Las propiedades condroprotectoras de la metformina
La artrosis es la patología más frecuente a partir de una cierta edad; una edad que muchas veces coincide con la de mayor prevalencia de la diabetes (DM); de ahí que sea interesante evaluar que posible influencia pudiera existir entre ésta y aquella. Lógicamente el sobrepeso, la obesidad y la falta de ejercicio físico serían factores comunes que influirían en la evolución de ambas, pero hace falta conocer si los fármacos que utilizamos para el tratamiento de la DM pudiera influir para bien o para mal en la evolución de la artrosis. Su prevención o su enlentecimiento, retrasando con ello el recambio articular. De esto va este post y de nuestro antidiabético oral (ADNI) estrella la metformina (MET).
Un fármaco cuya acción se basa en inhibir la gluconeogénesis hepática y en incrementar la sensibilidad a la insulina a nivel periférico. Y un fármaco, como hemos visto en otros post, que podría tener propiedades anticancerígenas, y se ha postulado antiinflamatorias e inmunomoduladoras.
Su relación con la prevención y tratamiento de la artrosis ha sido evaluada en diversos estudios en modelos animales y en humanos (ej Wang Y et al, 2029) aunque, tal vez su escasa repercusión en los medios sea la razón que no ha sido reflejada en la misma medida en este blog. Unos estudios que se diseñaron en individuos con artrosis preexistente (no incidente) y sin una medicación control con la que compararse, al contrario del estudio que comentamos.
Así se diseñó este estudio sobre una amplia cohorte poblacional americana, la Optum Clinformatics Data Mart Database (OCDM) con individuos mayores de 40 años con un año de DM tipo 2 (DM2) en emparejamiento por propensión (“propensity score matching”), entre el 2003 y el 2029, y que estudiara el riesgo de desarrollar artrosis y la necesidad de recambio articular en individuos con DM tratados con MET frente a otro tratamiento con sulfonilureas (SU). Un estudio que siguió las directrices de la Guía de Práctica Clínica (GPC) Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology (STROBE) para estudio de cohortes.
Tras el emparejamiento por propensión de la MET con el grupo control cada grupo incluyó a 20.937 individuos (edad media 62 ±11,5 años, siendo 58,2% mujeres).
Tras un análisis ajustado se demostró como el riesgo de padecer artrosis se redujo en un 24% en los individuos en tratamiento con MET frente a los tratados con SU, hazard ratio ajustado –aHR- 0,76 ( IC 95% 0,68-0,85; p inferior a 0,001) aunque no hubo diferencias significativas en el recambio articular aHR 0,80 (IC 95% 0,50-1,27; p 0,34).
Según el análisis de sensibilidad el riesgo de presentar artrosis fue inferior en individuos tratados con MET que con SU aHR 0,77 (IC 95% 0,65-0,90; p inferior a 0;001) y el riesgo de recambio articular no llegó a la significación estadística aHR 1,04 (IC 95% 0,60-1,82; p 0,89).
La posible explicación la atribuyen a que la MET podría activar la señalización de la proteín-quinasa del AMP cíclico, reduciendo el nivel de la matriz metaloproteinasa incrementando con ello la autofagia y reduciendo la apoptosis de los condrocitos, teniendo con ello propiedades condroprotectoras y antiinflamatorias de las células madre mesenquimales.
Con esto se demuestra que en individuos con DM2, la MET además de las otras propiedades sería eficaz en la prevención de la artrosis, propiedades condroprotectoras en estos pacientes en comparación con otro ADNI como la SU.
Hay que tener en cuenta sin embargo que este estudio es retrospectivo aún realizándose con emparejamiento de propensión; que no se determinó el índice de masa corporal (IMC) ni el nivel de actividad física o traumatismo previo, ni tampoco la adherencia al tratamiento.
Con todo, buenos resultados. Unos datos más a tener en cuenta a la hora de recetar este fármaco en un momento que empieza a sustituirle en el primer escalón del tratamiento de la DM2.
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