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5 de marzo de 2010

El culebrón de las glitazonas

El culebrón de las glitazonas
No hay nada peor que haber puesto excesivas expectativas en una medicina para que la decepción, si esta no cumple con lo previsto, supere lo habitual en circunstancias parecidas. Digo esto por que la decepción a partir del estudio PROspective pioglitAzone Clinical Trial In macroVascular Events -PRO-active- con la pioglitazona y seguido por el metanálisis de Nissen sobre la rosiglitaziona, ha ido en aumento; al demostrarse primero que estas sustancias precipitaban insuficiencias cardíacas, o que en el caso de la rosiglitazona existían dudas razonables de aumento de riesgo de IAM (odds ratio de 1.43, en el metanálisis de Nissen, 42 ensayos y 27 847 patientes) y que al final el estudio Rosiglitazone Evaluated for Cardiac Outcomes and Regulation of Glycaemia in Diabetes -RECORD- diseñado ex profeso, tras 5,5 años y 4447 pacientes y 321 eventos en el grupo de la rosiglitazona frente a 323 del grupo control (HR 0,99) y un HR para IAM de 1.14 y de 2.10 para IC- del que se habló en este blog- no lo haya despejado. La combinación de este (datos preliminares) con los datos del metaanálisis de Nissen en otro metaanálisis (Psaty y Furberg) no mejoraron los resultados -odds ratio 1.33. Y si bien es cierto que han existido otros metanálisis con resultados no concluyentes, no cabe duda que con todo este affaire se rompen totalmente las expectativas iniciales de que estas sustancias, por su mecanismo fisiopatológico, podrían mejorar el riesgo cardiovascular del diabético. La realidad se ha encargado en poner en su justo sitio a estos fármacos.
Dicho esto, las diferencias entre ambas en su comportamiento lipídico, eventos cardiovasculares y de mortalidad, cardiovascular o no, sin ser enormes, han distanciado inicialmente a una molécula de otra, de tal modo que ha sido marginada la rosiglitazona de guías y consensos, obligada a destacar con una alerta advirtiendo del riesgo de insuficiencia cardíaca (FDA, 2007) y últimamente existe una cierta corriente mediática a nivel de EEUU para su retirada del mercado. Aún así, el artículo de Circulation que referenciamos concluye que, se deben extremar las precauciones con ambos fármacos en los individuos con cardiopatía isquémica, y deben ser limitadas en los pacientes con insuficiencia cardíaca clase III/IV. Pero lo que es más importante, que los datos siguen siendo insuficientes para asegurar que la pioglitazona es más beneficiosa que la rosiglitazona.
http://www.nytimes.com/2010/02/20/health/policy/20avandia.html?hp

**Sanjay Kaul, Ann F. Bolger, David Herrington,Robert P. Giugliano and Robert H. the American Heart Association and American College of Cardiology Foundation Thiazolidinedione Drugs and Cardiovascular Risks. A Science Advisory From the American Heart Association and American College of Cardiology Foundation. Circulation April 27, 2010
http://circ.ahajournals.org/cgi/reprint/CIR.0b013e3181d34114v1

Posicionamiento Sociedad Española de Diabetes sobre rosiglitazona

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