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19 de febrero de 2013

Mitos sobre la obesidad


Mitos sobre la obesidad

Se trata de un artículo que analiza las creencias que sin fundamento se difunden de la obesidad. A este respecto, afirman que las creencias deberían basarse en evidencias científicas, fiables, que haya surgido de estudios científicos de calidad (ensayos clínicos…). En este tema, habitualmente se acumulan afirmaciones en base a asociaciones estadísticas que se convierten en causalidades muchas veces intencionadas.
Dentro de los MITOS, que este documento, se apuntan afirmaciones, como:
*- Pequeños cambios en el consumo de energía producen grandes cambios en el peso corporal con el tiempo. En este caso, según  regla fija si en una dieta de 3500 kcal se incrementa el gasto energético en 100 Kcal diarias (1,6 km caminando diariamente) se deberían perder 22,7 kg a los 5 años; sin embargo, la pérdida real de peso es de alrededor de 4,5 kg. Las variaciones individuales en la gestión energética, al tiempo que los incrementos en la ingesta por la pérdida de masa corporal influyen y dan al traste con las matemáticas
*-  Poner metas realistas en la pérdida de peso es importante, porque si no se genera frustración y se pierde menos peso. No existen datos que indiquen que exista una asociación negativa entre unos objetivos ambiciosos y la pérdida de peso, aunque de plantear estos se mejorará la pérdida de peso.
*- Una importante y rápida pérdida de peso se asocia con una menor pérdida de peso a largo plazo, en comparación con aquella pérdida de peso suave y gradual. Comparando ambos tipos de dietas los estudios muestran que el resultado final suele ser parecido. Sin embargo, una pérdida de peso discreta al inicio puede influir en los éxitos sobre el peso a largo plazo (sería un tema de refuerzo positivo, en mi opinión)
*- Es importante evaluar los cambios en la dieta a los efectos de ayudar al paciente a solicitar ayuda para perder peso. Señalan que la disposición o la adherencia al tratamiento no predice la pérdida de peso. Lo achacan al hecho de que los pacientes que voluntariamente se inscriben en programas de pérdida de peso muchas veces no están dispuestos a hacer los cambios de comportamiento  necesarios para perder peso.
*-  Clases de educación física –reglada y habitual- juegan un papel importante en reducir o prevenir la obesidad infantil. Al parecer esto no ha sido demostrado (dos metaanálisis al respecto). No contradice el estudio que comentamos anteriormente sobre el ejercicio en la infancia y la prevención de la DM2, pues el nivel de actividad física puede ser efectivo para reducir la obesidad infantil.
*- La lactancia materna protege contra la obesidad infantil. Al parecer esta afirmación se ha debido a sesgos y factores confusionales en los estudios, afirman. Aunque esta práctica tiene importantes efectos saludables para los niños.
*- La actividad sexual quema entre 100 y 300 kcal en cada participante. Teniendo en cuenta la actividad y tiempo gastado. Para un varón de  70 kg que consuma 3 MET o 3,5 Kcal/minuto (210 Kcal/hora) en la primera fase de la relación. Si calculamos que la duración media se encuentra entre 6-19 minutos el gasto en la actividad sexual sería el gasto de 21 Kcal.
En cuanto a las PRESUNCIONES, o creencias que no han sido probadas o rechazadas por la evidencia científica.
*-  Hacer un desayuno regular (en vez de saltárselo) protege contra la obesidad. No ha sido probado, aunque el hábito de desayunar influiría en el peso.
*- Enseñar buenos hábitos dietéticos y de ejercicio en la infancia influyen en el peso que tendremos el resto de nuestra vida. Habitualmente seguimos genéticamente en nuestros perceptiles, aunque nuestro comportamiento puede cambiar nuestro fenotipo. No hay nada demostrado.
*- Comer mucha fruta y vegetales hace perder peso o ganar menos.  Si no existen otros cambios en la dieta no se modifica el peso.
*- El peso cíclico (dieta “yo-yo”) se asocia con un incremento en la mortalidad. No existen evidencias consistentes al respecto.
*- El picoteo (comer entre comidas) contribuye a ganar peso y a la obesidad. No existen evidencias al respecto
*- El ambiente urbano en términos de paseos, parques…influye en la incidencia y prevalencia de la obesidad. Existe asociación observacional al respecto aunque no de suficiente consistencia.

Se puede concluir que tanto los mitos como las presunciones son creencias corrientes que se trasmiten no solo en los medios de comunicación, si no entre las personas que de alguna manera quiere o están dispuestas, a perder peso; o, incluso entre expertos y personal sanitario. Conviene desmitificar a la vez que se informa.  

Casazza K, Fontaine KR, Astrup A, Birch LL, Brown AW, Bohan Brown MM, Durant N,et al. Myths, presumptions, and facts about obesity.
N Engl J Med. 2013 Jan 31;368(5):446-54. doi: 10.1056/NEJMsa1208051

1 comentario:

  1. Genial el artículo. Todos debemos revisar nuestras creencias y refutar lo que sostenemos en base a mitos, un ejercicio diario.
    Ha sido un placer.
    Fran Canales

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