Cambios en la microbiota en la dieta mediterránea y su influencia en la adiposidad
Sobre la microbiota hemos hablado en múltiples ocasiones en el blog hermano “Qui pro quo”, sobre todo sobre su influencia en aspectos diversos, sean alergias, enfermedades mentales, neurológicas etc, y sobre todo relacionado con la utilización de suplementos añadidos a la dieta como probióticos o prebióticos. También hablamos de la microbiota por el contacto con animales de compañía y menos según las distintas gases de dietas, veganas, mediterráneas...
Y es que la microbiota es algo propio que adquirimos con el nacimiento y que va cambiando durante la vida del individuo. La influencia de los estilos de vida, sean factores dietéticos o no, como el ejercicio físico, el tabaco, el estrés, la convivencia con animales de compañía... es determinante. Pero también lo son la edad de la persona, la medicación que se toma y las enfermedades crónicas que se padezcan.
Situaciones como la obesidad han sido asociada en ciertos estudios (aunque no es unánime) con una diversidad de bacterias intestinales menor, y menor cantidad en el ratio entre Bacteroidetes-to-Firmicutes ratio (B/F), de tal modo que existen estudios que relacionarían a la obesidad y ciertas alteraciones metabólicas con la microbiota.
Con respecto a las dietas hemos visto como las dietas veganas, las vegetarianas, como la alta ingesta de fibra vegetal en forma de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos al tiempo que ayuda a reducir las grasas saturadas y las grasas trans y la absorción de los Hidrato de Carbono (HC), y actúan también sobre la flora intestinal (microbiota). Y es que el alto contenido en fibra induce una microbiota intestinal distinta con un cierto el efecto prebiótico que incrementaría la familia de los bacteroidetes y la concentración del Faecalibacterium prausnitzii (F prausnitzii); en un estudio que comentamos hace algún tiempo una intervención en base a alimentos vegetales con reducción en la ingesta de grasas actuaría sobre el peso corporal al incrementar el metabolismo postprandial y reducir la ingesta de energía. En dicho estudio se postuló que estos cambios en la microbiota se asociarían con reducciones en la grasa intramiocelular y hepatocelular y aumento de la sensibilidad a la insulina.
Un estudio reciente el NU-AGE (New dietary strategies addressing the specific needs of elderly population for an healthy ageing in Europe) se ha demostrado como una alta adherencia a la dieta mediterránea (MedDiet) se relaciona con cambios específicos en la microbiota que influyen en la salud.
Los individuos introducidos fueron los de la cohorte PREDIMED-Plus, en los que los varones tenían entre 55-75 años y las mujeres entre 60-75 años, sin enfermedad cardiovascular (ECV) previa y un índice de masa corporal (IMC) entre 27-40 Kg/m2 con al menos 3 factores definitorios de SM. Se determinaron las medidas antropométricas, bioquímicas y de flora intestinal mediante secuenciación del 16S rRNA, al inicio del estudio (362) y al año de seguimiento (343).
El grupo de intervención tuvo una pérdida de peso de 4,2 kg (rango intercuartil -IQR -6,8 a -2,5) en comparación con la MedDiet sin más 0,2 kg (IQR, -2,1 a 1,4) (p inferior a 0,001). De la misma forma las reducciones del IMC, la glucosa basal (GB), la HbA1c y los triglicéridos (TRIG), así como el aumento del colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (HDL-c) fueron más frecuentes en el grupo de intervención (p inferior a 0,05).
Según el objetivo se mostró un descenso beneficioso de los microorganismos Butyricicoccus, Haemophilus, Ruminiclostridium y el Eubacterium hallii en la dieta de intervención frente a la MedDiet sin restricción calórica. Se observó que la reducción de los Haemophilus y de los Coprococcus y algunos otros se asociaron con menor adiposidad en ambos grupos y que los cambios en el Lachnospiraceae NK4A136 se asociaron positivamente con cambios en la adherencia a la MedDiet. En concreto, es conocido en la población general que los cambios en los coprococcus están directamente asociados con cambios en el peso corporal, el coleterol total, los TRIG y negativamente con el HDL-c.
Concluyen que la pérdida de peso producida por una restricción calórica en un contexto de MedDiet con actividad física induce cambios en la microbiota intestinal. El papel de éstos podría deberse a los cambios inducidos por bacterias sobre los ácidos grasos de cadena corta, entre otros mecanismos, que influirían en la reducción de peso, el perímetro de cintura, el IMC, la regulación de los ácidos biliares y la adherencia a la dieta, algo que deberían estudiarse en el futuro.
Kahleova et al. EASD 2019 Annual Meeting. Presented September 19, 2019. Abstract 700.
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