documento original.

1.- Clasificación (sección 2, s14):

La clasificación es la tradicional en las cuatro grandes entidades, la diabetes tipo 1 (DM1), la diabetes tipo 2 (DM2), la diabetes gestacional (DG), y los tipos específicos de DM debidos a otras causa (S13).
Así, la DM1 se debería a la destrucción de las células beta produciendo una deficiencia absoluta de insulina (INS); en esta se debate el proceso por el que pueda generarse un proceso lento pero progresivo de autoinmunidad en el adulto joven, la llamada “latent autoimmune diabetes of adults (LADA)”, y que define la nueva clasificación de la Diabetes de la Organización Mundial para la Salud (nota del redactor). La DM2 sería por un déficit progresivo de la secreción de INS iniciado tras un proceso de resistencia a la insulina (RI); la DG sería aquella que se diagnosticaría en el 2º o 3º trimestre del embarazo sin que haya antecedentes previos de DM; y los “otros tipos específicos de DM por otras causas” abarcarían desde la DM monogénica (diabetes neonatal, maturity-onset diabetes of the Young (MODY) ), las enfermedades del páncreas exocrino (fibrosis quística…), a las DM producida por fármaco (glucocorticoides, tratamiento del virus de inmunodeficiencia humana -VIH-, trasplante de órganos).
La clasificación de la DM1 se hace en tres estadios, 1.- autoinmunidad, normoglucemia, sin sintomatología, 2.- autoinmunidad, disglucemia, presintomático y 3.- criterios de DM clínica con hiperglucemia (ver tabla 2.1 en documento original).
Recomiendan ofertar el cribado de la DM1 bajo criterios de autoinmunidad en familiares de 1 grado (B). La persistencia de auto-anticuerpos es un factor de riesgo de DM1 clínica y puede servir de indicador para una intervención (B).

2.-Criterios diagnósticos: (sección 2, s14),

Se mantienen los mismos test, tanto para el cribado de la DM2 como para el diagnóstico,  sea con  la HbA1c (≥ 6,5%), la glucemia basal en ayunas (GB) (≥ 126 mg/dl), como con la glucemia a las 2 horas de una prueba de tolerancia oral a la glucosa con 75 gr de glucosa  (SOG) (≥  200  mg/dl), dejando claro (2017) que no existe una prueba superior a otra y que cada una de ellas no detecta la DM en los mismos individuos. Todas ellas deben ser repetidas en dos ocasiones (no en el cribado), salvo cuando existan signos inequívocos de DM2 en cuyo caso una glucemia al azar  ≥ 200 mg/dl, es suficiente.
La HbA1c se utilizará si el método está certificado por la National Glycohemoglobin Standarization Program  (NGSP) y estandarizado por  el estudio Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) (B).
Se hace hincapié, como en años anteriores, en detectar las condiciones que distorsionan los resultados de la HbA1c, como la anemia de células falciformes, el embarazo (segundo y tercer trimestre, y postparto –2019-), deficiencia de la 6-glucosa-fosfato-deshidrogenasa, síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), hemodiálisis y terapia con eritropoyetina, en cuyo caso solo se utilizarán criterios glucémicos (B).
Como dimos cuenta en el 2019 se cambió el criterio,  y se  incorporó la posibilidad de llegar al diagnóstico cuando existan dos pruebas anormales en la misma muestra sanguínea (sea GB, HbA1c o SOG). Algo no recogido en la actual clasificación de la OMS (nota del redactor).
Los últimos estudios, avalan poder utilizar cualquier método (GB, HbA1c, o SOG) en el diagnóstico de la prediabetes o la DM2 en niños y adolescentes (2019).
Las recomendaciones para el cribado del riesgo de DM2 y de prediabetes se mantienen incidiendo en practicar los test en cualquier edad cuando existe sobrepeso u obesidad  (índice de masa corporal -IMC-  ≥ 25 Kg/m2 o ≥ 23 Kg/m2 en asiáticos) y algún factor de riesgo añadido para la DM (B) (ver tabla 2.3) y  en todos los adultos a partir de los 45 años (B).
Se Introduce este año (2020) con escasas evidencias (E) la posibilidad de aplicar criterios diagnósticos de prediabetes o DM  en mujeres con posibilidad de embarazo que tengan obesidad o algún factor de riesgo adicional para presentar la DM (C).
Si el test es normal se ha de repetir cada 3 años (C), siendo cualquier test de los nombrados apropiado (B).
En niños y adolescentes se recomienda el cribado si presentan sobrepeso u obesidad (percenptil superior al 85-95 %)  con factores de riesgo de DM2; así que tengan historia maternal de diabetes gestacional (DG) durante su gestación, y/o historia familiar de primer o segundo grado de DM2, y/o raza (americanos nativos, latinos, áfrico-americano, asiáticos-americanos…) y/o signos de insulinorresistencia (acantosis nígrica, hipertensión arterial –HTA-, dislipemia, síndrome de ovario poliquístico, pequeño para su edad gestacional, grande pretérmino.
Al margen de todos los factores que incrementan el riesgo de prediabetes o DM2, la edad, el IMC, la etnicidad, la medicación concomitante, que de por sí son factores para practicar el cribado, el hecho que la disglucemia esté asociada a la enfermedad periodontal hace que se valore la coste-efectividad del cribado de la misma en la consulta del dentista.

3.- Las categorías que incrementan el riesgo de DM2 (Prediabetes) (sección 2, s13).
Las situaciones metabólicas que incrementan el riesgo de DM2 (prediabetes) no han sufrido variación, así son: o tener una GB entre 100 y 125 mg/dl (5,6-6,9 mmol/l), la llamada glucemia basal alterada (GBA); o una SOG a las 2 horas entre 140-199 mg/dl (7,8-11,0 mmol/l), la llamada intolerancia a la glucosa (ITG), o una HbA1c entre 5,7-6,4% (39-47 mmol/l). Entendiendo que todos los test son igual de apropiados y que el riesgo es continuo excediendo  los límites en las tres situaciones.
El test del ADA (ADA diabetes risk test) sería una opción para evaluar el riesgo de padecer prediabetes o DM2, una opción en prevención secundaria.
Los pacientes con prediabetes (cualquiera de las tres situaciones) deben ser reevaluados metabólicamente cada año, al tiempo que las mujeres tuvieron un diagnóstico de DG previo deben practicárselo cada tres años (ver siguiente apartado)

4.- Diabetes gestacional (DG) (sección 2, s 14)

Se comenta que la DG, definida como algún grado de intolerancia a la glucosa primariamente detectado en el embarazo no valora fielmente el grado de hiperglucemia por lo que tiene diversas limitaciones, la primera y más importante es que muchos casos de DG pudieran tratarse de hiperglucemias previas al embarazo que se detectarían en el primer contacto de cribado en la gestación y otra que el nivel de hiperglucemia es importante por su asociación con el crecimiento fetal (pequeño o grande para su edad gestacional) y los riesgos fetales y maternales, de ahí que el diagnóstico como aquella DM diagnosticada en el segundo o tercer mes de la gestación sería más fiable.
Se recomienda practicar algún test para detectar la DM (usando los criterios ad hoc)  en toda embarazada que acude a nuestra consulta (primera visita) si se identifica algún factor de riesgo de DM (B). En el caso que no se diagnosticara de DM se practicará un test entre las 24-28 semanas (A)
En este caso, teniendo en cuenta las disquisiciones sobre cuál es el método más idóneo para determinar dicho diagnóstico se inclinan por los criterios de la International Association of the Diabetes and Pregnancy Study Groups (IADPSG) con un SOG de “un paso” mediante la SOG con 75 gr de glucosa, más que en el criterio de en “dos pasos” mediante una SOG con 50 gr en ayunas seguidas de una  SOG con  100 gr a las 3 horas en las mujeres en las que el cribado salió positivo (trabajos de Carpenter y Coustan en base a la prueba de O´Sullivan) de la National Diabetes Data Group (NDDG).
Con todo con la estrategia de un solo paso se incrementa la incidencia de la DG entre un 5-6 a un 15-20%, al ser un solo valor el que da el diagnóstico. Con todo concluyen que esta estrategia sería la más coste-efectiva si tras ella la mujer recibe los consejos adecuados para prevenir la DM2.
La HbA1c determinada entre la 24-28 semana no tendría el grado de fiabilidad de la SOG de un solo paso
Las mujeres que han padecido una DG a las 4-12 semanas tras el parto precisarán una nueva SOG con 75 gr de glucosa para reevaluarlas con los criterios de mujer no gestante (B). En el caso que se les detectara prediabetes recibirán consejos sobre modificación de los estilos de vida y/o metformina (MET) con lo que prevenir la DM (A).
En mujeres con antecedente de DG el cribado de prediabetes o DM deberá repetirse cada 3 años (B).

5.- Diabetes monogénicas.- (sección 2, s14).
  

Destacan que a todo lactante diagnosticado de DM antes de los 6 meses  debe realizarse un test genético (A).
Se debe considerar realizar pruebas genéticas para descartar MODY (Maturity-Onset Diabetes of the Young) a aquellos  adolescentes o adultos jóvenes con una hiperglucemia estable sin características de DM1 o DM2 y antecedentes familiares de DM en diversas generaciones (sugestivo de autosómico dominante) (A) (Tabla 2.6)

6.-Prevención o retraso en la aparición de la DM2. (sección 3, s32)

Se recomienda monitorizar la glucosa anualmente en las personas con prediabetes con la que detectar nuevas apariciones de casos de DM. (E)
Se debe proponer a los pacientes con prediabetes un programa de intervención sobre los estilos de vida del tipo Diabetes Prevention Program (DPP) con lo que lograr y mantener una pérdida de 7% del peso  al tiempo que realizar una actividad física de intensidad moderada  (como caminar a paso ligero) por lo menos 150 min /semana (A). En este aspecto se apunta la posibilidad de utilizar nuevas tecnologías que ayuden a implementar las actividades preventivas en la DM2 (B). El documento de consenso del “Nutrition Therapy for Adults With Diabetes or Prediabetes: A Consensus Report” (https://doi.org/10.2337/dci190014) publicado este año ha actualizado esta recomendación añadiendo más información proveniente del National Diabetes Prevention Program, del Medicare Diabetes Prevention Programs, y de los Centers for Disease Control (CDC) Diabetes Prevention Impact Tool Kit.
La terapia con metformina (MET, 2019) para la prevención de la DM2 es una alternativa en los pacientes con prediabetes, especialmente para aquellos con IMC ≥35 kg / m2, o con edad inferior a 60 años o en mujeres con antecedentes de DG (A).
Al igual que en el tratamiento se advierte que la MET puede asociarse con deficiencia de vitamina B12 por lo que se debe monitorizar esta especialmente si existe anemia o signos de neuropatía (B).
Se recomienda, a su vez,  la detección y el tratamiento de los factores de riesgo modificables de enfermedad cardiovascular (ECV) en las personas con prediabetes. (B)
Por último, la aplicación de programas de educación en el autocontrol puede ser útil en estos pacientes a la hora de fijar comportamientos saludables con los que prevenir o retrasar el desarrollo de la DM2.

7.- Evaluación médica integral y evaluación de las comorbilidades (sección 4, s37)

Debe aplicarse un estilo comunicativo centrado en el paciente, reforzando el lenguaje y la escucha activa, valorando las preferencias y las creencias del mismo, evaluando las posibles  barreras para el autocuidado que optimicen los resultados en salud y la calidad de vida relacionada con éstos (B).
Se recalca la importancia del lenguaje, de cómo el profesional puede utilizarlo de una manera más informativa, con mayor capacidad educativa cuando se dirige al paciente, a otro profesional, a un foro …
Se mantiene el ciclo de decisión centrado en el paciente de la DM (figura 4.1) incidiendo sobre la necesidad de una evaluación continua con decisiones compartidas que permita alcanzar los objetivos de salud evitando la inercia clínica.
Recalcan que el abordaje de los estilos de vida (MEV) y los aspectos psicosociales son los puntales sobre los que pivota el manejo de la DM, de ahí que debe educar sobre el autocontrol, la nutrición y la utilización de la medicación.
El listado de la evaluación médica del paciente con DM  ha sido revisada y ampliada, se recomienda, es muy útil (tabla 4,1). Una evaluación médica completa debe ser realizada en la visita inicial al confirmar el diagnóstico y la clasificación de la DM. (B). Detectar complicaciones de la DM y condiciones comórbidas potenciales. (B). Control y tratamiento de los factores de riesgo en pacientes con DM establecida. (B). Desarrollar un plan para el cuidado continuo. (B)
Todos los pacientes deben recibir recomendaciones sobre las actividades de medicina preventiva que deben tener en cuenta, inmunizaciones, cribado del cáncer, controles oftalmológicos, dentales, del podólogo…
Existe una tabla en el que se destacan los factores que incrementan el riesgo del tratamiento asociado con la hipoglucemia (tabla 4.3).
Respecto a la inmunización,  se mantienen las recomendaciones de la vacunación antigripal anual desde los 6 meses de edad (C) y la hepatitis B (2-3 dosis en adultos no vacunados) y se mantiene la recomendación de aplicar la vacuna antineumocócica (VN) conjugada 13 valente (PCV13) en niños antes de los dos años. Entre los 2 y 64 años recibirán además la VN de polisacáridos 23 valente (PPSV23). A partir de los 65 años e independientemente de la historia de vacunación se aplicará la PPSV23. (C)
Se advierte que si el paciente con DM2 o prediabetes tiene elevación de las enzimas hepáticas o esteatosis hepática por ultrasonidos debe evaluarse la presencia de esteatohepatitis no alcohólica o fibrosis hepática (C)
Se hace hincapié en la erradicación del virus de la hepatitis C, pues éste está asociado con una gran prevalencia de DM2.
A su vez en los pacientes con DM1 se debería evaluarlos sobre la enfermedad tiroidea autoinmune tras el diagnóstico y periódicamente. Del mismo modo que en adultos con esta enfermedad deberían investigarse sobre la enfermedad celíaca sobre todo si existen síntomas gastrointestinales, o signos o alteraciones analiticas sugestivas de esta enfermedad (2020)

8.- Facilitar el cambio del comportamiento y del bienestar para mejorar los resultados de salud  (sección 5, s 48)

Se ha cambiado el título de “Gestión de los estilos de vida” por este otro más pomposo, pero que incluye justamente las recomendaciones de evaluar periódicamente, y como parte de la rutina del clínico, los objetivos clínicos, de salud, de bienestar y la educación sobre el autocontrol (C )
Han actualizado la sección de la terapia nutricional como hemos comentado en la sección de prevención de la DM2 con el  documento de consenso del “Nutrition Therapy for Adults With Diabetes or Prediabetes: A Consensus Report” (https://doi.org/10.2337/dci190014) publicado el mayo pasado (2020).
La Tabla 5.1 da recomendaciones específicas de nutrición según niveles de evidencia (se recomienda consultarla). Se destaca este año que no existe un porcentaje ideal de calorías (sean de los hidratos de carbono, grasas o proteínas) en la población con DM, prescribiendo una dieta individualizada en cada paciente.
La actividad física de la mayoría de los adultos con DM deben comprometerse a realizar 150 minutos o más de actividad física de intensidad moderada a vigorosa por semana, repartidas en al menos 3 días / semana, con no más de 2 días consecutivos sin actividad, según evidencia en la  DM1 (C) y DM2 (B)  Duraciones más cortas (mínimo 75 min / semana) de intensidad vigorosa o entrenamiento a intervalos pueden ser suficientes para las personas jóvenes y con mejor aptitud física.
Aconsejan recomendar a todos los pacientes que no deben fumar (A), tampoco cigarrillos electrónicos (A, 2020), este aspecto se actualiza a raíz de las nuevas alertas sobre muertes al respecto.
Se debe evaluar los síntomas de la DM como angustia, depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación, y las capacidades cognitivas utilizando herramientas estandarizadas y validadas en la visita inicial, a intervalos periódicos, y cuando hay un cambio en la enfermedad o en el tratamiento. Se recomienda incluir a cuidadores y familiares en esta evaluación. (B)

9.- Los objetivos glucémicos (sección 6, s66)

Según las últimas revisiones la HbA1C es la principal herramienta para medir la glucemia y el riesgo complicaciones de la diabetes, sin embargo el autocontrol glucémico (ACG) puede ayudar al autocontrol del ajuste de la medicación sobre todo en aquellos que utilizan INS. 
En la actualidad, además,  los dispositivos de monitorización continua de la glucosa ( MCG) proporcionan información más efectiva y segura en los pacientes con DM1 y existen datos de que afirman que pueden ser útiles en ciertos pacientes seleccionados con DM2 (básicamente los que utilizan INS) (2020):


Se mantiene la recomendación de realizar una determinación de HbA1c al menos dos veces al año en los pacientes que han alcanzado los objetivos del tratamiento y tienen un control glucémico estable (E) y cada tres meses en aquellos que se les ha modificado el tratamiento o que no han alcanzado los objetivos (E ). A su vez se recalca que la HbA1c no da información sobre la variabilidad glucémica ni sobre las hipoglucemias, para ello en pacientes con INS sería necesario la utilización de la ACG o la MCG en combinación con la HbA1c
La MCG ha evolucionado rápidamente es más precisa y más asequible. Actualmente muchos pacientes tienen acceso a estos dispositivos  que facilitan la autogestión y aportan al sanitario datos más concretos como el tiempo en rango glucémico (TER), las hipoglucemias, las hiperglucemias y la variabilidad glicémica. Datos publicados en dos estudios sugieren una fuerte correlación entre el tiempo en rango glucémico (TER) y HbA1c. (2020)
Como novedad aportan el consenso internacional  sobre la MCG que podemos consultar en la Tabla 6.2. (2020)
Se recomienda generar informes de los perfiles de glucosa ambulatoria con formato como se muestra en la Fig. 6.1, porque pueden ayudar al paciente y al sanitario a interpretar los datos y orientar las decisiones de tratamiento. (2020)
Para la prevención de la de la DM y de las complicaciones micro y macrovasculares, hay un llamamiento a superar la inercia terapéutica y tratar al paciente de forma personalizada. (2020)

Cada control de HbA1c ofrece la oportunidad de realizar un ajuste de tratamiento (E).

En adultos no gestantes el objetivo metabólico razonable se encuentra por  debajo del 7% (53 mmol/mol) de HbA1c (A), siendo más estricto, inferior a 6,5% (48 mmol/mol) en individuos  seleccionados sin riesgo de hipoglucemia y habitualmente con una DM de reciente aparición, en tratamiento con modificación de los estilos de vida o MET y sin riesgo cardiovascular (RCV) (C). Y, objetivos menos estrictos, inferior a 8% (64 mmol/mol) en pacientes con historia de hipoglucemias graves, esperanza de vida reducida, y alteraciones microvasculares o macrovasculares avanzadas, comorbilidad, o en aquellos en los que es difícil alcanzar a pesar de la educación sanitaria, monitorización glucémica adecuada o múltiples dosis de INS o u otros fármacos no insulínicos (ADNI) (B). 

Reevaluar los objetivos glucémicos basándose en los criterios de la Figura 6.2 o, en adultos mayores, Tabla 12.1. (E).

Recalcan que los beneficios CV de fármacos como los  inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (iSGLT-2) o de los análogos del receptor del péptido-1 similar al glucagón (aGLP) no dependen de la reducción de la HbA1c, por lo que pueden ser considerados en pacientes DM2 con ECV independientemente del objetivo de HbA1c.
 
Basado en estas consideraciones, se ofrecen dos estrategias:
1. Si el paciente ya está en terapia con varios hipoglucemiantes pero no con iSGLT-2 o aGLP-1, considerar cambiar a uno de estos agentes con el fin de obtener el beneficio CV.
2. Introducir el iSGLT2 o el aGLP-1 en los pacientes con ECV aunque estén en cifras objetivo de  HbA1c para obtener un beneficio Cardiovascular. (2020).
Y han sido introducidas dos nuevas recomendaciones en la evaluación de la glucosa:
Se recomienda que todos los dispositivos de MCG generen informes glucémicos siguiendo un modelo estándar similar a los perfiles glucémicos ambulatorios. (E) (2020)
 El tiempo en rango glucémico (TER) está asociado con el riesgo de complicaciones microvasculares y debería ser un objetivo para ensayos clínicos y puede  servir para evaluar el control glucémico.
Además, el tiempo por debajo del objetivo (70 y 54 mg/dL) y el tiempo por encima del objetivo (180 mg/dL) son parámetros útiles para valorar el tratamiento. (E) (2020)

*En cuanto a la hipoglucemia, recordar que los niveles cambiaron hace dos años, definiendo al nivel 1 de hipoglucemia cuando la concentración de glucosa es inferior a 70mg/dL (3,9mmol/L) pero mayor 54mg/dL (3,0 mmol/L).  El nivel 2 cuando la concentración es inferior a 54 mg/dL [3,0 mmol/L], situación en la que se pueden manifiestar los síntomas neuroglucopenicos  y requiere una acción inmediata con lo que revertir el evento hipoglucémico . Y el nivel 3 cuando en el evento hipoglucémico existe una alteración mental o funcional que requiere la asistencia con una tercera persona para solucionar el problema hipoglucémico
Por todo ello se recomienda preguntar activamente al paciente sobre eventos sintomáticos o asintomáticos de hipoglucemia en cada  visita (C ). En el ámbito de la hipoglucemia han añadido una recomendación: 6.11 En pacientes que toman fármacos que produzcan hipoglucemia se debe investigar, examinar y evaluar el riesgo de que se produzcan hipoglucemias no diagnosticadas, considerando que estos pacientes pueden estar padeciendo hipoglucemias que pasen inadvertidas. (C) (2020)
En individuos conscientes la ingesta de 15-20 gr de glucosa sería el tratamiento cuando la glucemia se encuentra por debajo de 70 mg/dL [3,9 mmol/L]. Si tras 15 minutos persiste la situación debe repetirse la ingesta. Tras la normalidad el individuo debe comer para prevenir la recurrencia de la hipoglucemia (B) El glucagón debe prescribirse en todo individuo con riesgo de encontrarse en un nivel 2 ( inferior a 54 mg/dL (3,0 mmol/L)). La utilización del glucagón no se limita a personal sanitario si no a todo individuo con relación estrecha con el paciente. (E )

Además del glucagón tradicional, en polvo que requiere reconstitución antes de la inyección, recientemente han sido aprobados por la FDA el glucagón intranasal y el subcutáneo. (2020)
Con la llegada de la MCG y la MCG con bomba de insulina, se han aumentado las esperanzas de mejorar la prevención de las hipoglucemias. En general, la MCG en tiempo real parece ser una herramienta útil para disminuir el tiempo en rango de hipoglucemia en personas con capacidades disminuidas.

10.- Tecnología y DM (sección 7, s 77)
Se trata de una nueva sección que apareció el año pasado (2019) a partir del apartado de autocontrol de glucemia que se incluía en el capítulo 6 (objetivos glucémicos), y que ha sido reorganizado este año (2020) y actualizada la evidencia;  en este se desarrollan los sistemas de administración de INS (jeringas, plumas, bombas de insulina -INS), monitores para autoanálisis glucémico, y sistemas de monitorización continua en tiempo real (MCG, flash) y sistemas de dispensación automática de INS, haciendo hincapié que no existe un enfoque único en la utilización de la tecnología en el paciente con DM2.
Se debe ser consciente que existen medicaciones y otros factores (tabla 7.1) pueden interferir en la fiabilidad de las mediciones (E), así por ejemplo con equipos con glucosa oxidasa se afectan por el ácido úrico, la galactosa, la xilosa, el paracetamol, el ácido ascórbico,…
Se recomienda impartir educación diabetológica, entrenamiento  y dar apoyo en el seguimiento cuando se prescriban equipos de MCG (E).
Señalan que aunque los equipos para el autocontrol glucémico no han demostrado reducciones significativas de la HbA1c en los pacientes sin tratamiento con INS, pueden ser útiles para modificar la dieta, la actividad física y la medicación, especialmente aquellas que producen hipoglucemias, todo ello dentro de un programa específico de tratamiento (E)
A su vez si se prescribe un sistema de monitorización continua de la glucemia recomiendan realizar previamente una educación diabetológica (calibrado…) con la que utilizar de manera fiable y segura este tipo tecnología

11.- Manejo de la obesidad en el tratamiento de la DM2 (sección 8, s 89)
En el manejo de la obesidad existen diversos abordajes terapéuticos, nutricionales, farmacológicos o quirúrgicos (tabla 8.1). Se recomienda el cálculo del índice de masa corporal (IMC) anualmente o más frecuentemente (E, 2020).
En cuanto al tratamiento farmacológico, los fármacos aprobados en EEUU (que no en España, salvo el liraglutide y el orlistat) se detallan en la tabla 8.2, siendo efectivos junto a la dieta, la actividad física y consejos sobre los estilos de vida en pacientes con DM2 e IMC ≥ 27. Se deben valorar los riesgos de estas medicaciones frente a los potenciales beneficios (A). Si en 3 meses no se llega a una pérdida ponderal de 5% o si existen problemas de seguridad o tolerabilidad deben ser retirados y cambiados por otra mediación (A).
A la hora de decantarse por un grupo terapéutico de ADNI habrá que tener en cuenta el comportamiento de los mismos respecto a la ganancia/ pérdida de peso. Así  por este motivo los aGLP-1 y los iSGLT2 adquieren mayor protagonismo, si bien es cierto que el único con esta indicación hasta el momento es el liraglutide.
Las recomendaciones para cirugía metabólica se amplían contemplando no solo la DM sino también las comorbilidades. La cirugía metabólica debería ser recomendada para el tratamiento de la DM2 en los candidatos quirúrgicos adecuados con IMC ≥40 kg/m2 independientemente del nivel de control o complejidad de los regímenes para bajar la glucemia, y en adultos con IMC entre  35,0 a 39,9 kg/m2 cuando la hiperglucemia no se controla de forma adecuada a pesar del estilo de vida y la terapia médica óptima. (A)
La cirugía metabólica se debe considerar para los adultos con DM2 con un  IMC entre 30,0-34,9 kg/m2 si no se alcanza una pérdida de peso o mejoría de las comorbilidades (incluida la hiperglucemia) con métodos no quirúrgicos (A)
Se precisa un seguimiento a largo plazo tras la cirugía metabólica en el  estilo de vida, el control rutinario de micronutrientes y del estado nutricional. (C)
Las personas que se someten a cirugía metabólica deben ser evaluados por salud mental para  ayudarles a adaptarse a los cambios médicos y psicosociales después de la cirugía.(C)

 12.- Tratamiento farmacológico del control glucémico (sección 9, s98)
**La sección sobre el tratamiento farmacológico de la DM1;
La INS sería el tratamiento de la DM1, la utilización de análogos de la INS se ha asociado con menos riesgo de hipoglucemia, menor ganancia ponderal y reducciones de la HbA1c que las INS humanas
Recientemente se han introducido, dos nuevos análogos de INS de acción rápida: La INS humana inhalada tiene un rápido pico y duración de la acción reducida, causa menos hipoglucemias y menor  aumento de peso. La otra es la INS aspart de acción rápida que reduce las hiperglucemias postprandiales. (2020)
Los nuevos análogos de acción prolongada (U-300 glargina o degludec) presentan menor riesgo de hipoglucemia comparado con la glargina U-100 en pacientes con DM1. (2020)
A pesar de las ventajas de los análogos de la INS, para algunos pacientes el gasto y/o intensificación del tratamiento es económicamente prohibitivo. La Tabla 9.3 nos aporta información sobre el coste de las ins en EEUU. (2020)
El precepto central en el manejo de la INS en el paciente con DM1 es que sea administrada en
un régimen planificado y adaptado a la personapara alcanzar el objetivo glucémico y, al mismo tiempo, evitar complicaciones como la cetoacidosis diabética y  la hipoglucemia.(2020)
La evidencia sugiere que una bomba en circuito cerrado híbrida es superior al sistema de las infusiones continuas de INS en la reducción de la hipoglucemia en niños y adultos con DM1.(2020)
En la mayoría de los pacientes en tratamiento con INS debiera considerarse el uso de los dispositivos de infusión de INS subcutánea y los MCG. Ver la sección 7 "Tecnología para la diabetes". (2020)
Se mantiene y se insiste en educar a los pacientes sobre cómo ajustar la INS prandial en función de la ingesta de carbohidratos, glucemia preprandial y la actividad física. (2020)
Con la llegada de los dispositivos MCG, sistemas de sensores de bomba de circuito cerrado, y
dispositivos que ofrecen enfoques alternativos para los pacientes con hipoglucemia inadvertida, el papel del trasplante de páncreas , así como el trasplante de islotes, deberá ser reconsiderado.

**La sección sobre el tratamiento farmacológico de la DM2:
En este se introducen las recomendaciones del consenso de la  American Diabetes Association/ European Association for the Study of Diabetes  “Management of Hyperglycemia in Type 2 Diabetes, del 2018” y su actualización reciente del 2019 con el objetivo de plantear un tratamiento centrado en el paciente
La MET si no está contraindicada y no presenta intolerancia continua sigue siendo la primera opción en el tratamiento (A). 
En base al algoritmo publicado el año pasado cuando fracase la MET en monoterapia tras tres meses de tratamiento  la elección de la medicación de segunda línea se basa en las características clínicas y preferencias del paciente. Para ello pueden utilizarse 6 familias farmacológicas las sulfonilureas (SU), las glitazonas (GTZ), los iDDP-4, los iSGLT-2, los aGLP-1 y la INS basal (tabla 9.1). En su elección se tendrá en cuenta  los antecedentes CV y renales así como  los efectos secundarios tales como la hipoglucemia, la ganancia ponderal, el coste económico y las preferencias del paciente.
El tratamiento combinado al inicio puede considerarse  si el valor de la HbA1c%  es superior a 1,5% (12.5 mmol/mol) del objetivo determinado.
Sin embargo, Se puede considerar la terapia combinada temprana al inicio del tratamiento en algunos pacientes para retrasar el fracaso terapéutico (A) (2020), como han mostrado los resultados del estudio Vildagliptin Efficacy in combination with metfoRmIn For earlY treatment of type 2 diabetes (VERIFY- 2020)
Está comúnmente aceptado iniciar la terapia con INS en pacientes que presenten niveles de GB superiores 300 mg/dL (16.7mmol/L) o HBA1c  superior a 10%(86mmol/mol) o que presenten síntomas de hiperglucemia (poliuria, polidipsia) o de catabolismo (pérdida de peso).
Los ECA que han estudiado las diferencias en eficacia en redución de HbA1c en pacientes en tratamiento con ADNI que precisan un inyectable no muestran diferencias entre las INS y los aGLP-1 más que en los niveles de hipoglucemias, incremento ponderal y coste.
Aunque ambas familias son inyectables ya existen presentaciones orales de los aGLP-1 como es el semaglutide.
El alto coste y la tolerabilidad de los aGLP-1 son dos importantes barreras de estos fármacos.
Los SMC destacan que el coste de los fármacos antidiabéticos es la principal causa de mala adherencia a la utilización de los fármacos antidiabéticos.

Los cambios más significativos del tratamiento se encuentran en el algoritmo de la figura 9.1 que mantiene la estructura de la última edición: (2020)

En la parte de la izquierda donde existan indicadores de enfermedad cardiovascular arterioesclerótica establecida (ECVa), enfermedad renal crónica (ERC), insuficiencia cardiaca (ICC) establecidas o alto riesgo independientemente de la HbA1c  basal y del objetivo de control de HbA1c: 
*a.  Si predomina la ECVa establecida:
-ECVa o indicadores de alto RCV (edad mayor de 55 años con hipertrofia ventrículo izquierdo, o estenosis coronaria, o  carotidea o de arterias de extremidad inferior mayor del 50%): Usar preferentemente arGLP-1 con demostrado beneficio CV o iSGLT-2 con demostrado beneficio CV (si lo permite el FGe). Estas recomendaciones vienen respaldadas por los resultados de ECA realizados con ambos grupos terapéuticos (Tabla 10.3B, Tabla 10.3C) (A). (2020)

*b. Si predomina ERC o ICC:
-Particularmente ICC con fracción de eyección reducida (fracción de eyección del ventrículo izquierdo menor del 45%).
-ERC: específicamente FGe 30-60 ml/min/ o Cociente albumina-creatinina (CAC) en orina mayor de 30 mg/g (particularmente si es mayor de 300 mg/g)
Usar preferentemente iSGLT-2 con evidencia sobre reducción de IC y de progresión de ERC (si lo permite el FGe).
Si los iSGLT-2 no son tolerados o están contraindicados o el FGe no lo permite se aconseja aGLP-1 con demostrado beneficio CV. (2020)
En la Figura 9.2—Intensificación de las terapias inyectables. A la hora de decantarse por una terapia inyectable se remarca la recomendación de los aGLP-1 sobre las INS (2020):
En pacientes con DM2 que necesitan una mayor reducción de la glucosa que no puede obtenerse con agentes orales, son preferibles los aGLP-1 a la INS cuando sea posible (B) (2020).
Dados los incrementos en los costes de la medicación se mantiene la tabla 9.2 sobre las diferentes familias de ADNI, y 9.3 de INS en dosis y costes. Por lo tanto, el coste puede ser un componente importante a tener en cuenta en la toma de decisiones. (2020)
Varios ECA informan de reducciones estadísticamente significativas de EvCV  en pacientes DM2 tratados con tres  iSGLT2 (empagliflozina, canagliflozina, dapagliflozina) o aGLP-1 (liraglutida, semaglutida, dulaglutida),consultar el apartado 10. (2020)
En estos ECA la empagliflozina, canagliflozina, dapagliflozina, liraglutida, semaglutida y dulaglutida, todos tuvieron efectos beneficiosos ralentizando la progresión de ERC. (2020)

En cuanto a la utilización de la INS en el paciente con DM2, destacan que los análogos prolongados, sean la INS glargina-100 como la INS detemir han demostrado reducir el riesgo de hipoglucemia sintomática y nocturna en comparación con la INS humana, aunque estas ventajas son modestas y pueden no persistir. A su vez los últimos análogos prolongados de la INS (INS glargina-300 y la INS degludec) pueden reducir el riesgo de hipoglucemia en relación con la INS glargina-100 cuando se utilizan en combinación con ADNI.
Con todo, destacan si bien estas acciones mostradas en los ECA de análogos prolongados tienen un efecto modesto en la vida real en comparación con la INS NPH; no sin embargo,  el coste económico de los mismos que no ha parado de crecer en las dos últimas décadas.

De la misma forma los metaanálisis que comparan INS de análogos rápidos frente a INS regular o rápida en pacientes con DM2 no han encontrado diferencias en la  HbA1c o la hipoglucemia.


13.- Enfermedad cardiovascular y manejo del  riesgo CV . (sección 10, s111).

**En la hipertensión arterial (HTA)  el umbral a partir del cual la presión arterial (PA) en el paciente con DM es considerado tributario de tratamiento farmacológico es de ≥ 140/90 mmHg (A). Esto se basa en los resultados de ECA como el ACCORD-BP (Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes- Blood Pressure), del ADVANCE BP (Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified Release Controlled Evaluation  Blood Pressure), del HOT (Hypertension Optimal Treatment) e incluso del SPRINT (Systolic Blood Pressure Intervention Trial), aunque en éste no incluyó pacientes con DM. El tratamiento intensivo ( PAS < 120 mmHg) no reduce los EvCVA, pero reduce el riesgo de enfermedad cerebrovascular (AVC) a expensas de incremento de los efectos adversos (2020).
En la pág S113, Tabla 10.1 se ilustran los ECA con los objetivos conseguidos.
En la pág S116, Figura 10.1, no se modifica el algoritmo de tratamiento en el que se proponen añadir los antagonistas de los receptores mineralcorticoides en los pacientes con HTA resistente (no se consigue el control con tres fármacos incluido un diurético) (B). Si la PA de inicio es ≥ 160/100 mmHg además de la modificación de los estilos de vida se puede iniciar el tratamiento con dos fármacos juntos en un mismo comprimido (A) .
Los inhibidores de la ECA o bloqueadores de los receptores de angiotensina a dosis máxima es el fármaco de primera línea en HTA si el paciente con DM presenta un CAC- ≥ 300 mg/g (A) o 30-299 mg/g (B).
Los objetivos de control deben individualizarse. Para las personas con DM y HTA con alto RCV (ECV previa o riesgo de ECVa a 10 años *, superior o igual a 15% -2020), un objetivo de PA inferior a 130/80 mmHg puede ser apropiado, si se consigue con seguridad (C).
Para las personas con DM y HTA con un bajo riesgo de ECV (riesgo de ECVa a 10 años, inferior a 15%), un objetivo de PA inferior a 140/90 mmHg (A).
*Calculador (ACC/AHA)  para estimar riesgo de ECVA.(http://tools.acc.org/ASCVD-Risk-Estimator-Plus).
En mujeres embarazadas con DM y HTA previa el objetivo es ≤ 135/85 mmHg, en interés de  reducir el riesgo de una HTA materna acelerada (A) y minimizar el retraso de crecimiento fetal (E) (ver apartado al efecto) (2020).
Se aconseja nuevamente a todos los pacientes con DM2 y HTA controlar y monitorizar su PA  (Automedida domiciliaria de la Presión Arterial -AMPA-y Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial –MAPA-2020) con la intención de desenmascarar la HTA de bata blanca, HTA enmascarada y mejorar la adherencia a la medicación (B).

**En cuanto al control lipídico, al margen de la modificación de los estilos de vida, focalizado en la pérdida de peso, recomiendan la Dieta Mediterránea, reduciendo las grasas saturadas y trans; incrementando la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados omega-3, fibra, ingesta de estanoles/esteroles  e incrementar la actividad física para mejorar el perfil lipídico en los pacientes con DM (A).
Del mismo modo se debe optimizar el control glucémico si los niveles de triglicéridos están elevados (≥ 150 mg/dl [1,7 mmol/l]) y/o las lipoproteínas de alta densidad (HDL-c) estan bajas (inferior a 40 mg/dl [1,0 mmol/L] en varones e inferior a 50 mg/dl [1,3 mmol/L] en mujeres) (C).

Ante pacientes de cualquier edad con DM y antecedente de ECVa previa se debe añadir una estatina de alta intensidad a la modificación de los estilos de vida (A). 
En los pacientes con DM entre 40-75 años (A) y los mayores de 75 años sin ECVa previa (B) utilizar estatinas de moderada intensidad. 
La Tabla 10.2 detalla la potencia de las diferentes estatinas.
Si existe una ECVa previa y el LDL-c es ≥ a 70 mg/dl  utilizando una dosis máxima de estatinas  se puede añadir otro fármaco hipolipemiante no estatínico como  ezetimibe o un inhibidor del Proprotein convertase subtilisin/kexin type 9 (PCSK9) tras la evaluación de la reducción del RCV, los efectos adversos de estos fármacos y  las preferencias del paciente.
El ezetimibe es preferible al ser más barato (A). Hay que recordar que las estatinas están contraindicadas en la gestación (B).
En pacientes con DM mayores de 75 años podría ser adecuado iniciar el tratamiento con estatinas después de valorar el riesgo/beneficio (C) y continuar con el tratamiento en los tratados con estatinas (B) (2020).
Otras combinaciones como estatinas más fibratos no han demostrado reducir el RCV arteriosclerótico, y generalmente no se recomiendan (A) ni tampoco las estatinas más niacina (A).En pacientes con ECVa u otros factores de riesgo (FRCV) en tratamiento con estatinas con un buen control de LDL-c pero triglicéridos elevados (superior a 500 mg/dl) añadir el etil icosapent  (éster de ácido graso omega-3) puede reducir el RCV (A) (2020).
**La terapia antiagregante se mantiene como en años anteriores, con alguna puntualización. Se mantiene la aspirina (75–162 mg/d) en prevención secundaria en pacientes con DM y ECVa previa (A). 
Si alergia a la aspirina, utilizar clopidogrel (75 mg/d) (B). 
Doble terapia antiagregante (bajas dosis de aspirina junto con inhibidores del receptor plaquetario P2Y12 durante un año tras un síndrome coronario agudo (A), y más allá de este período (B).
 En prevención primaria se puede utilizar la aspirina (75–162 mg/d) en las personas con DM que tienen un alto RCV, después de discutir con el paciente sobre los beneficios CV frente al hecho de aumentar el riesgo de sangrado, pero generalmente no en ancianos(C) (2020).
Con la evidencia actual (ARRIVE, ASPREE y ASCEND) en prevención primaria, el uso de la aspirina en general, puede no recomendarse.

** Enfermedad cardiovascular (ECV)
En pacientes con una ECV conocida, considerar la terapia con inhibidores de la ECA o bloqueadores de los receptores de angiotensina para reducir el riesgo de EvCV (B). 
En pacientes con infarto de miocardio (IAM), los Betabloqueantes (BBs) deberían continuar su tratamiento al menos 2 años posterior al evento (B) (2020).
En pacientes con DM2 e ICC estable, se puede usar MET si la  eFG es mayor de 30 ml / min, pero debe evitarse en pacientes inestables o hospitalizados con IC (B).
Entre los pacientes que tienen ECVa o enfermedad renal establecida, se recomiendan iSGLT2 o aGLP-1 con beneficio demostrado de ECV (A) (2020). 
En los pacientes con ECVa, múltiples FRCV de ECVa o enfermedad renal diabética (ERC),  se recomienda un iSGLT2 con beneficio demostrado en la ECV para reducir el riesgo de EvCV y hospitalización por ICC (A) (2020).
En los pacientes con ECVa o múltiples FRCV de ECVa, se recomienda un aGLP-1 con beneficio demostrado en ECV para reducir el riesgo de EvCV (A (2020). 
Entre los pacientes con ICC, considerar un iSGLT2 para reducir el riesgo de hospitalización por ICC (C). (2020)
Se desarrollan con más profundidad las conclusiones de los grandes ensayos clínicos de no inferioridad CV (ENICV) ( Tabla 10.3A, 10.3B, 10.3C) partir de los cuales se ha variado la recomendación de utilizar aquellos fármacos antidiabéticos con mayor impacto en la prevención CV.

14. Complicaciones microvasculares y pie diabético. (sección 11, s135)
**En cuanto a la ERC se mantienen las recomendaciones anteriores aconsejando evaluar una vez al año la albuminuria urinaria (en forma de cociente albúmina/creatinina-CAC-) y la FGe  en los pacientes con DM1, con una duración ≥ a 5 años, y en todos los pacientes con DM2, y en aquellos que a su vez padezcan HTA (B).
Los pacientes con un CAC superior a 30 mg/g y/o la FGe inferior a 60 ml/min se debería monitorizar 2 veces al año (C).(2020)
Los inhibidores de la ECA o bloqueadores de los receptores de angiotensina no se recomiendan para la prevención primaria de ERC en pacientes con PA normal, CAC inferior a 30 mg/g y FGe normal (A). (2020).
Se constata el debate en el umbral de la FGe ( inferior a 60 mL/min) sobretodo en los ancianos.
La optimización de la glucemia y de la PA  reduce o atenúa el riesgo de progresión de  ERC (A para ambas).
En los pacientes con ERC, se podría considerar el uso de los iSGLT2 con una FGe ≥ 30 mL/min , particularmente en aquellos con CAC superior a 300 mg/g  para reducir la progresión de la  ERC, EvCV o ambas (A) (2020). 
En pacientes con ERC con riesgo elevado de EvCV, los aGLP-1 podrían reducir la progresión de la albuminuria, EvCV, o ambos (C) (2020).
En esta sección se ha añadido una nueva Tabla (11.1) que combina la información de los estadios de la ERC y los cuidados precisos en cada estadio. Se añade una sección sobre la enfermedad renal aguda (ERA).
Se abordan con detalle los principales estudios (EMPA-REG, CANVAS, LEADER, CREDENCE, SUSTAIN-6) en pacientes DM2 y la descripción de los beneficios renales y CV con limitaciones de los análisis (poblaciones de estudio no seleccionadas principalmente para la ERC y el examen de los efectos renales como resultados secundarios).(2020)

**En cuanto a la retinopatía diabética (RD) se insiste en la recomendación de que la optimización glucémica, los lípidos y  la PA reducen o atenúan la progresión de la RD (A). 
La evaluación de la retinografía se debe hacer dentro los 5 años del inicio del DM1 y al diagnóstico en la DM2 (B para ambas).
Señalan si la glucemia está bien controlada y no existe RD el examen oftalmológico puede ser anual o bienal (B).
 La FDA ha autorizado sistemas de inteligencia artificial (IA) para la lectura de las retinografías que representan una alternativa a los enfoques de detección tradicionales.(2020)
Sigue la recomendación de no inferioridad en la pérdida de visión  en pacientes con RD proliferativa de los factores de inhibición del crecimiento vasculo-endotelial (VEGF) como el ranibizumab cuando se comparaba con el tratamiento tradicional habitual como la terapia de panfotocoagulación mediante láser (A).
Los VEGF están indicados (bevacizumab, ranibizumab, y aflibercept ) en Edema Macular Diabético (A).(2020)

**En cuanto a la neuropatía periférica se mantiene la evaluación de la misma al diagnóstico de la DM2 y a los 5 años de la DM1 y con un seguimiento anual (B).
La optimización glucémica previene o retrasa el desarrollo de la neuropatía en los pacientes con DM1 (A) y atenúa la progresión en los pacientes con DM2 (B). Recomendación de pregabalina,  duloxetina o gabapentina para el tratamiento del dolor neuropático en la DM (A).

**En cuanto al pie diabético, se debe realizar una evaluación integral de los pies al menos una vez al año para identificar los factores de riesgo de úlceras y amputaciones (B). 
Los pacientes con evidencia de pérdida de sensibilidad, úlcera previa o amputación se debería hacer una exploración del pie en cada visita (B) (2020). 
Los pacientes con síntomas de claudicación o con pulsos disminuidos o ausentes deben realizarse el índice tobillo-brazo (ITB) para una evaluación vascular (B).
Se recomienda un enfoque multidisciplinar para personas con úlceras en los pies y pies de alto riesgo (B).  Una revisión reciente concluyó que la evidencia hasta la fecha sigue sin ser concluyente con la relación coste-efectividad de la terapia con oxígeno hiperbárico (TOHB) como tratamiento complementario para el cuidado estándar de heridas para las úlceras del pie diabético.(2020)

15.- Adultos mayores (sección 12, S152) 
En esta sección destacan:
La evaluación integral del adulto mayor con DM.
Detección de los principales “síndromes geriátricos”.
Recomendaciones sobre la función neurocognitiva.
Interés especial en Adultos mayores con DM1
La atención a la DM en cuidados paliativos y al final de la vida.
Las principales recomendaciones sobre la evaluación de los condicionantes médicos, psicológicos, funcionales (habilidades de autogestión) y sociales así como la detección de síndromes geriátricos (es decir, polifarmacia, deterioro cognitivo, depresión, incontinencia urinaria, caídas y dolor persistente) en adultos mayores cambian el nivel de recomendación a (B) 2020.  Para ello nos remiten a la sección de “Evaluación médica integral y evaluación de las comorbilidades”.
En esta sección han remarcado un apartado de “Función Neurocognitiva”, habiendo modificado el nivel de recomendación a (B) de la detección temprana de la deficiencia cognitiva leve o demencia que debe realizarse en adultos de 65 años de edad o mayores en la visita inicial y anualmente, según corresponda. Se recomiendan herramientas de evaluación simples disponibles para detectar el deterioro cognitivo, como el Mini-Mental State Examination, Mini-Cog y la Evaluación Cognitiva de Montreal.
No hay cambio en el nivel de recomendación respecto a
Evitar, evaluar, y el manejo de la hipoglucemia en adultos mayores con DM (B).
Lo objetivos de control glucémico con HbA1c (C)
En cuanto a los objetivos metabólicos en ancianos sanos con pocas comorbilidades, una función cognitiva y funcional correcta se pueden plantear objetivos más ambiciosos como HbA1c ≤  7,5% [58 mmol/mol]), al tiempo que aquellos con múltiples enfermedades crónicas concomitantes, alteraciones cognitivas o funcionales los objetivos serán menos estrictos encontrándose entre ≤8,0–8,5% [64–69 mmol/mol]). C
Evitar la hiperglucemia sintomática y el riesgo de complicaciones agudas de la hiperglucemia (C).
La individualización de los objetivos y el tratamiento de la HTA (C).
Individualizar el tratamiento de otros FRCV, como con la terapia hipolipemiante y con aspirina (E)
La recomendación sobre prestar atención a las complicaciones de la DM que conducirían a un deterioro funcional, cambia a nivel C.
A la heterogeneidad clínica, cognitiva y funcional de los adultos mayores con DM se añaden otras afecciones crónicas subyacentes, comorbilidad sustancial relacionada con la DM, funcionamiento cognitivo o físico limitado o fragilidad que se deben considerar al establecer y priorizar los objetivos de la terapia para la glucemia , la PA y la dislipemia , como se recoge en la Tabla  12.1.
En los pacientes que reciben cuidados paliativos y cuidados al final de la vida, el objetivo debe ser reducir las cargas y evitar los efectos secundarios del tratamiento glucémico. En el paciente moribundo, la mayoría de los fármacos para la DM se pueden eliminar.
Se mantiene el nivel de recomendación (B) en la gestión de estilos de vida , recomendaciones nutricionales, así como una ingesta optima de proteínas, realizar ejercicio físico regular, incluida la actividad aeróbica y el entrenamiento de resistencia para todos los adultos mayores con DM que puedan participar de manera segura en estas actividades.
Las recomendaciones respecto a la terapia farmacológica mantienen el nivel de recomendación (B). Recomendando los medicamentos con bajo riesgo de hipoglucemia, evitar el sobretratamiento, desintensificar (o simplificar) las terapias complejas sin perder el objetivo individualizado de HbA1c. También se deben considerar los costes de la atención y de las terapias para evitar el incumplimiento relacionado con los costes.
Mantiene el algoritmo para simplificar el régimen de INS (Figura 12.1) en adultos mayores.
En los diferentes ADNI e INS establece las recomendaciones específicas en adultos mayores con DM.
Contemplan recomendaciones en los pacientes con DM1 que superan los 65 años de edad (nuevo, 2020)  en los que resulta esencial la terapia insulínica intensiva, administrada bien en bombas o inyecciones, la MCG para evitar la cetoacidosis, en la mejora de HbA1C, la reducción de la variabilidad glucémica y el riesgo de hipoglucemia.
Mantiene los niveles de recomendación (C) en el plan de cuidados y enfermería considerando esencial la educación sobre la DM para los cuidadores y el personal de los centros de atención a largo plazo (LTC) (hogares de ancianos y centros especializados) para mejorar el tratamiento de los adultos mayores con DM.
En el contexto de los cuidados paliativos y del final de la vida se recomienda relajar la intensidad del manejo de los lípidos e incluso considerar la retirada de la terapia hipolipemiante (A). Los objetivos principales para el control de la DM al final de la vida son la comodidad general, la prevención de síntomas angustiantes y la preservación de la calidad de vida y la dignidad (C).

16. Niños y adolescentes. (Sección 13; s163)
En esta sección se mantienen la Figura 13.1  con orientación sobre  el manejo de la DM de nueva aparición en jóvenes con sobrepeso u obesidad, antes del diagnóstico de la DM1 o DM2.
Habida cuenta que el sobrepeso y la obesidad son comunes en los niños con DM1 y con DM2 ante niños con obesidad y DM debe descartarse siempre la DM1 (autoanticuerpos).
Las recomendaciones, se fundamentan en la declaración de posición de la ADA "Evaluación y manejo de la diabetes tipo 2 de inicio juvenil” de 2018
No hay modificaciones respecto al cribado y diagnóstico de la prediabetes o DM2 en niños y adolescentes.
Se hacen recomendaciones específicas sobre estilos de vida en los jóvenes con sobrepeso/obesidad y DM2 y sus familias.
Aunque los datos que apoyen la utilización de la HbA1C en la infancia son limitados se recomienda
la utilización de este parámetro en el control metabólico. En esta ocasión el objetivo general de 7,5% se ha cambiado por 7,0% , aunque debe individualizarse
según las necesidades y la situación del paciente y su familia. La determinación de HbA1c  debe hacerse cada 3 meses (E)
La utilización de la SMC debe ser contemplado en los niños con DM1 si utilizan múltiples dosis de INS o sistemas subcutáneos de infusión de INS con lo que mejorar el control glucémico y mejorar la adherencia al tratamiento (B)
Los tres medicamentos aprobados por la FDA para la DM2 de inicio en la juventud son la INS, la MET y el liraglutide. No se recomienda el uso de fármacos no aprobados por la FDA para jóvenes con DM2, fuera de los ensayos de investigación (B)
Lo más novedoso (2020) es la recomendación de utilizar liraglutida en niños de 10 años de edad o mayores con DM2 si los objetivos glucémicos no se cumplen con MET (con o sin insulina basal)  si no existen antecedentes personales o familiares de carcinoma medular de tiroides o neoplasia endocrina múltiple 2 (A)
No hay modificaciones en el nivel de evidencia (A) sobre la cirugía metabólica en el tratamiento de adolescentes con DM2.
Se establecen recomendaciones en la prevención y manejo de complicaciones de la diabetes para la nefropatía, neuropatía, retinopatía, esteatosis hepática no alcohólica, apnea obstructiva del sueño, síndrome de ovario poliquístico, la ECV y la dislipemia.
Se incluye una nueva recomendación sobre el tratamiento farmacológico de la HTA en la DM2 que debe iniciarse tan pronto como la HTA sea confirmada (E). Como terapias iniciales se incluyen los IECA o los ARA 2, especialmente en pacientes no embarazadas con DM e HTA con una proporción de albúmina-creatinina en orina moderadamente elevada (30-299 mg / g de creatinina) y se recomienda encarecidamente para aquellos con albúmina urinaria - relación de creatinina mayor de  300 mg / g de creatinina y / o un FGe  menor de 60 ml / min / 1,73 m 2  (E). Si es necesario se puede agregar otros antihipertensivos (C).

17. Manejo de la diabetes en el embarazo (DMG) (sección 14: s183 )
(ver apartado 4)
En esta sección se enfatiza sobre el consejo preconcepción en las mujeres que ya tiene DM1 ó DM2. (A), aconsejando alcanzar niveles de glucemia de manera segura cercanos a lo normal, idealmente con HbA1c menor de 6,5% (B).
Las evidencias muestran que HbA1c ≤ 6.5% (48 mmol/mol) estarían asociado con el menor riesgo de anomalías congénitas en el recién nacido
No hay modificaciones en las recomendaciones sobre el cuidado previo al embarazo. Esta atención se debe centrar en el objetivo glucémico (A) y aumentar con un enfoque nutricional, educación sobre DM y detección de comorbilidades y complicaciones de la DM. (E). En este sentido aparece una nueva tabla (Tabla 14.1) con una lista sobre los contenidos de la atención previa a la concepción en mujeres con DM haciendo referencia a la educación previa en nutrición, estilos de vida, autocontrol, a la evaluación médica integral, vacunación y medicación para la DM y la potencialmente dañina.

Se recomienda en aquellas mujeres con DM1 o DM2 que deseen quedarse embarazadas que consulten sobre el riesgo de desarrollo o progresión de la RD. Recomiendan un control retinográfico antes del embarazo y/o en el primer trimestre, siendo controlados trimestralmente y hasta un año tras el parto (B)
Se deben poner especial atención en aquella medicación ingerida para el tratamiento de FRCV, como  las estatinas, IECA o ARA2 que estarían contraindicados en el embarazo.
La gestación al ser una situación en el que el recambio sanguíneo esta acelerado la HbA1c sería más bajo en las mujeres en gestación que en la mujer no gestante. Niveles ≤ 6%(42mmol/mol) podrían alcanzarse sin hipoglucemias significativas, si bien es cierto que ante el riesgo de estas se recomiendan objetivos más laxos como ≤7%(53mmol/mol) (B)
Respecto a los “Objetivos glucémicos en el embarazo” no hay cambios  y se aconseja incorporar el uso de MCG para ayudar a alcanzar los objetivos de HbA1c en DM y embarazo (B), sin sustituir  al autocontrol de glucosa para lograr los objetivos glucémicos pre y postprandiales óptimos (E)
En la DMG los cambios de estilos de vida es el elemento esencial del tratamiento y el uso de la INS como el medicamento preferido para tratar la hiperglucemia en la DMG (A). La MET y glibenclamida (gliburide) no se recomiendan en primera línea (A). 
La MET no debe usarse en mujeres con HTA, preeclampsia o en riesgo de retardo del crecimiento intrauterino.
La INS sigue siendo el agente preferido para el tratamiento de la DM1 preexistente y la DM2 en el embarazo (E), y en esta sección se añaden recomendaciones sobre el uso de la INS en estas situaciones.
El uso de aspirina en dosis bajas 60-150 mg / día (dosis habitual de 81 mg/día) durante toda la gestación para reducir el riesgo de preeclampsia, cambia el nivel de recomendación a (A) 2020.
En pacientes embarazadas con DM e HTA, o proteinuria significativa, si se detecta una PA mayor de 135/85 mmHg de manera consistente, debe tratarse intentando tener objetivos no inferiores a 120/80 mmHg pues PA inferiores pueden empeorar el crecimiento fetal (C).
Los únicos antihipertensivos seguros serían la alfametildopa, el nifedipino, el labetalol, el diltiazem, la clonidina y el prazosín. Los IECA o ARA2 estarían contraindicados pues producen displasia renal, oligohidramnios, hipoplasia pulmonar y alteración del crecimiento uterino.
Se amplían las recomendaciones en la “Atención posparto” respecto a los requisitos de insulina posparto, el manejo de mujeres con antecedentes de DMG y riesgos de DM2.  Se recomienda realizar intervenciones intensivas de estilo de vida y / o prescribir MET en las mujeres con antecedentes de DMG con prediabetes para prevenir la DM2.(A).
La atención posparto debe incluir evaluación psicosocial y apoyo para el autocuidado (E).
Se aconseja la lactancia materna por los beneficios metabólicos a largo plazo tanto en la madre como en la descendencia, considerando que en DM1 la lactancia puede aumentar el riesgo de hipoglucemia nocturna y es posible que sea necesario ajustar la dosis de INS.
Por último, se considera ideal la anticoncepción reversible de acción prolongada ya que la mujer con DM tiene las mismas opciones y recomendaciones de anticoncepción que aquellas sin DM y el riesgo de un embarazo no deseado supera el riesgo de cualquier opción anticonceptiva.

18. Cuidado de la DM en el hospital. (Sección 15, s193)
La atención a la DM en el hospital ha demostrado que tiene beneficios directos e inmediatos pues tanto la hiperglucemia como la hipoglucemia están asociados con efectos adversos, incluida la muerte. Es de mucho interés para la AP la transición adecuada fuera del hospital que evite las complicaciones agudas y la readmisión, tanto que en esta edición de los estándares se agrega nueva evidencia a la sección "Prevención de admisiones y readmisiones".
Se mantienen los estándares previos y los nuevos estudios respaldan el uso de la administración con dispositivos de bomba de insulina / sensor vinculados para controlar la glucosa en sangre en pacientes con DM1 con "Transición de INS intravenosa a subcutánea".
Se recomienda realizar una prueba de HbA1c en todos los pacientes con DM e hiperglucemia (GB mayor de 140 mg/dl) ingresados en el hospital si no se realizó en los 3 meses previos (B).
Cambia de nivel de evidencia la recomendación de atención de la DM en el hospital, para consultar con un equipo especializado en el manejo de la DM o la glucosa cuando sea posible (C), estos pueden mejorar las tasas de reingresos y reducir los costes de atención.
Se recomienda el uso hospitalario de plumas de INS, considerando la advertencia de la FDA “solo para uso en un solo paciente”.
Respecto a la terapia de INS en pacientes hospitalizados se recomiendan los regímenes más adecuados en “unidades de cuidados críticos”, en las unidades de “atención no crítica” y para los pacientes con DM1.
En los pacientes hospitalizados con DM1 o DM2 que se encuentran en el proceso de transición de INS intravenosa a régimen subcutáneo ambulatorio, la principal recomendación debe recibir una dosis de INS basal subcutánea 2–4 h antes de que se suspenda la infusión intravenosa. Se recomienda la conversión a INS basal al 60–80% de la dosis de INS en infusión diaria.
Las terapias con ADNI en el entorno hospitalario se encuentran en investigación activa. Recordando que según la FDA se deben suspender la saxagliptina y la alogliptina en personas que desarrollan ICC. No se recomiendan los iSGLT2 para el uso habitual en el hospital hasta establecer la seguridad y eficacia, y debe evitarse en la enfermedad grave, cuando hay cetonemia o cetonuria y durante la cirugía y ayuno prolongado.
Se hacen recomendaciones sobre el manejo de la hipoglucemia para lo que es aconsejable que cada hospital adapte o implemente un protocolo estandarizado de prevención y manejo de la hipoglucemia.
En esta sección también se establecen normas para situaciones especiales en el entorno hospitalario como son la alimentación enteral/parenteral, la terapia con glucocorticoides, los cuidados perioperatorios, en cetoacidosis diabética y estado hiperglucémicos hiperosmolar.
No cambia el nivel de evidencia (B) en la recomendación sobre la transición del hospital al entorno ambulatorio.
Debe haber un plan estructurado de alta adaptado al paciente con DM (B). En esta edición incorpora lo que debe incluir los planes de alta de la Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (AHRQ), actualizada en octubre de 2019 y que se refiere a:
Asegurar el mantenimiento de los medicamentos durante la estancia en el hospital y al alta.
Comunicación estructurada al alta que incluya la información sobre cambios en medicación, estudios pendientes, y necesidad de seguimiento con informe a AP y programación de citas
Antes del alta hospitalaria se deben revisar y abordar ciertas áreas de conocimiento: atención médica al alta, diagnóstico de DM y autocontrol , híper e hipoglucemia, alimentación saludable, medicación hipoglucemiante, manejo de días de enfermedad, uso y eliminación de material inyectable,...
Prevención de admisiones y readmisiones, con los factores que contribuyen al reingreso y estrategias para prevenirlos.



*Nota importante.- este resumen razonado de  cara a la práctica asistencial del profesional sanitario de primer nivel ha sido realizado en tiempo récord por el equipo de la redGDPS (Mateu Seguí Díaz, Joan Barrot de la Puente, Francisco Carramiñana Barrera y Enrique Carretero Anibarro) para con ello llegar lo más rápidamente posible al personal sanitario del primer nivel. Por esto mismo pudieran existir errores de traducción o del sentido original del artículo, que hace que no sustituya al mismo. Recomendamos su lectura atenta. El artículo es accesible libremente desde el enlace que adjuntamos.

American Diabetes Association. Standards of Medical Care in Diabetes—2020, Diabetes Care Volume 43, Supplement 1, January 2020: 1-207
https://care.diabetesjournals.org/content/diacare/suppl/2019/12/20/43.Supplement_1.DC1/DC_43_S1_2020.pdf

25 de diciembre de 2019

Nueva clasificación de la Diabetes de la Organización Mundial para la Salud.

Nueva clasificación de la Diabetes de la Organización Mundial para la Salud.

Hoy presentamos una actualización del documento de la OMS (Organización Mundial de la Salud) relativa a la clasificación de la diabetes (DM). Una actualización del documento anterior fechado en el 1999 teniendo en cuenta los aspectos novedosos relativos a la etiología y a la pato-fisiología que llenen el hueco generado entre la clínica y la etiología de la enfermedad.
El documento inicial de la clasificación de la DM de la OMS se realizó en el 1965 y tras este ha habido diferentes actualizaciones, sin embargo, de la anterior hacían 20 años.
La clasificación del 1965 utilizó básicamente la edad del paciente en el diagnóstico; niños y adolescentes (0-14 años), jóvenes (inicio entre 15-24 años), adultos (entre 25-64 años) y ancianos (inicio a partir de los 65 años de edad).
En la del 1980, actualizada en el 1985 se incluyeron las dos clases de DM, la insulinodependiente después llamada tipo 1 (DM1) y la no insulinodependiente o tipo 2 (DM2), introduciendo (1985) la clase de la DM relacionada con la malnutrición, y otras clases como la diabetes gestacional (DG). En el 1999, además de los tipos etiológicos de la DM introdujo las etapas clínicas de la enfermedad, desde la normoglucemia, a la hiperglucemia grave con cetosis, reintroduciendo los términos de tipo 1 (DM1)  y tipo 2 (DM2).
Desde hace algún tiempo se han levantado voces sobre este sistema de clasificación habida cuenta que muchos pacientes no se encuentran dentro una categoría determinada, existiendo vacíos entre ambos subtipos como la conocida como DM autoinmune latente “latent autoimmune diabetes of adults (LADA)” y que recientes descubrimientos en la fisiopatología de la enfermedad y de tratamientos que actúan sobre vías específicas tienden cada vez más a tratamientos individualizados.
Todo ello ha hecho que los conocimientos acumulados determinen una categorización más minuciosa de la DM en diferentes subtipos que puedan ser aplicados en diferentes escenarios alrededor del mundo introduciendo nuevos subtipos como “híbridos de la DM” o la “DM no clasificada”.
La definición de la DM incluye todos aquellas alteraciones metabólicas caracterizadas con la hiperglucemia. La clasificación actual se divide en dos entidades, la diabetes tipo 1 (DM1) y la diabetes tipo 2 (DM2). Una clasificación que se matiza con la presente actualización.
La diferencia entre ambas se basa en la edad, inicio, grado de pérdida funcional de las células betapancreáticas, grado de insulinoresistencia, la presencia de anticuerpos relacionados con la DM, y la necesidad del tratamiento con insulina (INS) para la supervivencia.
Sin embargo, destacan que ninguna de estas características es inequívoca para distinguir un tipo de DM de la otras ni define la distinta variedad de fenotipos relacionados con la DM.
La realidad es que los fenotipos entre la DM1 y DM2 se hacen menos específicos al incrementarse la prevalencia de la obesidad entre los jóvenes y que una gran cantidad de casos de DM1 se presentan en los adultos y de la misma manera DM2 en pacientes jóvenes.
Por otro lado los avances genéticos permiten identificar diversos subtipos de DM con implicaciones fisiopatológicas que afectan a la elección del tratamiento según los casos.
Por ello esta clasificación no reconoce los subtipos de DM1 y la DM2 incluyendo otros tipos de DM como los tipos híbridos de DM y la DM sin clasificar.
Con todo, se puede dan complicaciones en el diagnóstico al no haberse diagnosticado hasta que la glucemia es clínicamente aparente generando que según los países entre el 30-80% de los casos de DM se encontrarían sin diagnosticar.
Las cuatro pruebas recomendadas para diagnosticar la enfermedad son la glucosa basal en ayunas (GB), la glucosa tras la sobrecarga de 75 gr de glucosa (SOG), la glucosa al azar en presencia de signos y síntomas de DM, y la HbA1c. Se consideraría el diagnóstico de DM si la GB fuera ≥ 7,0 mmol/L (126 mg/dl); la SOG ≥ 11,1 mmol/L (200 mg/dl); la HbA1c ≥ 6,5% (48 mmol/mol);  o la glucosa al azar ≥ 11,1 mmol/l (200 mg/ dl) en presencia de signos o síntomas de DM. Si los valores están elevados se deberá repetir el test, preferiblemente el mismo y realizado en un día distinto (el American Diabetes Association -ADA- 2019, admite dos valores elevados de distintos test en la misma).
Las causas subyacentes de la disfunción y destrucción de las células betapancreáticas son diversas, y condicionan los diferentes subtipos. Hay que adelantar que a partir de los 30 años de edad las células beta-pancreáticas son incapaces de renovarse o reemplazarse y las causas pueden ir desde predisposiciones genéticas, procesos epigenéticos, insulinorresistencia, autoinmunidad, enfermedad intercurrente, inflamación y factores ambientales.
De ahí que conocer el tipo de disfunción y la cantidad de células beta tendría importantes implicaciones en el tratamiento.
Una mala clasificación de la DM puede condicionar un aumento del riesgo de cetoacidosis o un tratamiento innecesario con INS como es el caso de algunas formas de diabetes monogénicas.
Por contrapartida, los estudios de las variantes genéticas y la respuesta a los tratamientos antidiabéticos aplicados han demostrado pequeños e inconsistentes efectos hasta el momento.
Recientes propuestas ha sugerido una clasificación centrada en las células beta pancreáticas, yendo desde el estrés de éstas, la disfunción a la pérdida de las mismas, que exigirían pruebas adicionales que habitualmente no se utilizan, como el péptido C, autoanticuerpos contra células betapancreáticas,  marcadores de inflamación de bajo grado, medidas de la insulinoresistencia y de la masa de células beta pancreáticas.
La clasificación de la DM de la OMS del 2019 se basaría en incluir tres propósitos, el del cuidado clínico, el del aspecto etiopatológico y el epidemiológico, sin embargo, con el actual estado de los conocimientos y de los recursos en la mayoría de los países no es posible, de ahí que se ha priorizado un sistema de clasificación que  priorizará el cuidado clínico con el que ayudar a elegir los tratamientos más idóneos y con ello, si es necesario, empezar o no con la INS en el  momento del diagnóstico.
Por ejemplo el genotipado solo sería necesario si se sospechara una DM monogénica y no en la DM1 o  la DM2  al ser poligénicas (más de 100 marcadores genéticos). Los autoanticuerpos contra las células beta pancreáticas incluirían la ácido glutámico decarboxilasa (GAD65),  contra el antígeno de los islotes-2 (IA-2), del trasportador de Zinc 8 (ZnT8) y de la INS se podrían encontrar en la DM tipo 1 clásica pero también en algunos pacientes con DM2. 
La INS endógena puede ser evaluada por la medición del péptido C en ayunas y tras un estímulo (glucagón endovenoso). El péptido C también puede ser medido en la orina.
En cuanto a la DM1 su prevalencia en los países desarrollados se incrementa anualmente entre un 3-4% en la infancia. Aunque suele debutar en la infancia el 84% de los DM1 son adultos y reduce la esperanza  de vida en 13 años en los países occidentales.
Existen estudios que aplicando el “T1DM genetic risk score” muestran que el 42% de los DM1 de ascendencia europea ocurren tras los 30 años de edad teniendo como características un índice de masa corporal (IMC) bajo, la utilización de INS dentro los 12 meses del diagnóstico, y el aumento de riesgo de cetoacidosis. 
Entre el 70-90% de los DM1 en el diagnóstico tienen anticuerpos contra las células betapancreáticas ya nombrados. Los dos tipo de DM1, el autoinmune (1A) y el no autoinmune (1B) de clasificaciones anteriores (1999) no se introducen al presenta revisión.
La DM2 representaría entre el 90-95% de los pacientes con DM y aunque es más común en los adultos está aumentando entre los niños y adolescentes. La causa es la disfunción de las células betapancreáticas e insulinodeficiencia a consecuencia de la insulinoresistencia periférica. No requiere INS para la supervivencia y permanece sin diagnosticar hasta que no aparecen los síntomas lo que aumenta el riesgo de complicaciones micro y macrovasculares.
La cetoacidosis es infrecuente pero puede aparecer en casos de enfermedades intercurrentes o infección. El coma hiperosmolar puede ocurrir en personas mayores.

*Formas híbridas de la DM. Una nueva categoría que se propone cuando existe o una DM con medicación inmunológica lenta o aquella DM2 con propensión a la cetosis.

La primera es la conocida como LADA y que se distingue de la clásica DM1, pues no precisa INS en el diagnóstico pero sí más rápidamente en el tiempo (clásicamente un año, nota del redactor)  que lo haría una DM2. Los criterios serían positividad a la GAD, edad mayor de 35 años y no necesidad de insulina en los 6-12 primeros meses tras el diagnóstico.

La DM2 propensa a la cetosis es una forma identificada en americanos jóvenes afroamericanos y se ha convertido en una nueva entidad, pues el 90% tiene accesos cetósicos dentro de los 10 del diagnóstico y no existe marcadores de autoinmunidad.

Hay un capítulo para la diabetes monogénicas, y sus diferentes tipos…Las enfermedades del páncreas exocrino. DM debido a alteraciones endocrinas. DM debida a fármacos.  Diabetes relacionada con infecciones.  Formas no Corrientes de diabetes inmunológica.  Otros síndromes genéticos asociados a la DM. Un capítulo dedicado a la DM sin clasificar y por último la primera hiperglucemia dectetada durante la gestación.
Como veis el tema se complica por momentos.

World Health Organitzation. CLASSIFICATION OF DIABETES MELLITUS 2019 

22 de diciembre de 2019

Los 1000 post publicados en el blog de la redGDPS. Feliz Navidad y Próspero 2020


Los 1000 post publicados en el blog de la redGDPS.  
Estos días hemos llegado a los 1000 post publicados en  este blog de información diabetológica  tras más de una década de trabajo ininterrumpido, lo que significa más de 1000 artículos médicos leídos y comentados en este tiempo.
No hace mucho relatábamos nuestra satisfacción por haber  llegado al millón de entradas y que nuestro blog llevara funcionando más de 10 años con un interés plasmando en el número de entradas mensuales que superan de media las 13.000 consultas. Y en el último número de Diabetes Práctica (nuestra revista) relatábamos la historia de nuestro blog en un artículo “Los diez años del blog de la Fundación redGDPS”, que os invitamos a leer.
El hecho de que el blog sirva como un medio para difundir los avances y noticias que se  van publicando en el campo de la diabetología para el sanitario de primer nivel y todo ello de forma independiente es para mí –y creo que para todos- un orgullo. Un orgullo y una satisfacción personal, inicialmente como impulsor, y en la actualidad además, como coordinador y editor de esta iniciativa.
No creo equivocarme cuando afirmo que todos nosotros nos felicitamos por el trabajo hecho y por unos resultados que se han ido consolidando con el tiempo.
Agradecer por ello a todos nuestros seguidores su fidelidad y confianza en este medio de información y sobre todo al equipo de redacción de la redGDPS (Enrique, Joan, Carlos y Francisco) por su entusiasmo, voluntad  y  calidad de trabajo.
Continuaremos informando desde la actualidad y con espíritu crítico.

Que tengáis una Feliz Navidad y un Próspero año 2020.

Mateu Seguí Díaz
Editor y redactor principal del blog de la Fundación de la redGDPS


La metformina investigada en sus niveles de N-Nitrosodimetilamina (NDMA)

La metformina investigada en sus niveles de N-Nitrosodimetilamina (NDMA)

La retirada no hace mucho tiempo de la ranitidina en nuestro país al haber sido contaminada con probables productos carcinógenos como la N-Nitrosodimetilamina (NDMA). Una sustancia que leemos también afectó a fármacos antihipertensivos hace algún tiempo y sobre la que la  Food Drug Administration (FDA) ha empezado a investigar en nuestra popular metformina (MET) de aquel país.
Esta preocupación viene motivada por la retirada de tres versiones de este antidiabético provenientes de Singapur y por el  requerimiento de su detección por parte de los fabricantes a instancias de la European Medicines Agency (EMA), leemos.  
Por ahora, al encontrarnos al inicio de esta iniciativa, no se ha podido determinar si los niveles de NDMA se encuentran por encima de los niveles aceptables de ingesta diaria (96 nanogramos en EEUU).
Por ahora a esperar y ver.

Debbie Koenig. FDA Investigating Metformin for Possible Carcinogen. Medscape News December 06, 2019

https://www.lavanguardia.com/vida/20191002/47772731755/sanidad-retira-farmacos-ranitidina-posible-carcinogeno.html

Bloomberg: "Diabetes Drugs Latest to Be Targeted for Carcinogen Scrutiny."

https://www.reuters.com/article/us-health-diabetes-fda/fda-probes-diabetes-drug-metformin-for-carcinogen-ndma-idUSKBN1Y92UN

18 de diciembre de 2019

Beneficios y daños del control glucémico intensivo en pacientes con diabetes tipo 2

Beneficios y daños del control glucémico intensivo en pacientes con diabetes tipo 2

Comentario de Joan Francesc Barrot de la Puente @JoanBarrot

Históricamente, la estrategia principal para reducir las complicaciones del paciente con diabetes (DM) ha sido el control glucémico intensivo. Cuatro grandes estudios reforzaron un enfoque glucocéntrico: el UKPDS (United Kingdom Prospective Diabetes Study ) en pacientes con Diabetes tipo 2 (DM2), el DCCT (Diabetes Control and Complications Trial ) en pacientes con Diabetes tipo 1 (DM1), el Kumamoto Study el DIS (Diabetes Intervention Study ) que mostraron reducciones en las complicaciones microvasculares con tratamiento intensivo. Sin embargo en los estudios ACCORD ( Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes), el VADT (The Veterans Affairs Diabetes Trial) y el ADVANCE (The Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified Release Controlled Evaluation) no encontraron reducciones significativas en los eventos cardiovasculares (EvCV) cuando se realizaba un control glucémico más intensivo que el habitual. De hecho, el estudio ACCORD fue suspendido prematuramente (tras 3,5 años) al observarse un incremento significativo de la mortalidad en el grupo de terapia intensiva. Es celebre el editorial posterior a su publicación; “es mejor vivir con una hemoglobina glicada (HbA1C) de 7,5% que morir con una HbA1C de 6,4%” (L. Regier, B. Jensen www.RxFiles.ca ).
El artículo que comentamos proporciona una revisión exhaustiva de la evidencia sobre los beneficios y perjuicios del control glucémico intensivo para adultos con DM2 sobre los resultados finales microvasculares, macrovasculares  y la mortalidad. Estos han sido recopilados y resumidos en 13 revisiones sistemáticas y metaanálisis que abarcan 24 ensayos clínicos aleatorizados (ECA) con 37.167 pacientes.
Ninguna de las nueve revisiones sistemáticas (12 ECA con 36.179 participantes) con riesgo de sesgo de moderado a bajo encontró beneficios del control glucémico intensivo sobre los resultados microvasculares importantes para los pacientes, como la enfermedad renal en etapa terminal, la neuropatía clínica o la ceguera.
La evidencia de los resultados macrovasculares proviene principalmente de nueve revisiones sistemáticas de 19 ECA de calidad moderada a alta que incluyeron 35.450 participantes. Ninguno mostró mejoría en enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVa) o mortalidad por todas las causas (MCC), accidente cerebrovascular(AVC) o amputaciones de extremidades inferiores (AAEI) con el tratamiento intensivo en oposición al control glucémico convencional. Sin embargo, se observó una reducción relativa constante del 9-18% en el riesgo de infarto de miocardio (IAM) no mortal con el control glucémico intensivo.
Siete revisiones sistemáticas que examinaron 12 ensayos (33.509 participantes) con riesgo de sesgo bajo a moderado informaron consistentemente un aumento del doble al triple (riesgo relativo del 200-300%) en el riesgo de hipoglucemia severa con el control glucémico intensivo e incurre en una mayor carga adicional de polifarmacia, efectos secundarios y el coste. 
Más recientemente, los estudios de seguridad cardiovascular (ECANICV) mostraron que los resultados de salud microvascular (por ejemplo, el riñón) y macrovascular (por ejemplo, la ECVa, la insuficiencia cardíaca -IC) pueden mejorar significativamente sin disminuir sustancialmente la HbA1c. 
Las pautas de las nuevas Guías de Práctica Clínica (GPC) para el tratamiento de la hiperglucemia en pacientes con DM2 también especifican que los objetivos principales del tratamiento de la DM no son simplemente el control de la glucosa, la presión arterial (PA) y el colesterol, sino la prevención o el retraso de complicaciones y preservando la calidad de vida de los pacientes. Prioriza el cuidado centrado en la persona, la toma de decisiones compartidas (disponible en http: // diabetesdecisionaid. Mayoclinic.org) como un medio para lograr y reforzar la centralidad del paciente en el proceso de toma de decisiones. También se propone una medicina mínimamente disruptiva, en el que las metas del paciente para la vida y la salud se priorizan al tiempo que se minimiza la carga del tratamiento y se maximiza la capacidad del paciente para realizar el trabajo de ser un paciente.
Quién no recuerda de nuestros tutores y “autoridades hospitalarias” el dogma ; “la glucemia cuánto más baja mejor”. Por fortuna y gracias a las evidencias lo relegamos al olvido. ¡Cuán rápidamente mudan los dogmas!... pero sin olvidarnos de la importancia de la HbA1c.

Rodriguez-Gutierrez R, Gonzalez-Gonzalez JG, Zuñiga-Hernandez JA, McCoy RG.Benefits and harms of intensive glycemic control in patients with type 2 diabetes.BMJ. 2019 Nov 5;367:l5887. doi: 10.1136/bmj.l5887. Review.


14 de diciembre de 2019

Prescripción de nuevos hipoglucemiantes. El caso de inhibidores del co-transportador sodio-glucosa tipo 2

Prescripción de nuevos hipoglucemiantes. El caso de inhibidores del co-transportador sodio-glucosa tipo 2

Comentario de Carlos H. Teixidó @carlos_teixi

Si  intentáramos realizar un análisis crítico de las prescripciones que se realizan a día de hoy, nos plantearíamos cuestiones tales como: ¿Por qué este fármaco se prescribe tan poco?, ¿Por qué este otro se sigue prescribiendo tanto?, ¿Por qué ya no se prescribe este otro?... Estos cambios en la manera de pautar y adaptarse a las Guías de Práctica Clínica (GPC) son muy razonables dada las grandes modificaciones que han sufrido en la última década.  Todo ello sumado además a la enorme inercia terapéutica (IT) que sobrevuela las consultas, hace que las variaciones en las prescripciones sean presumiblemente lentas y poco beneficiosas en algunos casos para nuestros pacientes.
La prescripción de un fármaco se puede ver influenciada por la decisión médica, las GPC,  el interés del paciente, la efectividad y eficiencia, los costes y los efectos adversos, entre muchos otros.  Hace escasos meses comentábamos en este mismo blog un artículo que trabajaba las tendencias temporales en la prescripción de los fármacos hipoglucemiantes. El artículo que hoy tratamos hace especial hincapié en  los inhibidores del co-transportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) y las variaciones en su prescripción a los largo de 4 años de seguimiento.
Se trata de un análisis retrospectivo sobre los datos de 1.504.727 pacientes obtenidos de los registros de OptumLab® y de los asegurados de Medicare Advantage (corresponden con el 19% de los beneficiarios de los mismos programas o seguros). Todos los pacientes habían sido diagnosticados previamente de Diabetes tipo 1 (DM1) o tipo 2 (DM2) y tenían al menos un fármaco hipoglucemiante entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2016.
El 7,2% (n = 75.500) de los pacientes había sido tratado con un iSGLT2, de quienes  la amplia mayoría tenía pautada canagliflozina (70,0%). Este dato beneficioso para canagliflozina frente a empagliflozina y dapagliflozina (ertugliflozina no estaba aún comercializada) es valorado por los autores como entendible dada la época en la que se llevo a cabo el estudio.  La canagliflozina fue la primera molécula de las mismas en comercializarse y el primer estudio de seguridad cardiovascular (CV) (en este caso el EMPA-REG OUTCOME -Empagliflozin Cardiovascular Outcome Event Trial in Type 2 Diabetes Mellitus Patients–Removing Excess Glucose) fue publicado casi al final del periodo estudiado. Sin embargo, las tendencias entre un iSGLT2 y otros se ven modificadas hacia una equivalencia futura, con un aumento de empagliflozina y dapagliflozina y un descenso de canagliflozina.
Los pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM) (odds ratio [OR] 0,94; IC 95% 0,91-0,96), insuficiencia cardiaca (IC) (OR 0,93; IC 95% 0,91-0,94) o enfermedad renal crónica (ERC) (OR 0,80; IC 95% 0,78-0,81) fueron menos propensos a la prescripción de un iSLGT2 frente a otro fármaco.  Este hecho, ciertamente paradójico, es valorado por los autores como tal, y consideran que la falta de conocimiento de los prescriptores sobre los beneficios posibles de estas moléculas en los años estudiados (2013-2016) podría justificarlo. Además, este hecho se vería reforzado dado que en el grupo de endocrinólogos el fármaco había sido pautado en un gran porcentaje como reemplazo de otro. No tanto así en médicos de familia (MF) o internistas.
La mayoría de los iSGLT2 había sido prescritos por MF (32%), por internistas (24%) y por endocrinólogos (23,4%). Los iSGLT2 fueron el grupo farmacológico más prescrito entre pacientes más jóvenes con una media de edad de 56,5 años (desviación estándar -DE-= 10,7) frente a los 62,2 años (DE= 13,3) del grupo de no usuarios (p  0,001).  Además, comparados con otros fármacos, los iSGLT2 se prescribieron menos en mujeres y pacientes de raza negra (p   0,001). Siendo un grupo farmacológico que no se asocia a un mayor número de hipoglucemias, destaca la escasa propensión a pautar un iSGLT2 en el grupo de pacientes que había sufrido previamente una hipoglucemia severa  con un OR de 0,96 (IC 95% 0,94-0,98).
Aunque la mayoría de los pacientes usuarios de un iSLGT2 tenían DM2, un reducido número de ellos presentaba DM1. La DM1 estuvo presente en el 1,2% de los usuarios de este grupo farmacológico. Es importante recalcar para entender el contexto completo, que el uso de iSGLT2 en pacientes con DM1 ha sido off-label hasta principios del año 2019.
Los autores valoraron igualmente el número de pacientes que había iniciado el fármaco como nueva terapia, había añadido el fármaco a otro, o lo había reemplazado.  Los iSGLT2 fueron propuestos como primera línea en el 9,6% de los casos (3,9% en monoterapia y 5,6% en combinación). Reemplazaron a otro hipoglucemiante en un 4,3%, y fueron añadidos a otro en el 86,1% de los casos. Con la iniciación de la terapia con iSLGT2, el 11,9% de los tratados con metformina (MET) suspendieron la misma, el 25,2% de los usuarios de los inhibidores de la dipeptilpeptidasa 4 (iDPP4) suspendieron el fármaco igualmente. Lo mismo en el 10,6% de los pacientes tratados con insulina (INS). 
Es importante recalcar que debemos manejar estos datos epidemiológicos con el máximo rigor posible y debemos entender que la prescripción farmacológica en dos sistemas sanitarios tan diferentes como el estadounidense y el nuestro, hace que sean imposibles las comparaciones y no podamos extrapolar casi ningún dato. Sin embargo, las tendencias en el uso de estos fármacos arrojan buenos resultados para los iSGLT2 registrando un aumento, lento aunque constante, en su uso.

McCoy RG, Dykhoff HJ, Sangaralingham L, Ross JS, Karaca-Mandic , et al. Adoption of New Glucose-Lowering Medications in the U.S.-The Case of SGLT2 Inhibitors: Nationwide Cohort Study. Diabetes Technol Ther. 2019 Dec;21(12):702-712. doi: 10.1089/dia.2019.0213. Epub 2019 Oct 9.

Dennis JM, Henley WE, McGovern AP, Farmer AJ, Sattar N, Holman RR, Pearson ER, Hattersley AT, Shields BM, Jones AG. Time trends in prescribing of type 2 diabetes drugs, glycaemic response and riskfactors: A retrospectiveanalysis of primarycare data, 2010-2017. Diabetes ObesMetab. 2019 Jul;21(7):1576-1584. DOI: 10.1111/dom.13687