Los problemas de seguridad de las glitazonas se remontan a la clásica troglitazona que hubo de ser retirada por sus problemas de hepatopatía grave y de la rosiglitazona por aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, según hemos comentado ampliamente.
La pioglitazona, distinta a la rosiglitazona, no incrementa el riesgo cardiovascular como la rosiglitazona aunque mantiene su efecto sobre las insuficiencias cardíacas. Sin embargo, el efecto más conocido, y del que hemos hablado y ha repercutido en el laboratorio fabricante, es del posible riesgo de cáncer de vejiga. Sobre ello hemos hablado en diversas ocasiones por distintos estudios y resultados al respecto sin que aún, hoy por hoy, los resultados sean concluyentes al 100%.
En el 2003 la US Food and Drug Administration (FDA) requirió al laboratorio fabricante realizar un estudio observacional a 10 años para evaluar el riesgo potencial de cáncer de vejiga en personas que utilizaran dicho fármaco. De la misma forma la European Medicines Agency requirió una investigación tras la comercialización del riesgo de esta sustancia y el riesgo de cáncer en otras localizaciones. A los 5 años de su inicio un análisis previo encontró un pequeño aumento de riesgo de cáncer de vejiga (1,4 veces) cuando este fármaco se utilizaba más de 2 años hazard ratio (HR) 1,4 (IC 95% 1,0-2,0), algo que no se confirmó en todos los estudios, pero obligó a revisar el etiquetado de este antidiabético en espera de datos más concluyentes.
Estudios sobre otros cánceres no mostró su asociación estadística, aunque se la relacionó con el riesgo de melanoma y del linfoma no-Hodgkin y con la disminución del riesgo en cáncer renal.
Este estudio que comentamos fue realizado con los datos provenientes del Kaiser Permanente Northern California (KPNC). En éste se identificaron las personas con diabetes tipo 1 (DM1) y diabetes tipo 2 (DM2) mayores de 40 años, con diagnóstico de DM entre sus diagnósticos, prescripciones y datos de laboratorio. Se excluyeron aquellas que tenían el diagnóstico de cáncer de vejiga u otro tipo de cáncer al menos 6 meses antes de iniciarse el estudio. La utilización de pioglitazona se definió como el haberla utilizado en al menos dos prescripciones en un período de 6 meses. Los diferentes tipos de cánceres se identificaron a partir del registro del KPNC, comprobación anatomopatológica, y realizándose un aproximación a estudio caso-control anidado.
El objetivo fue determinar si la utilización de pioglitazona estaba asociada con un aumento del riesgo de cáncer de vejiga y de otros 10 cánceres.
De este modo, para el cáncer de vejiga se siguió una cohorte de 193.099 personas de más de 40 años incluidas entre 1997-2002 hasta diciembre del 2012, al tiempo que la cohorte para analizar los otros 10 cánceres fueron 236.507 personas entre 1997-2005 seguidas hasta junio del 2012.
De entre las 193.099 personas de la cohorte del cáncer de vejiga 34.181 (18%) recibieron pioglitazona (duración media de 2,8 años; rango entre 0,2-13,2 años) y 1261 tuvieron un cáncer de vejiga incidente. Las tasas crudas de cáncer de vejiga en personas que utilizaban pioglitazona fueron de 89,8 y de 75,9 por 100,000 personas/año en aquellas que no. Según esto el hazard ratio ajustado (HR) fue de 1,06 (IC 95% 0,89-1,26), lo que significó que no existió asociación de la mólecula con este tipo de cáncer. Si se analizaba según metodología caso-control el resultado fue parecido (en los con pioglitazona 19,6% frente al 17.5% entre los controles, o sea un odds ratio ajustado del 1,18 (IC 95% 0,78-1,80).
Tampoco se encontró asociación entre ocho de los 10 cánceres analizados. Si que se encontró una asociación con un aumento de riesgo de cáncer de próstata HR, 1,13 (IC 95% 1,02-1,26) y con el cáncer de páncreas HR, 1,41 (IC 95% 1,16-1,71). Las tasas crudas de incidencia del cáncer de próstata 453,3 frente a 449,3 por 100,000 personas y año, y las de cáncer de páncreas de
81,1 vs 48,4 por 100 000 personas y año, sin cambios según dosis, duración...
Concluyen en este análisis realizado a instancias de la FDA y la EMA ( y de ahí su importancia), que el consumo de pioglitazona no se asoció significativamente con mayor riesgo de cáncer de vejiga aunque no se puede excluir que pudiera existir un aumento del riesgo, como otros estudios han mostrado.
Los datos correspondientes a los cánceres de próstata y de páncreas muestran un aumento de riesgo asociado al consumo de este fármaco, aunque se necesitarían más investigaciones con las que descartar que la asociación es causal, no casual debida a factores confusores.... Por ello, este estudio no descarta enteramente este riesgo.
Lewis JD, Habel LA, Quesenberry CP, Strom BL, Peng T, Hedderson MM, Ehrlich SF, Mamtani R1, Bilker W, Vaughn DJ, Nessel L, Van Den Eeden SK, Ferrara A. Pioglitazone Use and Risk of Bladder Cancer and Other Common Cancers in Persons With Diabetes.
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Levin D1, Bell S, Sund R, Hartikainen SA, Tuomilehto J, Pukkala E, Keskimäki I, Badrick E, et al; on behalf of the Scottish Diabetes Research Network Epidemiology Group and the Diabetes and Cancer Research Consortium. Pioglitazone and bladder cancer risk: a multipopulation pooled, cumulative exposure analysis. Diabetologia. 2014 Dec 7. [Epub ahead of print]