El trabajo que hoy comentamos en el blog ofrece un análisis exhaustivo sobre la actividad física (AF), el sedentarismo y su relación con la salud, centrándose en las mediciones que utilizan dispositivos para evaluar la AF.
Está comprobado que la AF tiene una relación significativa con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas y la mortalidad. Estos beneficios, observados en población general, se extienden a las personas con enfermedades crónicas. La AF moderada e intensa se asocia con un menor riesgo de morbilidad y mortalidad. El sedentarismo, que es la falta de AF, aumenta la morbilidad y mortalidad. Es por ello sumamente relevante medir de forma lo más exacta posible la cantidad de AF y el tiempo de sedentarismo. (Sigue leyendo...)
La mayoría de las recomendaciones y estudios previos se basaban en datos autoinformados, lo cual introducía sesgos de recuerdo y deseabilidad social. La introducción de dispositivos de medición ha mejorado la precisión de las mediciones, permitiendo identificar con mayor exactitud la relación dosis-respuesta entre la AF y la mortalidad. Esta mejora en la precisión ha permitido observar que incluso niveles moderados de AF pueden generar beneficios importantes.
Actualmente, pocos países han incorporado la medición de la AF mediante dispositivos en sus estudios poblacionales. El artículo menciona que Noruega y Dinamarca son ejemplos de países que han implementado este tipo de mediciones. En Noruega, las encuestas nacionales muestran que los hombres tienden a acumular más minutos en actividad moderada-intensa que las mujeres, aunque también pasan más tiempo en actividades sedentarias. En Dinamarca, se ha observado una disminución en el promedio de pasos diarios en el periodo de 2007 a 2012, aunque se mantiene en niveles superiores a otros países europeos.
La relación entre la AF y la mortalidad no es lineal, sino inversa. Esto significa que, en general, a mayor AF, menor es el riesgo de mortalidad, aunque los mayores beneficios se observan cuando se comparan personas sin AF con aquellas que realizan alguna AF, aunque sea inferior a la recomendada. Estudios con dispositivos de medición han mostrado una reducción de hasta un 65 % en el riesgo de mortalidad en los niveles de AF más altos, siendo este beneficio alcanzable para una gran parte de la población.
El número de pasos diarios también ha sido evaluado como un indicador simple y comprensible de la AF. Aunque popularmente se recomiendan 10.000 pasos al día, los estudios han demostrado que niveles entre 6.000 y 8.000 pasos diarios para mayores de 60 años, y entre 8.000 y 10.000 para menores de esa edad, ya ofrecen una reducción significativa en el riesgo de mortalidad. Esto sugiere que la meta de 10.000 pasos puede no ser necesaria para la mayoría de las personas, y que niveles más bajos también son beneficiosos.
La combinación óptima de intensidades de AF para obtener beneficios de salud aún es tema de investigación. La AF de intensidad ligera puede ser una opción viable para aquellos que no pueden realizar AF más intensas, como personas mayores o con limitaciones físicas. Sin embargo, para lograr una reducción significativa en el riesgo de mortalidad, es necesario acumular una cantidad considerable de tiempo con AF moderada o intensa.
La AF de intensidad moderada a intensa sigue siendo el pilar de las recomendaciones actuales, asociándose con una reducción del riesgo de mortalidad de aproximadamente el 50 % cuando se acumulan 38 minutos diarios. El riesgo también disminuye para quienes realizan al menos seis minutos diarios de AF moderada o intensa.
En cuanto a la AF intensa, se ha planteado que tan solo 55 minutos a la semana podrían proporcionar una reducción del 30 % en el riesgo de mortalidad, especialmente en personas que realizan esta AF de forma intermitente en su vida diaria (por ejemplo, subir escaleras rápidamente).
El tiempo sedentario prolongado ha sido vinculado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes tipo 2 (DM2). Sin embargo, estudios recientes sugieren que una cantidad suficiente de AF puede contrarrestar los efectos negativos del sedentarismo. Los datos indican que realizar al menos 60-70 minutos de AF moderada a intensa al día puede eliminar el riesgo asociado con más de ocho horas de sedentarismo. Por otro lado, aquellos que no cumplen con las recomendaciones de AF y pasan más de 12 horas sedentarios presentan un riesgo considerablemente mayor de mortalidad.
La disponibilidad de mediciones más precisas ha permitido identificar una asociación más sólida entre la AF y la mortalidad, con beneficios significativos observados en niveles de AF inferiores a los recomendados anteriormente. Además, el número de pasos diarios y la AF de alta intensidad durante periodos cortos destacan como estrategias accesibles para reducir los riesgos de mortalidad y morbilidad. Aunque aún existen áreas donde se requiere más investigación, como la relación específica entre diferentes intensidades de AF y el riesgo de enfermedades particulares como ciertos tipos de cáncer o la DM2.
En conclusión, el artículo sugiere que los beneficios para la salud de la AF son más amplios de lo que las recomendaciones previas indicaban y pueden lograrse con niveles de AF alcanzables para la mayoría de las personas. La incorporación de AF de intensidad ligera, el incremento progresivo de pasos y la reducción del tiempo sedentario son estrategias prácticas para mejorar la salud a nivel poblacional.
Dada la accesibilidad y bajo coste de los dispositivos para medir la AF sería recomendable implementar su uso en la población con el objetivo de promocionar una mayor concienciación de la AF.
Bonilla DA, Peralta-Alzate JO, Bonilla-Henao JA, Cannataro R, Cardozo LA, Vargas-Molina S, Stout JR, Kreider RB, Petro JL. Insights into Non-Exercise Physical Activity on Control of Body Mass: A Review with Practical Recommendations. J Funct Morphol Kinesiol. 2023 Apr 11;8(2):44. doi: 10.3390/jfmk8020044. PMID: 37092376; PMCID: PMC10123606.
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