COVID-19: Transmisión y infección del coronavirus en un centro geriátrico.
Comentario de Joan Francesc Barrot de la Puente @JoanBarrot
La infección por el coronavirus SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Severo por CoronaVirus 2 , en adelante COVID-19) puede propagarse rápidamente dentro de las instalaciones de los centros geriátricos. ¿Fue acertada la estrategia centrada únicamente en pacientes sintomáticos en nuestros centros geriátricos?. A falta de realizar test generalizados, ha sido imposible hasta ahora saber el número de víctimas mortales que el COVID-19 ha dejado en las aproximadamente 5.457 residencias de ancianos españolas, ya sean públicas, concertadas o privadas.
El primer caso reportado de enfermedad por SARS-CoV-2 (en adelante COVID-19) en los Estados Unidos (EEUU) fue diagnosticado en Washington, el 20 de enero de 2020. Se analiza un centro geriátrico (enfermería especializada) de 89 residentes en King County, Washington. El personal de enfermería reconocía a los residentes dos veces al día en busca de posibles signos y síntomas de COVID-19; fiebre, tos, disnea, falta de aliento y otros síntomas respiratorios. El 1 de marzo, un miembro del personal de atención médica dio positivo al COVID-19 después de haber trabajado en el centro (el 26 de febrero, el primer día de síntomas). El 5 de marzo, un residente (los síntomas debutaron el 2 de marzo) fue diagnosticado con COVID-19. Posteriormente, todos los visitantes fueron restringidos y iniciaron una investigación de los brotes. El 6 de marzo proporcionaron recomendaciones para la prevención y control de infecciones en el centro. El 8 de marzo, se sometieron al test para determinar el COVID-19 a todos los residentes.
Se realizaron 2 encuestas de prevalencia (una prueba nasofaríngea y orofaríngea para todos los residentes que aceptaron, incluidos aquellos que habían dado positivo anteriormente, y una segunda encuesta se realizó 7 días después para los residentes que habían tenido un resultado negativo o un resultado positivo con síntomas atípicos o sin síntomas aportados en la primera encuesta) para evaluar el grado de transmisión y para evaluar la idoneidad de la detección de residentes basada en síntomas para identificar infecciones. Se completó con un formulario estandarizado de evaluación de síntomas para cada residente.
Los residentes se clasificaron en sintomáticos si habían tenido al menos un síntoma típico (fiebre subjetiva o temperatura superior a 37,8 ° C, tos o dificultad para respirar ) o atípico nuevo (escalofríos, mayor confusión, rinorrea, congestión nasal, dolor de garganta, mialgias, mareos, dolor de cabeza, náuseas o diarrea) en los 14 días anteriores. Los residentes asintomáticos eran aquellos que no tenían síntomas o solo tenían síntomas crónicos estables. Los residentes presintomáticos eran aquellos que eran asintomáticos al momento de la prueba pero desarrollaron síntomas dentro de los 7 días posteriores a la prueba.
Veintitrés días después del primer resultado positivo en un residente, 57 (64%) de los residentes dieron positivo para el COVID-19. Entre 76 residentes que participaron en encuestas de prevalencia puntual, 48 (63%) dieron positivo. De estos 48 residentes, 27 (56%) eran asintomáticos al momento de la prueba; En los 7 días posteriores a su prueba positiva, 24 de los 27 residentes asintomáticos (89%) presentaron síntomas y fueron recategorizados como presintomáticos.
El tiempo medio de aparición de los síntomas fue de 4 días (rango intercuartil, 3 a 5). De los 57 residentes con infección por COVID-19, 11 fueron hospitalizados (3 en la unidad de cuidados intensivos) y 15 habían muerto (mortalidad, 26%) a pesar de la pronta adopción de medidas de control de infecciones. De los 26 miembros del personal con pruebas positivas, 17 eran personal de enfermería y 9 de otros servicios. Ningún miembro del personal con COVID-19 fue hospitalizado.
Estimamos que el tiempo de duplicación entre los residentes es de 3,4 días (intervalo de confianza (IC) del 95%, 2,5 a 5,3). El tiempo de duplicación para el condado de King County fue de 5,5 días (IC 95%, 4,8 a 6,7).
Esta investigación tiene varias limitaciones. Primero, la verificación de los síntomas puede resultar en una agrupación errónea para algunos residentes. En segundo lugar, los hallazgos de este análisis no se pueden extrapolar a la población general, a aquellas sin afecciones médicas subyacentes o poblaciones de edad similar en la comunidad general o en otros entornos de atención a largo plazo. Tercero, los miembros del personal asintomáticos no fueron evaluados; por lo tanto, no podemos documentar su papel en la transmisión en esta instalación.
Las respuestas inmunes deterioradas asociadas con el envejecimiento y la alta prevalencia de afecciones subyacentes, como el deterioro cognitivo y la tos crónica, dificultan el reconocimiento de los signos y síntomas tempranos de las infecciones virales respiratorias en esta población. En el estudio, más de la mitad de los residentes con pruebas positivas eran asintomáticas al momento de la prueba. Las estrategias de control de infecciones basadas en síntomas no fueron suficientes/adecuadas para prevenir la transmisión después de la introducción del COVID-19 en este centro de EEUU.
“Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios” ( Alexander Pope). La polémica está servida.
Arons MM, Hatfield KM, Reddy SC, Kimball A, James A, Jacobs JR, et al. Presymptomatic SARS-CoV-2 Infections and Transmission in Skilled Nursing Facility. N Engl J Med. 2020 Apr 24. doi: 10.1056/NEJMoa2008457.
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