Más sobre las consecuencias de la ingesta de bebidas azucaradas en la salud
El consumo de bebidas con azucar ha aumentado de manera exponencial en el mundo occidental. El término “azúcar” (“sucrose”, sacarosa en español), como se sabe, es un principio inmediato, un disacárido compuesto de una molécula de glucosa y una de fructosa. Su consumo excesivo ha sido relacionado con el incremento del peso corporal, las enfermedades cardiovasculares (ECV), de la diabetes tipo 2 (DM2), de las enfermedades relacionadas con el ácido úrico...La fructosa, en concreto, como hemos visto en otros post, es causa de síndrome metabólico (SM), de obesidad y de DM2.
La relación entre la obesidad y la DM2 no explicaría enteramente las variaciones de la prevalencia de la DM2 en los distintos países, y como vimos en un post anterior, utilizando un modelo ecométrico y transversal sobre 175 países. El azúcar añadido (sea en forma de jarabe de fructosa…) contribuye al aumento de la prevalencia de DM2 independientemente del incremento de la obesidad. Por cada incremento de 150 kcal de azúcar por persona y día (un refresco diario) se aumentaba la prevalencia de DM2 en un 1,1% (IC 95% 0,48–1,7%, p inferior a 0,001). Una revisión sistemática y metaanálisis sobre estudios prospectivos que estudia si el consumo habitual o no de bebidas azucaradas, sean artificiales (refrescos) o naturales (zumos), podrían estar asociadas con la incidencia de la DM2 y todo ello ajustándolo con la adiposidad, y que comentamos en otro post, mostró como un consumo de azúcar por refrescos edulcorados se asoció con un 18% mayor riesgo de DM2 por cada consumo diario (IC 95% 9-28%, I2 por heterogeneidad de los estudios del 89%) y un 13% (IC 95% 6-21%, I2= 79%), tras ajustar el análisis por la adiposidad. Según esto y añadiendo la fracción poblacional atribuible, de 20,9 millones de pacientes con DM2 estimados durante 10 años en EEUU (tasa absoluta del 11,0%), 1,8 millones podrían ser atribuidos al consumo de bebidas refrescantes azucaradas (fracción poblacional atribuible del 8,7%, IC 95% 3,9-12,9%).
Con todo es un tema en continua revisión. En este caso se diseño un modelo a nivel global, y regional con la que estudiar la carga de enfermedad asociada al consumo de bebidas edulcoradas según edad y sexo en el 2010. Los datos del consumo de bebidas edulcoradas fueron obtenidos y agrupados a partir de encuestas dietéticas nacionales de todo el mundo.
Los efectos de la ingesta de bebidas edulcoradas sobre el índice de masa corporal (IMC), la DM2, la ECV y el cáncer se obtuvieron de cohortes prospectivas.
Los datos de mortalidad y morbilidad fueron obtenidos del “Global Burden of Diseases, Injuries” y del “Risk Factors 2010 Study”. A partir de ahí se calcularon las fracciones atribuibles por causas específicas según el consumo de bebidas edulcoradas, las cuales se multiplicaron por las causas específicas de morbi-mortalidad con las que calcular las estimaciones de muerte e incapacidad atribuibles al consumo de bebidas edulcoradas. El análisis fue realizado por país, edad y sexo.
Según el modelo aplicado se estima que a nivel mundial 184.000 (IC 95% 161.000-208.000) muertes por año son atribuibles al consumo de bebidas edulcoradas: 133.000 (126.000-139.000) por la DM2, 45.000 (26.000–61.000) por la ECV , y 6.450 (4.300–8.600) por el cáncer. Según éste el consumo de una o dos raciones diarias generó un 26% de riesgo suplementario de DM2.
Según países, el 5% ocurren en países de bajos ingresos, 70,9% en medianos ingresos y el 24,1% en países de ingresos altos. La mortalidad proporcional atribuible a las bebidas azucaradas varió del menos del 1% en los japoneses mayores de 65 años al 30% de los mejicanos menores de 45 años.
Según los países con mayor población, México tuvo el mayor número absoluto de muertes (405 fallecimientos/millón de adultos) o un 12,1% de los fallecimientos debidos a las bebidas azucaradas.
Un total de 8,5 (2,8-19,2) millones de años de vida ajustados por incapacidad fueron relacionados con la ingesta de bebidas azucaradas. En concreto un 4,5% fueron años ajustados por incapacidad relacionados con la DM2.
Concluyen que la ingesta de bebidas azucaradas, es un componente de la dieta, es causa de muerte e incapacidad en las personas adultas de los países independientemente de sus ingresos económicos. Un componente que al ser modificable puede ser el objetivo de programas de prevención en salud pública.
Singh GM, Micha R, Khatibzadeh S, Lim S, Ezzati M, Mozaffarian D; Global Burden of Diseases Nutrition and Chronic Diseases Expert Group (NutriCoDE). Estimated Global, Regional, and National Disease Burdens Related to Sugar-Sweetened Beverage Consumption in 2010. Circulation. 2015 Aug 25;132(8):639-66. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.114.010636. Epub 2015 Jun 29.
-Basu S, Yoffe P, Hills N, Lustig RH (2013) The Relationship of Sugar to Population-Level Diabetes Prevalence: An Econometric Analysis of Repeated Cross-Sectional Data. PLoS ONE 8(2): e57873. doi:10.1371/journal.pone.0057873
-Imamura F, O'Connor L, Ye Z, Mursu J, Hayashino Y, Bhupathiraju SN, Forouhi NG. Consumption of sugar sweetened beverages, artificially sweetened beverages, and fruit juice and incidence of type 2 diabetes: systematic review, meta-analysis, and estimation of population attributable fraction. BMJ. 2015 Jul 21;351:h3576. doi: 10.1136/bmj.h3576.
-Malik VS, Popkin BM, Bray GA, Després JP, Willett WC, Hu FB. Sugar-sweetened beverages and risk of metabolic syndrome and type 2 diabetes: a meta-analysis. Diabetes Care. 2010 Nov;33(11):2477-83. doi: 10.2337/dc10-1079. Epub 2010 Aug 6.
En el estudio, bebidas edulcoradas se definen como (SSBs) cualquier sodas endulzadas con azúcar, bebidas de frutas, deportes / bebidas energéticas, té helado endulzado y SSBs caseras que contenían al menos 50 kcal por porción de 8 onzas.Fue excluido 100% jugo de fruta.
ResponderEliminarCada aumento de la porción por día en la ingesta de SSB se asoció con un 0,10 kg / m 2 aumento de índice de masa corporal en los individuos con IMC <25 kg / m 2 y 0,23 kg / m 2 aumento de índice de masa corporal en los individuos con IMC ≥25 kg / m 2.
Los que consume de 1 a 2 raciones / día tenían un 26% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con los de la categoría más baja de la ingesta de SSB.
Como referencia, a la edad mediana de 60 años, el riesgo relativo de enfermedad cardiovascular, como la enfermedad isquémica cardíaca, accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca hipertensiva varió desde 1,44 hasta 1,90 por cada 5 kg / m 2 aumento en el IMC y el efecto combinado correspondiente para la diabetes mellitus fue de 2.32 (IC 95%, 2,04-2,63).
Los resultados mostraron que, en 2010, el consumo medio mundial de SSBs en adultos fue de 0,58 raciones / día, a las que a nivel mundial se podrían atribuir 184.000 muertes, incluyendo 5.3% de todas las muertes por diabetes, el 0,4% de las muertes cardiovasculares relacionadas con el índice de masa corporal, y 0.3 % de las muertes por cáncer relacionados con el IMC. De todas las muertes atribuibles al consumo de SSB, 3 en 4 (75,9%) ocurrieron en países de bajos y medianos ingresos. Mientras que la mayoría de las muertes ocurrieron en personas de edad avanzada, una tasa desproporcionada de la muerte fue atribuible al consumo de SSB entre adultos de 20 a 44 años, en los cuales el 14,0% (95% de IU, 12,9% -15,0%) de todas las diabetes mellitus- y la adiposidad muertes relacionados con la PI eran atribuibles al consumo de SSB. Por último, esta carga cayó más alto en países de bajos a medianos ingresos, donde las tasas de consumo de SSB son altos, especialmente México y otros países de Centroamérica y del Caribe, así como de otros países de todo el mundo.
Los resultados ponen de relieve las medidas que las naciones y los individuos pueden tomar para disminuir el riesgo de la obesidad, la diabetes y la mortalidad relacionada, y su probable impacto en todo el mundo. Mientras SSBs son sólo un componente del medio ambiente obesiogénico, a diferencia de muchos nutrientes, SSBs pueden ser fácilmente identificados, aislados y orientados para la eliminación de la dieta. Es el asesoramiento dietético más fácil para un médico para dar y un primer paso que muchos pacientes pueden tomar para mejorar su dieta y la salud en general.